1. los gobiernos, empresarios, medios de información, iglesia e imperio, han hecho con nosotros -la población mexicana- lo que han querido. Y lo del alza de precio de la gasolina (que obviamente llevará al aumento de todos los demás precios, excepto al aumento del salario) es sólo un golpe más de los muchos que nos […]
1. los gobiernos, empresarios, medios de información, iglesia e imperio, han hecho con nosotros -la población mexicana- lo que han querido. Y lo del alza de precio de la gasolina (que obviamente llevará al aumento de todos los demás precios, excepto al aumento del salario) es sólo un golpe más de los muchos que nos han propinado y nosotros, pueblo de esclavos, resistiéndolos con miedo y cobardía. La realidad, es que mientras no hagamos nada serio para destruir el capitalismo y sus gobiernos, por lo menos a mí ya me da mucha vergüenza quejarme sin pensar en cómo acabar con esa situación que hemos sufrido durante toda la vida. Que la clase dominante roba, saquea, reprime y asesina, puta, lo vengo escuchando desde 1960 que comencé a comprender; pero la bronca no es repetir lo mismo y seguir llorando, sino cómo acabar con ello.
2. El PRI, como partido del gobierno, en estos momentos está dedicado a construir argumentos para respaldar las funestas políticas del gobierno y los empresarios favorecidos por el gasolinazo. El PAN busca criticar al gobierno para ganar votos, pero sin dejar a sus siempre aliados empresarios al margen del negociazo de lo que representará el libre mercado del combustible. El PRD buscando cómo recuperar los apoyos que ha perdido a partir de la firma del Pacto por México con PRI y PAN; Morena y demás partidos clavados las 24 horas en las próximas elecciones. ¿Qué sucede con la CNTE, el EZLN, los electricistas, mineros y demás organismos de masas de asalariados cercanos a la izquierda? Cada organismo -como siempre- está resolviendo sus problemas particulares, muy concretos, olvidándose de proclamas e ideología «revolucionarias».
3. ¿Cuántos días podrá resistir la ciudad de México y Peña Nieto con un bloqueo de avenidas, bancos, aeropuerto, carreteras, de 100 mil maestros, 100 mil del partido Morena, 50 mil electricistas, 100 mil independientes opositores al aumento, EZLN, población en general, etcétera. Si el gobierno de Peña no se derrumba por lo menos deberá ser obligado a parar cualquier aumento y cualquier apertura a la competencia internacional; además a resolver las demandas pendientes de los organismos de masas participantes en el bloqueo nacional. Aparecería al fin el organismo de masas que tanto necesitan los trabajadores del país: un movimiento coordinado por los mismos asalariados que no necesitan dirigentes fijos y permanentes que puedan venderse o negociar con la funesta clase gobernante.
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