1. En julio de 2018 -con excepción de sus dirigentes- la gran mayoría de los electores al fin se decidirán a votar por López Obrador y el PT. Los del PRD en un 80 por ciento votará por AMLO y un alto porcentaje de afiliados de otros partidos seguirá ese mismo ejemplo. El PRI y […]
1. En julio de 2018 -con excepción de sus dirigentes- la gran mayoría de los electores al fin se decidirán a votar por López Obrador y el PT. Los del PRD en un 80 por ciento votará por AMLO y un alto porcentaje de afiliados de otros partidos seguirá ese mismo ejemplo. El PRI y el PAN -que en los problemas fundamentales siempre han estado juntos- en julio serán derrotados. La bronca comenzará después de los resultados oficiales, cuando los grandes empresarios, el gobierno de los EEUU, el alto clero, los líderes de los partidos, comiencen a emplazar a AMLO para «leerle la cartilla», es decir, para llegar a acuerdos evitando así llegar a «choque de trenes».
2. El PRI ha tenido la Presidencia de la República unas 25 veces y el PAN en dos sexenios. Dado que son dos partidos capitalistas, empresariales, de derecha, las cosas se han mirado como «normales» porque nada cambia: los ricos se siguen haciendo multimillonarios mediante abundantes negocios, los funcionarios del gobierno de clase media acomodada pasan a engrosar al grupo de los hombres poderosos y la clase media baja y los pobres bajan de ingresos y se empobrecen más, muchos pasan a la miseria y el hambre. Pero el arribo de López Obrador sería una «novedad», una sorpresa que podría causar alegría entre unos y disgusto en otros.
3. La mayor alegría sería para aquellos trabajadores que al fin logran un empleo; para aquellos que reciben un buen aumento de salarios; para los sectores que comienzan a ver que se castigue la corrupción y comienzan a comprender que con sus ingresos, se empieza a acabar con la llamada delincuencia. Lo que sucede es que para dar esos primeros pasos se tienen que dar golpes certeros contra la corrupción; por el contrario, si alguna corrupción se dejara pasar, sería suficiente para que caiga el ánimo. Por ello hay que vigilar muy bien a los medios de información para evitar las campañas contra los gobernantes honestos.
4. A mí lo que más me preocupa es la crítica que recibirá desde los primeros días desde la derecha y desde la izquierda. La derecha porque está siendo bloqueada en los negocios que acostumbra hacer para enriquecerse y la izquierda porque no se están atendiendo con rapidez las demandas urgentes de la población. La derecha seguirá repitiendo que quiere ganar mucho dinero para repartir luego y la izquierda peleando porque se aumente el salario mínimo, los salarios profesionales y se frene el aumento de los precios. La posición de AMLO será muy difícil, pero de acuerdo con lo que haga se definirá su posición.
5. Han habido miles o millones de gobiernos entreguistas que se han arrastrado como reptiles ante los poderosos. Los gobiernos yanquis y los grandes empresarios, con simples miradas o dos o tres palabras, someten a esos gobernantes y los obligan a obedecer sus órdenes. Por lo contrario ha habido gobiernos como el de Corea del Norte, de Hugo Chávez, de Lula, de Evo Morales y Fidel Castro que jamás obedecen órdenes imperiales porque ponen en primer plano a sus pueblos. Obviamente son los que sufren las calumnias, los desprestigios, de los medios de información y las permanentes amenazas de invasión o golpes de Estado.
6. Imagina que lance AMLO un decreto exigiendo que todos los altos funcionarios se bajen en un 70 por ciento los salarios o peor aún que nadie gane más de 50 mil pesos y, por el contrario que ningún trabajador gane menos de 25 mil pesos al mes. 10 mil altos funcionarios protestarían y renunciarían, mientras millones de trabajadores estarían felices porque al fin él y su familia comenzarían a comer sanamente. Los de arriba, junto con la derecha, protestarían; los de abajo aplaudirían junto con la izquierda. Pero puede darse lo contrario: que los grandes funcionarios continúen cobrado sus 300 mil a 600 mil y el salario mínimo siga siendo de 84 pesos.
7. Pero también puede suceder que no pase nada importante: que las cosas continúen como están y López Obrador continúe en la «alternancia» PRI, PAN, Morena, repartiendo cargos a sus amigos y así nuevas personas pasen a engrosar el gasto presupuestal. Obvio, tendremos que esperar otras generaciones de 30 o 50 años para regresar al combate si antes no hay una guerra nuclear que nos desaparezca o una fulminante contaminación ambiental que en masa nos impida respirar. Por ello a los chavitos casi desde el seno materno hay que enseñarles a ser libres, rebeldes, indomables, para a aprendan a defenderse de cualquier opresión.
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