México se encuentra en una profunda crisis. El poder político se encuentra al servicio de unos cuantos, la pobreza, terrible flagelo, aumenta cada día, se padece una desigualdad insultante y la violencia está desbordada. El descontento cunde, nunca en la historia habíamos tenido un presidente con niveles de aceptación tan bajos, hay movilizaciones de resistencia […]
México se encuentra en una profunda crisis. El poder político se encuentra al servicio de unos cuantos, la pobreza, terrible flagelo, aumenta cada día, se padece una desigualdad insultante y la violencia está desbordada. El descontento cunde, nunca en la historia habíamos tenido un presidente con niveles de aceptación tan bajos, hay movilizaciones de resistencia a lo largo y ancho del país. Esta situación es producto del cúmulo de agravios de las últimas décadas en las que se han aplicado políticas neoliberales.
La larga tradición de lucha y resistencia del pueblo mexicano, ha estado presente en esta crisis, sin embargo, el sistema, la élite del poder, ha podido mantenerse por medio de los más variados mecanismos. Un arsenal que tienen los poderosos para perpetuar su dominación que va desde la represión brutal, el asesinato, pasando por cárcel, presiones, chantajes, cooptación y acoso. En el aspecto ideológico el arsenal contiene, spots, discursos, campañas publicitarias; rumores, campañas mediáticas sucias, desinformación y la utilización del miedo como herramienta de control.
El proyecto impuesto hace más de tres décadas está agotado, carece de aprobación popular, ha recurrido al fraude electoral, a la represión y a la mentira, como medios para mantenerse en el poder. Los movimientos sociales y los proyectos políticos opositores al régimen, sufren la utilización de las armas de los poderosos.
Estas estrategias se irán acrecentando conforme el malestar y la movilización crezcan. Ante la posibilidad de un cambio político en 2018 hay que estar preparados ante la reacción de la élite en el poder. Usarán todos los mecanismo, legítimos e ilegítimos, legales e ilegales, para evitar cualquier cambio, por más mínimo que sea. Nos espera en 2018 una lucha política fortísima, veremos con seguridad, la unidad de los poderosos, y coordinados se emplearán a fondo por mantener el modelo actual. Con el control de los medios de comunicación, usarán estrategias ideológicas de control, de sometimiento, crearán miedo, esparcirán rumores, elaborarán discursos para generar dudas. Si aún con eso fracasan tendrán las cartas del fraude electoral, la represión y la militarización.
Las posibilidades de cambio pasan por convencer y conformar una mayoría, pero en México además se hace necesario tener la fuerza suficiente para a pesar de todas las ilegalidades salir avante. El reto es doble, hay que prepararse para ello, sin organización no hay posibilidades de éxito.
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