1. El PRI -el partido dominante, heredero de la revolución burguesa mexicana que se hizo gobierno desde 1917- de una u otra manera siempre ha sido «carro completo» como pide el presidente Peña Nieto. Ha aplastado a la oposición «con carro completo del PRI» y la sigue sometiendo hoy «sin carro completo», pero apoyado por […]
1. El PRI -el partido dominante, heredero de la revolución burguesa mexicana que se hizo gobierno desde 1917- de una u otra manera siempre ha sido «carro completo» como pide el presidente Peña Nieto. Ha aplastado a la oposición «con carro completo del PRI» y la sigue sometiendo hoy «sin carro completo», pero apoyado por los otros partidos paleros. El PRI fue fundado en 1929 como partido oficial por el grupo político que se quedó con la Revolución de 1910-17. Festejó ayer sus 88 años de dominar la escena política como partido y como clase social en medio de gran fiesta con la asistencia de su plana mayor. No selecciona aún a su candidato presidencial porque sabe que esos procesos marchan a su ritmo; pero el rumbo del PRI-gobierno es claro.
2. Hasta 1977 se hablaba de dictadura de un partido, pero desde entonces comenzó a quedar claro que no era dictadura de partido sino de clase social. Aquella dictadura del PRI muy evidente, ahora se hizo plural al abrirse a otros partidos que la misma burguesía -sabiendo que no hacen mal- ha seleccionado. El gobierno del PRI -con enorme habilidad y financiamiento- ha creado una dictadura de partidos que no representan a nadie, pero son los únicos registrados. Fuera de esos partidos sólo existe un movimiento social más o menos amplio pero muy disperso y por ello débil, que nunca ha puesto en peligro el poder del Estado. El partido oficial lo ha dominado todo desde hace 90 años y eso ha sido claro en los resultados electorales desde 1911.
3. Los porcentajes de dominación ha sido siempre muy grandes. Veamos: A Madero (que inicia a los candidatos oficiales o de gobierno) en 1911 se le otorgó la Presidencia con el 99.26 por ciento de los votos dejando casi sin nada a León de la Barra y a Vázquez Gómez; a Carranza en 1917 el 98.07 de votos; a Obregón en 1920 el 95.78 y así hasta bajar un poco las cifras con Alemán en 1946 que obtuvo el 77.90 por ciento; Ruiz Cortines, en 1952, 74.31 y Díaz Ordaz en 1964, el 88.81. Los votos para los competidores fueron ridículos, con la excepción de los oficialistas de «oposición»: Padilla que alcanzó el 19 frente a Miguel Alemán, y Henríquez con el 15 frente Ruiz Cortines.
4. El PRI dejó de ser una dictadura de partido cuando él mismo se dio cuenta en las elecciones presidenciales de 1976 que ya no tuvo ni siquiera un candidato opositor que le hiciera el juego. El PAN que desde 1940-46 lanzó candidato -haciéndole en la práctica de palero del PRI-, en 1975 entró en pleitos internos y no presentó candidato; sólo el partido comunista lanzó a Campa (sin ser registrado) pero no contó como oposición. Ante esa vergüenza internacional de no poder hablar de democracia, López Portillo y Reyes Heroles en 1977 abrieron la puerta con una reforma para que todos los partidos sean registrados, recibieran subsidios de gobierno, diputados de partido o de minoría, derecho a medios de información y mil privilegios más que han convertido a los partidos en una de las instituciones más odiadas por los enormes dineros que reciben.
5. En las presidenciales de 1976 López Portillo ganó con 91.90 por ciento de los votos, pero ya en la siguiente elección (1982) De la Madrid del PRI sólo alcanzó el 70 por ciento y en la de 1988 se argumentó que Salinas (del PRI) había sido derrotado por Cárdenas (de lo que sería el PRD). Obviamente Salinas se impuso y el PRI no cedió. Desde entonces -a pesar de que el PRI se recuperó- ya no pudo hablar de «carro completo» convirtiéndose en sólo una consigna. En el año 2000 al fin el PRI perdió la presidencia frente al PAN que desde la década de los 40 apenas obtenía el tres o siete por ciento de los votos. La realidad es que el PAN comenzó a subir después de que sus líderes Cevallos, Álvarez y Castillo negociaron vergonzosamente el reconocimiento de la presidencia de Salinas en 1988; en su haber el PAN en 1952 obtuvo el 7.82; en 1958 el 9.42 y en 1964 el 10.57.
6. En los últimos años los resultados electorales tratan de demostrar que el PRI ha perdido totalmente el «carro completo», pero ha pasado a la estrategia de firmar pactos o acuerdos con los demás partidos. 1988 Salinas con nueve millones derrotó a Cárdenas que tuvo seis; en 1994 Cárdenas nuevamente fue derrotado por Zedillo y seis años después Fox se impuso a Cárdenas; en 2006 Calderón se impuso a López Obrador y seis años después Peña dominó a AMLO. La realidad es que esa ha sido la contabilidad oficial, sin embargo la realidad indica es que todos esos millones y millones de votos fueron inteligentemente inducidos por la clase dominante para evitar por todos los medios que salga triunfante López Obrador.
7. ¿Qué nos indican esos datos abrumadores? Que el PRI siempre tuvo «carro completo» hasta que en 1988 paró las orejas cuando Salinas estuvo a punto de perder frente a Cárdenas. Que desde entonces el carro completo del PRI es combinando su alianza con el PAN, el PRD y los partidos pegotes (Verde, Alianza y Encuentro) Entre los legisladores, además de las muy luminosas estrellas de centro izquierda, Bartlett y Sansores, (que son los dos más importantes parlamentarios) muy poco o casi nada se puede hacer frente al voto del 90 por ciento de los legisladores que inclinan la cerviz frente a las órdenes presidenciales. Por ello el grito de Peña de «carro completo» es una simple consigna que usa el PRI sabiendo que cuenta con otros cinco partidos que manipula con facilidad. La situación económica del 70 por ciento de los mexicanos pobres y miserables no puede esperar. Tenemos la obligación de pensar otras salidas contra la explotación y opresión
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