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La política 2.0 o la guerra por otros medios

Fuentes: Rebelión

Las nuevas tendencias del quehacer político incluyen lo comunicativo en las redes sociales. La política 2.0 constituye hoy una manifestación de «la guerra por otros medios» que ocupa a más de un líder y a todo bloque de poder que quiera expandir hegemonía local, nacional o planetaria. En varias RRSS ya están disponibles las cuentas […]

Las nuevas tendencias del quehacer político incluyen lo comunicativo en las redes sociales. La política 2.0 constituye hoy una manifestación de «la guerra por otros medios» que ocupa a más de un líder y a todo bloque de poder que quiera expandir hegemonía local, nacional o planetaria.

En varias RRSS ya están disponibles las cuentas de presidentes, vicepresidentes, cancilleres, ministr@s, candidat@s, partidos políticos, movimientos y organizaciones sociales, activistas, medios de comunicación, medios digitales, entre otros, todos con el interés común de obtener likes, me gustas, retuits y «el compartir» en la -cada vez más veloz y voluminosa- política virtual.

Entre sus «armas» la política virtual cuenta con los post, los memes, los gif, los videos, las postales y una batería de piezas comunicacionales fundamentalmente asentadas en las ideas que se busca posicionar. A veces con nombre real y a veces desde el anonimato, algunas campañas con la verdad y otras con la mentira, las RRSS no dispensan el uso de figuras semióticas como la persuasión, la insinuación y la manipulación.

Una suerte de «el cielo es el infinito» acompaña la política virtual, algo que ni la real politik ha podido soñar algún día. Una simple convocatoria virtual es capaz de movilizar a miles en las calles, cuyo fenómeno se ha constatado en Grecia, España o Venezuela. Mensajes que llegan personalizados, que individualizan la información, pero que logran un efecto multiplicador. Algunos le llaman «autoconvocatoria», sin embargo, bien se sabe que detrás se mueve una clara intencionalidad.

#BoliviaSíAvanza

En Bolivia, la oposición convocó a un twitazo para el 4 de noviembre pasado con las etiquetas #BoliviaDijoNo #NoMas. El mismo fue articulado desde EEUU y España, según las herramientas TrendsMap y Socialbearing. Sus mensajes evocaban: «Evo no es pueblo, es dictadura» y «Unete por Bolivia sin dictaduras». Como objetivo llamaban a twitear en la cuenta del Presidente @evoespueblo.

Ese mismo día se ha visto en RRSS, desde muy temprano y en especial en Twiter, una oleada de mensajes con la etiqueta #BoliviaSíAvanza». Con el pasar de las horas, ésta se impuso a la negatividad de la oposición de manera abrumadora. De acuerdo a la gráfica 1, obtenida con la herramienta de medición ya mencionada, se observó que la etiqueta #BoliviaSíAvanza repercutió en 1.448.645 de usuarios y tuvo 2.906.537 impresiones desde distintas ciudades de Bolivia, México, Argentina, Paraguay, Venezuela y Cuba.

La campaña opositora, en cambio, alcanzó apenas 13.900 cuentas, durante el mismo periodo de medición demostrando un ínfimo respaldo. En términos más cualitativos, la etiqueta #BoliviaSíAvanza apareció relacionada con las expresiones #evoespueblo, #nacionalización, #patriagrande, entre otras que hacen al conjunto de ideas clave de la gestión gubernamental.

No es raro ver este tipo de confrontación por la construcción del sentido común en las RRSS. En lo cotidiano lo hacen varios líderes respecto de temas que van desde lo cultural hasta la geopolítica. Estos son episodios actuales que nos proporciona la política 2.0 que se desarrolla en el mundo contemporáneo y virtual, donde cada segundo se convierte en una disputa de victoria, donde cada segundo se juega la vida o la muerte de un mensaje vital.

Claudia Espinoza I. es comunicadora

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.