1. En México y en gran parte del mundo el sistema capitalista es dominado de manera total por los dueños del capital, los controladores del dinero; en el sistema electoral han dominado siempre los que controlan los votos, sean comprándolos, manipulándolos o maquinándolos. En última instancia los dueños del dinero poseen todo. Los llamados electores, […]
1. En México y en gran parte del mundo el sistema capitalista es dominado de manera total por los dueños del capital, los controladores del dinero; en el sistema electoral han dominado siempre los que controlan los votos, sean comprándolos, manipulándolos o maquinándolos. En última instancia los dueños del dinero poseen todo. Los llamados electores, que generalmente son el 60 o 70 por ciento de la población, en gran mayoría nunca han entendido de política o elecciones; votan por quien más regalos les da y más promesas les hace. Nunca ha importado la ideología, el pensamiento, los programas; lo que siempre ha valido son los «arreglos, los acuerdos» entre la clase dominante y el partido, así como el aparato de organización y de control.
2. La artista Jesusa y la escritora Poniatovska -íntimas del candidato presidencial López Obrador- tuvieron la dignidad al enseñarnos que «no todo lo que brilla es oro», es decir, que debemos aprender a diferenciar una cosa de otra. Con una manta protestaron contra la alianza partidos Morena-Encuentro Social (PES) porque consideraron a éste último partido como de derecha auténtica y hasta clerical. Con ello se nulifica aquel argumento de que la alianza PAN-PRD era antinatural; quizá por ello se dice que «el pescado muere por su boca». Probablemente por ello López Obrador reitere que «lo importante es ganar la Presidencia y a partir de entonces todo cambiará». Pero no es nada fácil porque «dime con quién andas y te diré quién eres».
3. Se reitera mucho en la izquierda que «la alianza es con el pueblo, no con partidos menos con sus dirigentes, pero en los procesos electorales la única verdad válida es aliarse con los votos. Jesusa y Poniatovska -siendo intelectuales muy reconocidas y famosas- sí atraen muchos votos, pero nunca más que los viejos líderes del PRI que fueron dirigentes campesinos, obreros o del sector popular, sobre todo los exgobernadores. Pienso que ante el descarado derechismo del PRI, muchos de sus destacados exdirigentes se la jugarían con Morena si éste partido les garantizará un cargo. En Yucatán por ejemplo, los exgobernadores, Luna Kan, Sauri Riancho, Ortega Pacheco, parecen más cerca de Morena que del mismo PRI, donde domina la corriente del Peña Nieto.
4. Si López Obrador asumiera en diciembre de 2018 la Presidencia, para fortalecer su gobierno tendría que dar entrada a todo mundo, venga de donde venga: del PRI, PAN, PRD, fascismo, con el objetivo de enfrentar al enorme poder de sus enemigos. ¿O alguien iluso ha pensado -frente al gran poder del empresariado, la derecha y el imperialismo- que ésta será la oportunidad de la izquierda? Nada de eso, nuestra izquierda casi inexistente y vieja, tendrá que luchar por renovarse si no quiere ser desaparecida. Aunque también si el PRI o el llamado Frente llegaran al gobierno el uso de la nueva Ley de Seguridad Interna (LSI) para reprimir cualquier protesta o descontento, será un instrumento brutal en manos de cualquier gobernante.
5. Aunque los dirigentes de Morena: López Obrador, Polenski y Nahle digan que la alianza electoral del derechista PES con Morena no es peligrosa porque los principios lopezobradoristas son muy firmes, no puede olvidarse que así comienza cualquier partido su desvío, a ser más de lo mismo. Es precisamente la cuerda floja en la que, según el marxismo, hay que aprender a caminar: a) la menos peligrosa que se llama sectarismo que lleva siempre al aislamiento de la organización por reclamar para todo el cuidado de los principios y la ética política y, b) la más peligrosa que es el oportunismo que consiste en aprovechar cualquier coyuntura para escalar el poder sin tomar en cuenta los principios y la ética. Con base en alguna de ellas se hace la historia.
6. Con el sectarismo avanzas poco porque e incluso tu organización se estanca por ser exigente en cuanto la honestidad, la crítica, la necesidad de escuelas de cuadros políticos y, sobre todo, el logro de una profunda conciencia política que dé firmeza. Cuando uno se ubica en el oportunismo político todo parecer ser triunfo, alegría, porque crece y se fortalece la organización, se obtienen cargos, se logran subsidios y se crean personalidades del mundo de la política. No ha cambiado la situación; el sectarismo y el oportunismo están siempre presente en México y en el mundo; el primero sueña con un mundo libre e igualitario y el segundo sueña con muchas reformas que le permitan seguir en entre los dominadores del poder.
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