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Conversaciones con Gerardo Bavio sobre John William Cooke al cumplirse 50 años de su muerte

Fuentes: Rebelión

En setiembre de 2014 retomamos las entrevistas con Gerardo Bavio* que habían dado lugar ese año a la publicación de El peronismo que no fue. La (otra) otra historia. Las mismas se extendieron hasta febrero de 2015. En las mismas ocupó un lugar central la figura de John William Cooke como dirigente de la Resistencia […]

En setiembre de 2014 retomamos las entrevistas con Gerardo Bavio* que habían dado lugar ese año a la publicación de El peronismo que no fue. La (otra) otra historia. Las mismas se extendieron hasta febrero de 2015. En las mismas ocupó un lugar central la figura de John William Cooke como dirigente de la Resistencia Peronista y delegado y heredero nombrado por Perón. Y nació la idea de escribir un libro sobre «el gordo» Cooke en base a los recuerdos personales de Gerardo quien había militado en su corriente. Lamentablemente tuvimos que suspender el proyecto porque Gerardo me planteó que su memoria comenzaba a fallarle. Finalmente dos años después, el 7 de mayo de 2017, fallecía a los 91 años. El 4 de setiembre se cumplieron 50 años de la muerte de John William Cooke y creí importante como homenaje al «Gordo» y a Gerardo publicar el material recogido.

* Gerardo Bavio. Nacido en Salta el 23 de febrero de 1926. Se recibió de Ingeniero Civil en la Universidad de Córdoba. En 1962 fue contratado por el Ministerio de Industrias de Cuba, a cargo de Ernesto Che Guevara. Se desempeñó como profesor en la Universidad de La Habana. A principios de los ´70 milita en la organización Montoneros. El 25 de mayo de 1973 es designado Intendente de la ciudad de Salta. Fue detenido durante la gestión de Isabel Perón. Liberado en febrero de 1975 constituye la Junta Promotora del Partido Peronista Auténtico junto a ex gobernadores, Andrés Framini, Armando Cabo y otros. Dado el golpe genocida permanece en Argentina hasta mayo de 1978. Parte al exilio en México, allí suscribe un documento crítico a la conducción de Montoneros junto a Jaime Dri y Miguel Bonasso, entre otros. Se desempeña en la Universidad Autónoma Metropolitana hasta 1990 en que regresa a Argentina siendo designado asesor legislativo de la Cámara de Diputados de la Provincia de Tucumán. En 2008 es nombrado Profesor Honorario de la Universidad Nacional de Salta. Junto a Mario Hernandez publicaron El peronismo que no fue. La (otra) otra historia, Editorial Metrópolis, Buenos Aires, 2014.

M.H.: Y como cada dos semanas, los viernes en Plan B(aires) [1], estamos en comunicación con Gerardo Bavio, buenos días Gerardo.

G.B.: Buenos días, ¿qué tal Mario?

M.H.: Muy bien, muy contento, de regreso, porque la semana pasada pasamos un programa grabado debido a que fui a la ciudad de Resistencia entre otras cosas para presentar El peronismo que no fue y para asistir a la inauguración de un hermoso jardín de infantes para 100 niños en el barrio del Movimiento de Trabajadores y Desocupados de esa ciudad.

Gerardo, hoy te propuse, y creo que lo vamos a prolongar por dos o tres viernes más, abordar la figura de John William Cooke. Hoy se cumple un nuevo aniversario de su fallecimiento.

G.B.: Así es, murió el 19 de septiembre de 1968.

M.H.: Queríamos aprovechar la fecha para comenzar a recordar esa figura tan importante para lo que podríamos denominar el «peronismo que no fue». Al respecto también se ha cumplido un nuevo aniversario del golpe contra el primer peronismo, un 16 de septiembre de 1955, hecho poco recordado, que ha tenido poca prensa.

G.B.: Tratan de taparlo.

M.H.: Claro, y al respecto, leyendo algún material que ahora no recuerdo y tampoco el nombre de quién lo dijo. Pero un militar de aquellos años, reunido con un grupo de sindicalistas, que es un tema que recoge Miguel Gazzera en uno de sus libros, dirigente fideero de las 62 organizaciones, en los ´60/´70: «La revolución libertadora (dijo este militar) se hizo para que el hijo de un barrendero, siga siendo barrendero». ¿Vos recordás esa frase?

G.B.: Sí, la recuerdo.

M.H.: Yo no puedo recordar quién la dijo.

G.B.: Creo que fue en la Casa Rosada, cuando él entraba, un periodista le pregunta y contesta eso, que la Revolución se había hecho para que el que había nacido siendo hijo de barrendero, sea barrendero como su padre.

M.H.: Qué brutal, ¿no?

G.B.: Brutal y reaccionaria. Hay que analizar esa manera de pensar.

M.H.: Y qué odio de clase también. Fue el espíritu de aquella revolución del 16 de septiembre de 1955, que empieza flojita porque el General Lonardi en Córdoba estaba prácticamente solo, creo que entra al cuartel solo con su asistente.

G.B.: Estaban muy cercados por sectores nacionalistas que tenían quizás una idea un poco más «suave», podríamos llamarla, de lo que era ese golpe militar. Yo creo que lo que lo califica claramente al golpe militar es la criminalidad del bombardeo de Plaza de Mayo.

M.H.: Vos te estás refiriendo al de junio de 1955.

G.B.: Sí. Porque la declaración del militar que decís fue posterior a ese hecho.

M.H.: El bautismo de la Fuerza Aérea de la Marina, ¿verdad? Bautismo de fuego, todo un símbolo. Recuerdo que me decía Jaime Dri, estando en tu casa, el pasado mes de julio, que cuando él ingresa a la ESMA, creyendo que lo iban a matar, lo recibe el Tigre Acosta, y le consulta a Jaime respecto de si consideraba que la Marina podía llegar a ser gobierno. Recordarás que tenían un plan político, Massera y cía., que abonaba en algunos sectores del peronismo también, Sobrino Aranda que fuera diputado o senador por Santa Fe era uno de los que estaba de acuerdo con ese proyecto, entonces Jaime Dri le contesta: «nunca van a poder ser gobierno, porque el pueblo nunca se va a olvidar que ustedes son los asesinos de junio del ´55». Y Jaime dice que lo dijo porque pensó que lo mataban y después no lo hicieron. Pero anécdota aparte, vamos a los trazos gruesos, vos señalas en El peronismo que no fue dos factores centrales en la caída del peronismo aquel 16 de septiembre, uno es la burocratización del Partido y de sus estructuras sindicales, y el otro tiene que ver con el rol de Perón en ese momento.

G.B.: Realmente no hubo una construcción y eso lo señala John William Cooke respecto al Partido Peronista, es decir, ese partido que se crea en 1946/7, poniéndolo al Almirante Alberto Teisaire como dirigente. Se arma un partido burocrático totalmente vacío de ideas y de acción, un partido para ubicar gente, en fin, fue la carencia de un verdadero partido revolucionario una de las causas fundamentales del fracaso del primer peronismo.

Y además el rol de Perón, porque no estaba ajeno a esa falencia, porque según mi criterio, Perón quería tener un partido muy manejable, con un personaje que le diga sí a todo como se suponía que tenía que ser el Almirante Teisaire, no quería, por ejemplo, que haya gente con ideas propias y con proyectos propios que se desarrollaran a través de lo que fue el viejo Partido Laborista, e inclusive sectores del Radicalismo más avanzado como era FORJA, como eran Scalabrini Ortiz y Juan José Hernández Arregui, y otros grandes valores que podrían haber dirigido políticamente un movimiento revolucionario y un partido realmente revolucionario dentro de ese proceso que fue lo que se suponía apoyar al movimiento peronista.

Perón en ese sentido, actuó siempre tratando de tener las riendas y que no haya gente que «saque los pies del plato». Entonces esos son para mí, factores importantes sobre los que habría que profundizar, y John William Cooke lo hace y aquí saco una frasecita de León Rozitchner que es el «sujeto revolucionario», una revolución sin sujeto, entonces yo creo que uno de los planteos fundamentales de un proceso de transformación interno de las fuerzas populares, es la creación de un sujeto que avance hacia la transformación social, que no puede cumplir y que no ha cumplido hasta hoy.

M.H.: El otro día tuvimos alguna dificultad en la comunicación telefónica, de todas maneras pudimos plantear más o menos el tema del golpe del 16 de septiembre de 1955, nuestra intención era introducir alguna reflexión sobre la vida y obra de John William Cooke, que precisamente hoy, van a depositar sus cenizas en el Río de La Plata, cumpliéndose su voluntad, cenizas que estaban en poder del ex secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde. Esta fue una decisión que tomó la familia de Duhalde a partir de su fallecimiento.

Yo quería preguntarte en torno a la figura de John William Cooke, ¿cuál fue su papel en el golpe de estado del 16 de septiembre del ´55?

G.B.: Bueno, yo pensaba hacer un breve análisis de toda su vida hasta ese momento.

M.H.: Empezá por ahí, no hay problema.

G.B.: Como sabemos, en su juventud militó en lo que podíamos llamar el Radicalismo Yrigoyenista junto a su padre Isaac Cooke, que también militaba allí y que en un momento determinado, a mediados de los ’40, don Isaac también se acerca al peronismo, así como muchos radicales yrigoyenistas, como Quijano, Molinari, Antiles, que formaron la Junta Renovadora del radicalismo que apoyó la fórmula de Perón-Quijano, ahí hace contacto con Ernesto Palacio que es un nacionalista popular, un revisionista histórico y conoce a Alicia.

M.H.: Alicia Eguren.

G.B.: Exactamente, que es la compañera de toda su vida después, también ahí conoce a César Marcos, que era un militante proveniente de esos sectores populares, muy importante y con una gravitación muy importante en la forma de pensar de John, así evoluciona hasta ese fundamental período de octubre del ´45, y apoya la fórmula Perón-Quijano que triunfa con más del 50% de los votos.

A partir de ese momento John William Cooke se transforma en el diputado más joven de la historia, tenía 24 años cuando era ya diputado nacional por el entonces naciente Peronismo. Ahí desempeña una labor que yo voy a resaltar, no tanto su apoyo a Perón que fue evidente y cotidiano dentro de la Cámara de Diputados, sino también sus disidencias, sus opiniones en contra, no era un diputado que levantaba la mano y daba el «ok» a cualquier orden que daba Perón, es así como vota en contra de las Actas de Chapultepec cuando el gobierno había planteado como necesario el apoyo de Argentina a la aprobación de las mismas. Se opuso y fue muy crítico en la Cámara, ese muchacho realmente tenía un pensamiento propio.

Otra actitud crítica que desarrolló durante ese periodo fue al rol del Partido Peronista, a cómo funcionaba el partido que iba a apoyar a Perón, pero él lo criticó. Se había armado alrededor del Almirante Teisaire un aparato burocrático que era muy criticado por John William Cooke.

En último lugar está el apoyo que dio el gobierno de Perón en su última etapa a la California Oil Company para hacer un tratado sobre petróleo, Cooke se opuso, dijo que no era ese el camino correcto para lograr el autoabastecimiento petrolero que era el objetivo de ese momento.

Este es el sesgo con que llega a 1955 este muchacho que era John William Cooke, que tiene muy buena relación con algunos sectores de lo que ya llamamos el pensamiento nacional, con FORJA, Juan José Hernández Arregui, Scalabrini Ortiz, etc. Ya se va formando el germen de un pensamiento nacional bien enraizado en las opiniones de gran parte de nuestro pueblo y de lo que llamamos la corriente peronista dentro de la política de aquellas épocas.

M.H.: El golpe del ´55 lo encuentra a John William Cooke como interventor del Partido Justicialista en la Capital Federal.

G.B.: Sí, en ese sentido podemos decir que cuando surge este conflicto, Perón cambia las autoridades del partido, y lo pone a John William Cooke, precisamente conociendo sus ideas y su posición, al frente de la intervención de las autoridades del Partido Justicialista en la capital de Buenos Aires. Ese es el papel que desempeña, que se lo otorga Perón.

M.H.: Que poco puede hacer frente al golpe, ¿no?

G.B.: Evidentemente ya el golpe estaba muy avanzado, había sectores de las Fuerzas Armadas que estaban muy vinculados a la Iglesia, ahí lo que influye muchísimo es el conflicto con la Iglesia, que no surge de un día para otro como si fuera un hecho imprevisto, se estaba germinando desde hacía años, el conflicto del gobierno popular peronista, con los grupos que apoyaban a la Iglesia Católica, y ahí surge ese conflicto que eclosiona a fines de 1954.

Las respuestas de Perón fueron muy drásticas e inmediatas y se genera ese conflicto que deriva después en lo que conocemos, la procesión del Corpus Christi de 1955, el bombardeo de Plaza de Mayo y la caída de Perón en septiembre de ese mismo año.

M.H.: Gerardo, luego del golpe John William Cooke es detenido junto con una serie de dirigentes peronistas y es enviado a la cárcel de Tierra del Fuego.

G.B.: Sí.

M.H.: ¿Quiénes acompañaron a Cooke en esa situación?

G.B.: Bueno yo tengo entendido que en todas las idas y vueltas, porque hay varios traslados de presos que se dan en esa época, en una de esas sus compañeros fueron Héctor Cámpora, Jorge Antonio, Patricio Kelly, y Pedro Gomis, un dirigente gremial.

M.H.: ¿Y cómo sale de la cárcel Cooke?

G.B.: Precisamente a través de la influencia de Jorge Antonio, que era un hombre económicamente poderoso, y según dice la historia, soborna a los guardia-cárceles y logran escapar a Chile, que los acoge inmediatamente y les da asilo político, eso fue aproximadamente en 1958.

M.H.: Tratemos de cerrar esto aquí, porque creo que el siguiente paso va a ser uno de los momentos fundamentales en la vida de John William Cooke, que es cuando es nombrado representante de Perón y actúa en marco de la Resistencia Peronista, que sería el tema del próximo viernes.

G.B.: La actividad política de John William Cooke en esos años fue relevante y de una claridad total, y es así como llega y cae en la cárcel inclusive, pero logra salir inmediatamente cada vez y se comunica con la Resistencia, fue el fundador de la Resistencia Peronista, y ahí ya tenemos un nuevo John William Cooke, que no es tan nuevo, es la herencia de toda una trayectoria que surge de sus primeras etapas en la política, de eso no hay duda. Para mí John William Cooke es la figura indispensable para comprender esa historia.

M.H.: Después vamos a ir viendo por qué.

La Resistencia

M.H.: Estamos en comunicación con Gerardo Bavio, y habíamos anticipado el viernes pasado que hoy íbamos a estar hablando del papel de Cooke en la Resistencia, que nos va a llevar varios programas porque no es un papel menor. Yo quisiera arrancar con un planteo provocativo que es el siguiente ¿por qué la Resistencia une a personajes tan opuestos como John William Cooke y Guillermo Patricio Kelly?

G.B.: Yo creo que la respuesta a todo eso nos lleva a profundizar las raíces del peronismo en un nacionalismo popular, podemos decir que cualquier nacionalismo que sea auténtico en los países dependientes, se transforma en una lucha antiimperialista, no puede ser de otra manera, y el antiimperialismo en nuestros países tiene mucho que ver con los reclamos de la izquierda, y de la auténtica izquierda, no de la deformada que hemos vivido muchos países de América Latina, entre ellos la Argentina.

El origen en la Alianza Libertadora Nacionalista (ALN) en aquellos años, a comienzos de los ´40 es cuando surgen luchas nacionalistas. En la ALN estaba nada menos que Rodolfo Walsh, y hombres comprometidos con la revolución, pero curiosamente surgen de un germen fachistoide, eso hay que explicarlo. Yo creo que a través de una buena interpretación de Marx, que por debajo de todo está la lucha de clases, hay una lucha de clases. El nacionalismo argentino nace antiimperialista y ahí germinan una gran cantidad de pensadores de la calidad de John William Cooke y Rodolfo Walsh. Está en las bases el peronismo auténtico que fue un auténtico nacionalismo en su momento con un fuerte contenido social, por supuesto, ahí está en eso que no se puede explicar, que en el fondo de todo ese proceso está lo que Marx designaba como lucha de clases. Creo que por ahí hay que entrarle.

M.H.: Esto que estas contando vos, me recuerda que cuando yo tenía 15 años, comencé mi militancia política en el Movimiento Federal de Manuel de Anchorena, que tenía una consigna que pintábamos en los paredones «San Martín, Rosas, Perón». Lo digo por esto que estás contando de Walsh, sin pretender compararme, por supuesto, y por cómo podían coincidir en una misma organización política Rodolfo Walsh y Guillermo Patricio Kelly, o en la Resistencia.

Te traigo un poco más al presente de aquellos años, específicamente a la Resistencia, quiero analizar algunas cosas con vos. Releyendo algún material llego a la Junta Consultiva que funcionaba durante el gobierno de Aramburu.

G.B.: Claro, la llamada «Revolución Libertadora» se sustenta en un grupo de intelectuales o políticos, antiperonistas, conspirativos y golpistas por supuesto, que se llamaron la «Junta Consultiva», allí se reunieron una cantidad de radicales que ahora son tan democráticos, y también algunos socialistoides y conservadores populares.

M.H.: A mí me sorprendió particularmente la participación de la Dra. Alicia Moreau de Justo y de Oscar Alende, por su desarrollo político posterior.

G.B.: Así es, hay que reivindicar la lucha de mucha gente que desde el socialismo le dio un tinte de praxis revolucionaria, como fue Alicia Moreau de Justo. Hay críticas que hace nuestro querido y desaparecido, Rodolfo Puigrós en su Historia crítica de los partidos políticos argentinos donde analiza los errores teóricos, o desviaciones que tiene en sus inicios el socialismo argentino, con Juan B. Justo justamente, y lo analiza en esos textos de una muy buena manera y pone de manifiesto algo que repito, detrás de eso está la lucha de clases. ¿Qué clases apoyaban al socialismo? El socialismo argentino de aquella época que culmina con las traiciones, y digámoslo claramente, de Alfredo Palacios, vinculado a la Revolución Libertadora.

Entonces ahí hay un germen muy persistente en la izquierda y las izquierdas argentinas que también se lo ve con Victorio Codovilla y Rodolfo Ghioldi, en las etapas previas del Partido Comunista. En fin, se mezclan muchas cosas, porque también está el estalinismo, las luchas de la izquierda europea muy penetrada del positivismo reformista de Jean Jaurés, mucha gente rescatable pero al mismo tiempo que desviaban el rumbo de una auténtica lucha revolucionaria.

M.H.: Gerardo, el 22 de diciembre de 1955 se festejaba mi primer año de vida, y ese año se secuestraba el cadáver de Eva Perón de la CGT, ¿qué podes comentar de ese hecho?

G.B.: Bueno la figura de Evita da para mucho.

M.H.: No quiero detenerme en su figura, que ya lo hemos hecho en varias oportunidades, sino en el hecho puntual del secuestro.

G.B.: Bueno el hecho puntual tiene que ver con aquella consigna que pintaron en las paredes que decía «Viva el cáncer». Yo viví esa etapa, había un odio muy fuerte contra Eva Perón, contra Eva y Perón, pero sobre todo contra ella, que concentraba la parte más sentimental de lo que fue el pensamiento de aquella etapa. Ellos corporizaron los odios y los amores de las grandes mayorías populares, en esa época el odio a Eva era difícil de soslayar en la posición «gorila», para definirla con términos populares, «gorila» que es un término antiperonista bestial y que termina siendo criminal, porque culmina con el bombardeo de Plaza de Mayo y los fusilamientos de 1956. Ese odio se concentraba en la figura de Evita.

M.H.: Y hablando de odio Gerardo, quiero que te refieras aunque sea brevemente, al decreto 4161.

G.B.: El decreto 4161 es un hecho histórico que merece la pena de resaltar, es tremendo, indefendible desde ningún punto de vista, una barbaridad histórica. Decretar y transformar en delito el mero pronunciamiento de la palabra «Perón», porque así era, había que perseguir y encarcelar a cualquiera que mencionara o hablara con esos términos, ni que lo reivindicara, sencillamente que lo mencionara a Perón o a Eva Perón, tampoco podías decir «tercera posición» porque también era delito. No hay términos lógicos para calificar esa barbaridad histórica que fue el decreto 4161, de la autodenominada «Revolución Libertadora».

M.H.: Todo este rodeo que estamos dando, hace a una ubicación histórica, a lo que se denomina lo que podríamos llamar «clima de época», que nos va instalando y llevando a este momento histórico donde cumple un rol central John William Cooke, que es de la Resistencia peronista, que nace de alguna manera precedida por instrucciones del General Perón desde la ciudad de Panamá donde estaba exiliado. ¿En qué consistían esas instrucciones?

G.B.: Las instrucciones de Perón están en sus cartas, si revisamos la correspondencia Perón- Cooke, ahí tenemos las primeras cartas, las primeras manifestaciones y las primeras críticas que desde el cookismo, ese peronismo de Cooke, se le formulan a Perón, pero Perón rescata el derecho a la sublevación y lo pone de manifiesto en cartas y en órdenes, a la lucha contra una dictadura militar como fue la que implantaron Aramburu y Rojas.

M.H.: Perón habla en esas primeras cartas de huelga general insurreccional.

G.B.: Así es, lo escribió varias veces en esa correspondencia, esa visión insurreccional con respecto a la lucha revolucionaria, no era lo que vino después que fue el foquismo, le podríamos llamar así, con el Che Guevara, Cuba, etc. La visión insurreccional para mí, estaba más cerca de lo que pensaba John William Cooke, que sin oponerse al Che Guevara, defendía una posición insurreccional en la revolución, un poco yendo a lo que fue esa lucha de la Revolución Rusa, que culminó con la toma del Palacio de Invierno y que fue una insurrección que surgió de las bases, de los Soviet, que eran asambleas populares de los sindicatos, sindicatos organizados para la lucha que son los que toman el poder pero, poco después lo pierden en manos de la burocracia sindical y de la burocracia política, y sobreviene la muerte de Lenin y el surgimiento del estalinismo que fue lo que desarmó todo.

M.H.: Vamos a dejar acá, porque quiero que el próximo viernes nos detengamos puntualmente en estos primeros planteos de Perón que son los que van a dar origen a la Resistencia. Porque hay cuestiones muy interesantes en esos documentos, es un Perón distinto del que se conoció en 1973/4.

El Pacto Perón-Frondizi

M.H.: Quiero que retomemos un tema que venimos charlando, estamos ubicados en el período en el que John William Cooke conduce la Resistencia designado delegado y sucesor por Juan Domingo Perón, y hay un hecho político de suma importancia que no hemos desarrollado en profundidad, que es la candidatura a presidente de Arturo Frondizi.

G.B.: Es un momento histórico que vivimos todos en donde había gran incertidumbre. Para llegar a esto yo me detendría en la historia de los ´40 o antes. Las internas en el Radicalismo estaban dadas entre Unionistas que eran herederos del alvearismo, de la derecha, y el grupo de «izquierda» entre comillas, era la Intransigencia surgida del congreso de Avellaneda de 1945. Ahí tuvo un papel importante Arturo Frondizi que era uno de los militantes de la llamada izquierda del radicalismo, un hombre muy vinculado al sabatinismo. Esas eran las tendencias en pugna, en donde sabemos que triunfó el sector unionista, la derecha, que impuso la Unión Democrática, que fue la fórmula Tamborini-Mosca que fue derrotada en 1946 por la fórmula Perón-Quijano.

Frondizi, después del golpe del ´55 tiene una política de acercamiento en el lenguaje y en el discurso hacia las izquierdas, a pesar de muchos antecedentes de acciones de él y de su sector que eran más bien negociadoras con la derecha. Pero eso es lo que vivimos después de una etapa de resistencia que se puede decir que fracasó. Esa resistencia que tenía que culminar con una insurrección en contra de las dictaduras de Aramburu y Rojas. No fue así, nos quedaba un momento histórico de dudas, de qué hacer, si darle pie a la «legalización» del peronismo que era una necesidad que estaba flotando en el ámbito político, decían que el peronismo tenía que participar de alguna manera.

Nosotros pensamos que en ese momento no había otra manera de hacer política que negociar con la derecha y muchos de nosotros y nuestros compañeros optaron por esa línea, hablar con Frondizi que se suponía que era la izquierda del radicalismo y llegar a un acuerdo, así surge lo que se llamó «el pacto Perón-Frondizi».

Yo recuerdo cuando vivía en Córdoba en esa época, había un periódico muy importante, la revista Qué, «Qué sucedió en la semana» se llamaba, dirigida por Rogelio Frigerio, que tenía entre sus plumas fundamentales la de Arturo Jauretche y la de Raúl Scalabrini Ortiz, todo el mundo la leía y la discutíamos en reuniones con los peronistas que la mayoría de ellos apoyaba el voto en blanco y la insurrección, porque ese voto en blanco no podía sino derivar en la lucha armada.

Esa era la línea que prevalecía en ese momento, una línea coherente con el voto en blanco, sin embargo, días antes de las elecciones del 23 de febrero de 1958, hay una decisión de Perón de último momento, con previas discusiones internas donde figuraba como interlocutor importantísimo John William Cooke que era el delegado de Perón en ese momento, era el Comando táctico como le llamaban, y Perón era el Comando estratégico.

M.H.: Cooke estaba a favor del voto en blanco, ¿no?

G.B.: Sí, en cartas entre Perón y Cooke se ve que apoyaba el voto en blanco, pero días antes, creo que el 4 de febrero, mes de las elecciones, deciden hacer la alianza con Frondizi y hacen este pacto que te mencionaba que es firmado por Rogelio Frigerio por parte de Frondizi, Frondizi y John Willian Cooke por parte de Perón y Perón, cuatro firmas en donde Frondizi se comprometía a que enseguida de asumir la presidencia iba a terminar con la proscripción legalizando al Partido Peronista e iba a devolverle sus recursos.

El 14 de enero de 1959 se produjo la toma del frigorífico Lisandro de la Torre

La insurrección de Mataderos

M.H.: Volvamos a John William Cooke, en la última oportunidad que hablamos de él, estuvimos hablando de la toma del frigorífico Lisandro de la Torre en 1959.

G.B.: Así es, en enero de 1959. Hay un crecimiento de la lucha obrera durante toda la primera etapa de lo que llamamos «La Resistencia» que empieza en el mismo 1955, pero que en aquella etapa de fines de los ´50 tiene lugar un crecimiento que se manifiesta en un hecho que fue crucial, la toma del frigorífico Lisandro de la Torre por parte de los trabajadores.

El frigorífico estaba por ser privatizado por el gobierno de Frondizi, que además recordemos que no respetó el pacto Perón-Frondizi, también es otra culminación de una etapa, la ruptura de ese pacto se enfrenta en los días de la eclosión del Lisandro de la Torre. Ahí está John William Cooke, que además de ser uno de los firmantes del pacto, fue uno de los dirigentes de la rama política más activos en la Resistencia, ahí se ve obligado a asumir no solamente una posición de liderazgo sino que además perdura en los años siguientes, en la década de los ´60.

El 19 de enero los trabajadores toman el frigorífico.

M.H.: Te quería preguntar por el dirigente de los obreros del Lisandro de la Torre, Sebastián Borro, quién luego va a acompañar tu actividad en la fundación del Partido Auténtico en los ´70.

G.B.: Sebastián Borro triunfa en las elecciones internas del frigorífico y asume la conducción de los trabajadores en esas luchas que van a culminar con la toma. Fue como si el barrio de Mataderos estuviera en manos de los trabajadores, todo el barrio se sumó. La cuestión de la privatización involucraba algo más, si se privatizaba venía una expulsión de trabajadores, iban a perder su fuente de trabajo, ese era uno de los hechos que determinó la lucha, además de una baja en el salario. Por otro lado se trataba de la privatización de un frigorífico que era del Estado con una influencia muy importante de los trabajadores.

M.H.: Investigando sobre el tema, veo que hay una fuerte acusación contra John William Cooke y sus partidarios a los que llaman «la banda trotskista» y quiero leerte lo que dice Rogelio Frigerio, la mano derecha de Arturo Frondizi: «Las provocaciones peronistas suscitaban las reacciones del gorilismo golpista que nos exigía esas medidas contra el peronismo». Se refiere a la represión brutal que se llevó adelante, «esas eran cosas de dirigentes, los obreros eran sujetos pasivos de ese manipuleo», dice el libro que estoy leyendo de Ernesto Salas, «[…] la base de esta interpretación de los hechos la daría Frigerio años más tarde cuando recomienda el análisis de las declaraciones hechas por Cooke, de las que se desprende, dice Frigerio: -la unidad de acción entre el militar reaccionario Toranzo Montero y los grupos nacionalistas de izquierda del peronismo. John William Cooke había declarado públicamente durante la huelga que la defensa del frigorífico nacional será la chispa que incendiará al país y barrerá al gobierno de la entrega». Es decir, en base a esto Frigerio afirma que la toma del frigorífico fue planificada entre Cooke y los sectores más reaccionarios del Ejército, en este caso lo menciona a Toranzo Montero, con el objetivo de derribar el gobierno progresista de Arturo Frondizi. ¿Qué nos podés decir al respecto?

G.B.: Es un invento, para mí es un total invento, el gobierno de Frondizi ya no representaba un gobierno progresista, ya se había sumido en la entrega total. Además mucha mayor vinculación había entre el gobierno de Frondizi y los mandos militares que entre lo que podrían ser los grupos de obreros que reclamaban por sus derechos en el Lisandro de la Torre.

Hay una falsedad muy grande que si la llevamos al día de hoy podemos ver que es el mismo método de distorsión de la realidad al cual recurre la derecha argentina, y de cualquier otro país para dominar la mente y engañar a las mayorías.

Los trabajadores, con Sebastián Borro, no tenían nada que ver con el Ejército sino por el contrario fueron reprimidos por ellos, los tanques entraron adentro derribando las puertas, detuvieron y reprimieron a los trabajadores y esa es la realidad total; de un lado estaba el pueblo luchador y del otro lado la reacción que venía desde la llamada Revolución Libertadora de Aramburu y Rojas, no era nada nuevo, era repetir la misma historia, nada más que esta vez en la boca de Rogelio Frigerio.

M.H.: Habías hecho referencia en nuestro último programa al gobierno de Frondizi, apuntamos a ese período porque queríamos abarcar algunos temas que se suceden durante ese gobierno entre ellos la toma del frigorífico Lisandro de la Torre. Pero hay algo previo, durante todo ese período que gobierna Frondizi, posterior a la Revolución Libertadora, aparece lo que se denomina el Neoperonismo. ¿En qué consistía y quiénes eran los neoperonistas?

G.B.: La respuesta es muy diversa pero una de las formas que tuvo la caída de Perón, porque los enemigos del peronismo, más que nada los enemigos del proyecto nacional y popular que querían rechazar cualquier posibilidad de un Estado guía, presente, y de una política que favoreciera a los sectores trabajadores, querían eliminar todas las legislaciones que eran fruto del peronismo. Fue uno de los objetivos de la mal llamada «Revolución Libertadora», porque fue una involución, una reacción conservadora, no tuvo nada de libertadora.

Hay hechos fundamentales que tuvieron lugar en la época de Frondizi, la restitución de Argentina al Fondo Monetario Internacional bajo las indicaciones del neoliberalismo propio de la época. El gobierno de Frondizi había ganado las elecciones con un discurso crítico a todo eso, sin embargo traicionó las convicciones y las promesas que había hecho durante la campaña y que formaban parte del pacto Perón-Frondizi, como hemos analizado en alguna emisión anterior, que se firma mediante la gestión de Rogelio Frigerio, John William Cooke, Perón y Frondizi.

Ese fue un pacto que no se cumplió, Frondizi no solo traicionó el pacto con Perón, sino también a la opinión pública que lo llevó al poder, al voto que logró captar a través de la campaña, porque ésta se había hecho contra el continuismo que representaba Ricardo Balbín y la posibilidad de una crítica a la política de la llamada Revolución Libertadora que era lo que pretendía Frondizi en sus discursos. Pero posteriormente firma pactos con el enemigo y traiciona esto. Inclusive el tema de la Iglesia Católica, recordemos que la caída de Perón estuvo muy penetrada por el conflicto con la Iglesia, Frondizi aparecía como la izquierda, sin embargo, fue el primero que restituyó el emblema que era para los católicos la enseñanza religiosa, la impuso en las escuelas, fomentó las Universidades privadas católicas, etc. En suma, traicionó completamente todas sus concepciones anteriores.

Es un año clave 1959 porque comienza con un conflicto gremial muy importante, justamente el 14 de enero fue el conflicto en Mataderos, en el frigorífico Lisandro de la Torre. Hubo una disposición del gobierno de Frondizi de privatizar el frigorífico, que además de ser estatal estaba penetrado por reclamos salariales que no se cumplían, el papel del sindicalismo ahí está representada por la figura de Sebastián Borro, uno de los organizadores de la lucha, y también está presente la figura de John William Cooke.

M.H.: Sebastián Borro que después va a confluir contigo en la constitución del Partido Peronista Auténtico en 1975, ¿verdad?

G.B.: Sí, él se alía a través de la rama sindical junto con Andrés Framini, Armando Cabo y otros.

M.H.: Sebastián Borro era delegado general del frigorífico Lisandro de la Torre. Había ganado las elecciones el mes anterior, ¿no?

G.B.: Sí.

M.H.: Interesante personalidad sindical, estaba leyendo sobre Sebastián Borro que nunca iba solo a ninguna reunión, siempre lo hacía con otros compañeros.

G.B.: Sí, no era muy frecuente su presencia en las reuniones, yo recuerdo muy pocas reuniones en las que hubiera estado presente, sí estaban Framini y Armando Cabo.

M.H.: Yo me refiero a las reuniones que se hacían a nivel sindical, con el empresariado o con autoridades nacionales, por aquel año 1959 que vos mencionás, a todas esas reuniones le gustaba ir con dos o tres compañeros, inclusive a las reuniones con Frondizi. Los dirigentes sindicales actuales, cuando los invita un presidente, va el secretario general del sindicato solo, es muy difícil que sea acompañado por la Comisión Directiva o parte de ella. Y otra característica que le cuestionan los militares, el Jefe de la policía, Niceto Vega, era que en las asambleas dejaba hablar a los comunistas.

G.B.: Todos esos detalles no los conocía pero evidentemente están presentes en la lucha y las reuniones de aquella etapa.

M.H.: Inclusive un conflicto que fue muy acompañado por los habitantes del barrio de Mataderos, porque rodeando la planta que tenía 9.000 trabajadores, había entre 30/40.000 personas cuando se desarrolla la represión policial y del Ejército con la participación de cuatro tanques Sherman.

G.B.: Claro, le llamaron «la insurrección de Mataderos», todo el barrio y toda esa zona estaban sublevadas contra el Ejército, porque hay que tener en cuenta que ya estaba vigente el Plan Conintes «de conmoción interna» que ordenó Frondizi durante su gobierno y que consistía en entregarle otra vez el dominio de la represión a las Fuerzas Armadas.

PROCLAMA DE LA HUELGA DEL FRIGORÍFICO LISANDRO DE LA TORRE

Los agentes del imperialismo, desde los cargos oficiales utilizan el monopolio de la propaganda para atribuir al paro general, los móviles más aviesos y las complicidades más absurdas. Basándose en la tesis reaccionaria, de que las agrupaciones gremiales sólo deben discutir temas específicos de cada gremio, dan la calificación de política a la huelga general, que se está cumpliendo con éxito total. De esta manera la oligarquía argentina se reserva el derecho a decidir cuál huelga es lícita y cuál debe ser reprimida con las fuerzas pretorianas.

Esta huelga es política, en el sentido de que obedece a móviles más amplios y trascendentes que un aumento de salarios o una fijación de jornada laboral. Aquí se lucha por el futuro de la clase trabajadora y por el futuro de la nación. Los obreros argentinos no desean ver a su patria sumida en la indignidad colonial, juguete de los designios de los imperialismos en lucha. Y si se quiere plantear el problema, en los términos materialistas que requieren los teóricos de la reacción, para no caer en la calificación de «huelga política» basta decir lo siguiente: el resultado del plan oligárquico-imperialista será un saqueo al nivel de vida de las clases humildes, y por eso éstas combaten. En un país sometido al capital foráneo, no hay posibilidades de desarrollo nacional. Tampoco puede existir una justa participación de la clase trabajadora en la conducción política, ni en el reparto del producido social. La huelga es, por lo tanto, estrictamente gremial pues se hace en defensa del salario y la dignidad de los obreros y como protesta contra la colonización. El pueblo ha respondido en su conjunto a este planteo, encabezado por las «62» organizaciones, expresando su voluntad de luchar contra la ignominiosa entrega al extranjero que se está consumando a través de su minoría sumisa.

Si los medios de lucha que ha usado no son del agrado de los personajes que detentan posiciones oficiales, les recordamos que los ciudadanos no tienen la posibilidad de expresarse democráticamente y deben alternar entre persecuciones policiales y elecciones fraudulentas. No es posible proscribir al pueblo de los asuntos nacionales y luego pretender que acepte pasivamente el atropello de sus libertades, a sus intereses materiales y a la soberanía argentina. No sé si este movimiento nacional de protesta es «subversivo», eso es una cuestión de terminología, y en los países coloniales son las oligarquías las que manejan el diccionario. Pero sí puedo decir que el único culpable de lo que pasa, es el gobierno, heredero en esta materia de la oligarquía setembrina. Por ello el pueblo está en su derecho de apelar a todos los recursos y a toda clase de lucha para impedir que siga adelante el siniestro plan entreguista. Esa y no otra es la meta que procura el Justicialismo encabezado por su jefe, el general Perón.

JOHN WILLIAM COOKE

Cooke en Cuba

M.H.: Hoy pensábamos abordar lo que sería la etapa cubana de ese importante dirigente de la izquierda peronista que fuera John William Cooke. Al respecto, Cooke llega a La Habana en 1960 y va a ser detenido.

G.B.: Justamente después de su participación y su experiencia en lo que fue la lucha del frigorífico Lisandro de la Torre, se abre un nuevo camino, tiene lugar también la irrupción de la Revolución Cubana, y John William Cooke en 1960 se dirige a Cuba junto a Alicia Eguren, su compañera. Ahí toma contacto con el Che y con varios dirigentes. Luego se establece allá, yo lo conocí en 1962 cuando llego a La Habana, me trae recuerdos que me emocionan mucho porque el hecho de haberlo conocido, de haber participado con él en varios años hasta prácticamente su muerte, que fue en 1968, mi contacto con John William Cooke ha sido casi permanente, a pesar de etapas de distancia provocadas por razones del mi trabajo acá en Argentina. Porque yo estoy en Cuba durante 1962/3, prácticamente hasta diciembre de 1963, casi dos años al lado de John William Cooke.

M.H.: Te decía que pasa una anécdota extraña porque al llegar a La Habana lo detienen a Cooke, creyendo que era un agente del imperialismo, ¿de dónde salió esa versión?

G.B.: La versión que yo tengo es que él llega y como había disposiciones muy restrictivas para el ingreso a Cuba, heredadas desde antes, John William Cooke es apartado y detenido, no llegó a ser una hora. Dicen que Cooke estaba ahí detenido cuando levanta la vista y se encuentra con el Che que había ido a buscarlo, se había enterado que estaba ahí y va inmediatamente a saludarlo al aeropuerto y por supuesto lo liberan enseguida.

M.H.: ¿Es posible que al vincular a John William Cooke al peronismo y las relaciones que Perón había tenido con varios dictadores centroamericanos como el caso de Batista, haya surgido esta versión de que Cooke era un agente del imperialismo?

G.B.: Pude ser que haya surgido de ahí, es una de las versiones, maliciosas y mentirosas que hacen las clases dominantes a través de los medios, pero evidentemente si hay una persona coherente en su acción y su pensamiento en todo momento ese ha sido John William Cooke. A quien también se lo acusó de drogadicto, lo cual fue una mentira, hay un libro escrito por un señor llamado Franco Lindner que es de la revista Noticias, que acumula una serie de mentiras sobre la vida del gordo Cooke presentándolo como una persona desvariada y a Alicia la presenta como una mujer liviana, como una prostituta.

M.H.: Nada más alejado de eso.

G.B.: Por supuesto, yo he convivido con ambos más de dos años y te puedo decir que eran máquinas de trabajar.

M.H.: Dos personas laboriosas, dedicadas a sus tareas políticas, una entrega total.

G.B.: Muchas de las funciones las cumplía Alicia mientras el gordo estaba prendido con la máquina de escribir…

M.H.: Y con el cigarrillo en la boca.

G.B.: Sí, lamentablemente con su enemigo que lo iba a matar después, sería la nicotina, pero él no era consciente de eso o tal vez lo minimizaba. Era una máquina de trabajar y Alicia cumplía funciones de contacto con gente y lo reemplazaba en muchas de sus actividades políticas indispensables como, por ejemplo, en esos días tuvo lugar el triunfo de la guerra de Argelia, o sea que en ese momento cayeron a Cuba una cantidad de dirigentes argelinos que querían hablar con Cooke, y quien tomó contacto con ellos fue Alicia.

Me acuerdo que me llamó por teléfono al hotel Habana Libre, donde vivía yo, desde el Hotel Riviera que está a orillas del malecón, donde vivían ellos. También estuvieron en esa etapa José María Rosa, Juan Manuel Montes, dirigente revolucionario de Córdoba que había sido diputado en la época del primer peronismo, etc. Iba una gran cantidad de gente, el gordo los atendía pero con la ayuda de otros compañeros que al lado de Alicia cumplíamos esa función, eso fue muy frecuente durante esos años. Recordemos que en octubre de 1962 tuvo lugar la crisis de los misiles y las ojivas nucleares que pusieron el mundo al borde de la guerra nuclear.

M.H.: Quisiera detenernos aquí, y retomar el viernes que viene con cómo se dio esa relación entre el peronismo y la revolución cubana.

G.B.: Fue al principio difícil pero luego abierta, gracias en primer lugar al pensamiento y la acción práctica de John William Cooke y también a la comprensión del Che Guevara.

M.H.: ¿Cuál era la relación del peronismo con la Revolución Cubana, a inicios de los años ´60 y el papel que cumple John William Cooke en esa situación?

G.B.: Creo que es importante la tarea y la función que cumplió John William Cooke en esa etapa. Hay que tener en cuenta que la Revolución Cubana se produce a fines de 1959, hay un ciclo que termina de la Resistencia peronista en ese año, que además coincide con el momento de la Revolución Cubana. Digo esto porque hay que recordar que John William Cooke fue uno de los protagonistas de la lucha en Mataderos. Cumplió un rol muy importante después de la frustración del gobierno de Frondizi, donde las posibilidades de democratización legal del país comenzaron a frustrarse, ese fue el proceso que lideró en gran medida John William Cooke, sobre todo en el conflicto del frigorífico Lisandro de la Torre, que fue en enero de 1959. Ahí también estuvo Sebastián Borro y otros dirigentes gremiales nuevos que asumían la Resistencia peronista.

Es importante rescatar la evolución del pensamiento crítico de John William Cooke con respecto al peronismo y del peronismo con relación a la Revolución Cubana, creo que ahí cumplió una función histórica y que está reflejada en la correspondencia entre Perón y Cooke que cubre dos tomos de esa etapa. Es imprescindible su análisis para comprender lo que pasó y la realidad y la evolución de ese proceso de primera mano.

Prácticamente comienza en 1961/2 y se va agotando y termina con la muerte del «Gordo» Cooke que tiene lugar en septiembre de 1968. Hasta ese momento se había perdido la correspondencia, pero aparecen algunos escritos en donde retoman el contacto. No hay una ruptura total, hay una especie de alejamiento.

Hay otra cosa a la que nos podríamos referir en otro momento que es el frustrado retorno de Perón en 1964. Está reflejado en un discurso de John William Cooke en el cual yo tuve el privilegio de estar presente, en Córdoba, fuimos al comedor estudiantil del barrio Clínicas, ahí él dio una explicación de ese hecho.

Mientras tanto podríamos avanzar en un elemento fundamental en la vida de Cooke que es el concepto de la praxis, lo que incorpora del marxismo, que es lo que está explícito en la famosa tesis 11, en la cual Marx dice que «hasta este momento los filósofos se han dedicado a interpretar la realidad, pero de lo que se trata es de transformarla».

M.H.: Las tesis sobre Feuerbach de 1845.

G.B.: Así es, que son muy importantes y nutren la práctica de John William Cooke durante toda su vida. Ese concepto de praxis, porque actuaba pero al mismo tiempo analizaba la realidad y conceptualizaba esa práctica haciendo una crítica muy profunda de lo que le había tocado vivir e intentar transformar. La realidad como objeto fundamental de transformación y no de contemplación nada más. Ese fue su concepto fundamental y en lo que lo acompañó Alicia Eguren.

Además de ahí surgen unos elementos que van a formar parte de su pensamiento, una crítica al modelo soviético, la posición más cercana de Cooke al Che, que también empieza a pensar con sentido crítico en relación a implantar el modelo soviético en Cuba, que al final sabemos que fracasó y que es parte de un análisis histórico muy importante para el siglo XXI. ¿Por qué fracasó el socialismo real, cuáles fueron los factores de su deformación?

Ahí tenemos también la influencia de Abraham Guillén en Cuba, en esa etapa yo estuve presente, desde 1962 hasta fines de 1963, cerca de dos años al lado de Cooke y de Alicia y todos los compañeros que llegaban.

Cuando salgo de Cuba sigo en contacto con él hasta su muerte prácticamente. Es muy importante eso porque ahí se nota la influencia sartreana, que aparece en sus libros como Crítica de la razón dialéctica, y otros trabajos y en las opiniones que fueron surgiendo a fines de los ´50 en cuanto a la concepción gramsciana de la sociedad, que va a formar parte del acervo ideológico y doctrinario del «gordo» Cooke.

Es fundamental para entender lo que fue y la crítica desde esta concepción no solo al socialismo real sino también al peronismo como tal. Quizás ahí se equivoca un poco en la historia, porque su concepción de transformar el peronismo, de darle potencia revolucionaria a esa lucha obrera y a la resistencia se frustró.

M.H.: La verdad que estas tres semanas en las que no nos comunicamos te sirvieron para introducir temas que hay que escuchar con tranquilidad, metés el tema de Sartre y una serie de cuestiones que tenemos que hacer el esfuerzo de desgranar en las próximas participaciones, para nuestros jóvenes oyentes que desconocen algunas de las cuestiones que estás planteando, pero que son realmente muy profundas. Me has sorprendido.

G.B.: También hemos dejado de lado un tema muy importante que es de la alienación, porque en la doctrina socialista, del socialismo real, del modelo soviético, está erradicado justamente el tema de la alienación que figura en los Manuscritos económicos-filosóficos de Marx de 1844, y que es necesario incorporar y discutir.

M.H.: Claro, nos va a llevar algún tiempo explicar a nuestros oyentes en una manera didáctica a qué nos estamos refiriendo. Gerardo muchas gracias en esta primera participación en este mes de enero en Plan B(aires).

G.B.: Un abrazo muy grande.

Nota:

[1] Programa radial que actualmente se emite por FM La Boca (90.1) de la Ciudad de Buenos Aires los jueves de 18:00 a 19:00.

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