A partir de enero los museos más visitados a nivel nacional subieron sus cuotas hasta en un 221%. Un golpe más a la población, a las mayorías siempre excluidas del bienestar y de su propio patrimonio cultural y artístico. Una muestra del estilo neoliberal de gobernar. Los museos tienen una función social importante, divulgan, enseñan, […]
A partir de enero los museos más visitados a nivel nacional subieron sus cuotas hasta en un 221%. Un golpe más a la población, a las mayorías siempre excluidas del bienestar y de su propio patrimonio cultural y artístico. Una muestra del estilo neoliberal de gobernar.
Los museos tienen una función social importante, divulgan, enseñan, despiertan intereses y sensibilizan. Son parte del patrimonio de todos los mexicanos. Sin embargo, hoy se han vuelto lugares para unos cuantos afortunados, con el tiempo, el gusto y el dinero para acceder a ellos.
Detrás de los aumentos se esconde una noción de cultura, elitista, vista como un lujo al que no todos pueden ni deben acceder. Una visión dónde la cultura y el arte sirven para dar status. México es una sociedad clasista, en dónde la diferencia social no solamente se estructura a partir del lugar que se ocupa en la estructura económica. La cultura es también un instrumento de dominio y de clasificación social.
Se olvida que el arte y la cultura son mecanismos de formación de seres humanos plenos, críticos, libres y sensibles. Los aumentos a la entrada de museos son un ejemplo del desprecio por las mayorías empobrecidas que tienen los gobernantes neoliberales. No es casual que Rafael Tovar y de Teresa, (Secretario de Cultura de la presente administración, recientemente fallecido), haya sido un ferviente admirador de Porfirio Díaz.
En lugar de acercar la cultura y las artes a las grandes mayorías, de llevarlas a donde se necesitan más, a los barrios populares de la Ciudad de México, en un momento de crisis como el que vivimos, se suben los costos de los museos. Con estos aumentos, se cierra la posibilidad de que las mayorías disfruten de su patrimonio cultural y artístico. Los museos le pertenecen al pueblo, aunque se le excluya de múltiples maneras, algunas veladas y otras directas.
Asistir a museos, conlleva hacer ciudad, salir de la rutina, es aprender y gozar, reconocerse como parte de la humanidad. Hoy las mayorías están excluidas de esta experiencia. La concentración de la oferta museística en pocos lugares, es un ejemplo de exclusión. El gusto hacia esta oferta cultural, se obtiene de la familia y en la escuela, es natural que millones de jóvenes excluidos de la educación superior, también queden fuera de los museos. Se necesita tiempo, los turistas son asiduos visitantes de museos, en un país con condiciones de trabajo precarias, con jornadas extenuantes y largos traslados, la exclusión aumenta. Por último, en un país de salarios tan bajos, los museos se vuelven un lujo, que la mayoría no se puede dar.
Se necesita una trasformación radical de nuestro país, en todos los órdenes, incluyendo el de la cultura y el arte. Urge democratizar la cultura y las artes, y convertirlas de un lujo a un derecho de todos. Esa trasformación ya está en marcha, en artistas, gestores culturales y trabajadores de la cultura que no son indiferentes a la injusticia, y que con su trabajo nos muestran que otro mundo es posible. ¡Compañeros, la noche es de ellos, el amanecer es nuestro!
Por último dejo la lista de los principales aumentos.
Museo del Palacio de Bellas Artes de $47 a $60
Museo de Arte Moderno de $20 a $60
Museo de Arte Contemporáneo Internacional «Rufino Tamayo» de $21 a $60
Museo Alvar y Carmen T. Carrillo de $19 a $40
Museo Nacional de San Carlos de $27 a $40
Museo Nacional de la Estampa de $14 a $40
Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo de $14 a $30
Fuente: http://www.blackmagazine.mx/museos-y-exclusion/
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