Con apenas treinta y dos años Alejandro Ramírez Anderson ha disfrutado, primero con Rostros de III Siglos y ahora con su documental deMOLER, de premios insospechados. Recientemente ha obtenido el Premio Don Quijote del 7º Festival Internacional de Cine Club de Calabria, Italia y en nuestro país ha merecido innumerables reconocimientos. Esta entrevista es quizás […]
Con apenas treinta y dos años Alejandro Ramírez Anderson ha disfrutado, primero con Rostros de III Siglos y ahora con su documental deMOLER, de premios insospechados. Recientemente ha obtenido el Premio Don Quijote del 7º Festival Internacional de Cine Club de Calabria, Italia y en nuestro país ha merecido innumerables reconocimientos. Esta entrevista es quizás el resultado de largas conversaciones y de una amistad que agradezco. Por fin decidimos rescatar las palabras que amenazaban con perderse y desaparecer para siempre.
Alejandro, el documental deMoler te ha dado innumerables premios, entre ellos el 3er PREMIO CORAL del XXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en el 2004 ¿qué ha significado en tu carrera esta obra si tenemos en cuenta que es tu segundo documental?
El significado que tiene deMOLER para mí, en primer lugar, es el reto que ha sido, por el tema que trata, es un tema un poco delicado por el momento que se está viviendo en Cuba. Fue un reto artístico, fue mi tesis, y ha sido el documental que me ha abierto muchos caminos. Creo que ha sido la obra que ha definido sobre todo el tipo de documental que yo quiero hacer.
Háblame de eso, sé que trabajas el documental antropológico, ¿puedes delimitar conceptualmente qué significa?
Mira, yo creo que hay muchas maneras de hacer documental, y documentales hay diversos tipos, dentro del documental está el antropológico que va a la esencia del ser humano sobre todo, dentro, por supuesto, de procesos sociales, de procesos históricos, de procesos económicos, todo lo que rodea al hombre en sí. Este documental busca no tanto informar a la manera tradicional, con estadísticas, datos, contextualización de fechas, lugares o algo por el estilo, sino que su esencia principal radica en la búsqueda de los sentimientos de la gente, su identidad, en cómo repercute en el ser humano un proceso social, cómo lo enfrenta a partir de sus vivencias.
¿Cómo se traduce en el ámbito visual esto que explicas?
Mira, por ejemplo, mucha gente ve deMOLER y se hace muchas preguntas… ¿por qué el proceso de reconversión?, ¿Adónde va?, ¿Cuándo empezó?, ¿Cuántos centrales fueron?, ¿Cuántas personas se han visto involucradas en este proceso? Mi documental no busca informar sobre este tipo de cosas, yo sí creo que es informar de alguna forma, pero es informar a partir de la imagen que se ve, del trabajo cotidiano de ellos, de las cosas más sencillas, de cómo se desenvuelven dentro de su medio, de las relaciones humanas entre ellos, de su familia, de su propia comunidad, de sus costumbres, y cómo esto va haciendo un todo dentro de este proceso social; entonces a mí me interesa mucho que la imagen vaya hablando y que vaya completando un circulo del ser humano dentro de este proceso. Utilizo entrevistas pero las entrevistas sobre todo de apoyo a la imagen y muchas veces los documentales tienden a realizar entrevistas para apoyar la imagen.
Háblanos un poco del proceso de trabajo que te llevó a deMoler ¿cómo comenzó esta idea?, sé que estuviste en el Central ¨Paraguay¨ bastante tiempo trabajando…
Bueno mira, a mí me tocó la oportunidad de hacer un trabajo con El Programa de Desarrollo Humano Local de las Naciones Unidas en el que me pidieron la documentación fotográfica y la audiovisual de todo el proceso de reconversión del Central Paraguay. Yo tenía idea, pero muy vaga, de lo que significaba el proceso de reconversión y cuando llegué al lugar me di cuenta que era un proceso extremadamente rico, extremadamente complejo y que tenía materia para dar un documental de peso, de fuerza. Comencé a investigar, investigación de campo y una también muy completa, porque se hizo una investigación histórica, se hizo una con referentes en diferentes ramas artísticas, y se hizo una investigación social. La investigación duró 9 meses y después el proceso de realización fue en menor tiempo. También yo estaba en el ultimo año de la carrera y aproveché para que fuera la tesis. El otro proceso largo fue el de edición porque en este tipo de documental uno tiene que ser muy cuidadoso, uno tiene mucha información, tiene muchos caminos por los cuales puedes escoger que vaya el documental y uno tiene que centrarse en lo que es su tesis y ser fiel y ser consecuente con lo que quiere decir y para esto hay que descartar muchísimo material, hay que ser muy selectivo, así que el proceso de selección tanto de los planos, de la música, de las interrupciones de las entrevistas, es bastante demorado.
Se dice que los escritores valen, en el caso de la literatura por los papeles que desechan y no por los que publican, quizás ahí esté la grandeza. Quería que me hablaras del proceso de edición, vienes trabajando con Orlando en tus documentales, estuvieron juntos en Rostros de III siglos y continúan… ¿cómo funciona esa simbiosis director – editor?
Orlando Pérez y yo nos conocimos hace mucho tiempo, incluso antes de que empezáramos la carrera, él ya trabajaba en esto y yo empezaba a tener inquietudes con el audiovisual. Lo que se traduce es que todo lo que yo he hecho ha sido con Orlando, nunca he trabajado el proceso de post producción con otra persona, y bueno empezó siendo una relación de trabajo meramente, pero después fuimos amigos y ahora nos consideramos hermanos. Ya en el sentido del trabajo nos conocemos muchísimo, sabemos cómo pensamos, por ejemplo yo filmo muchas veces pensando en cómo él va a editar y él edita pensando en cómo yo quiero ver las cosas. Hay mucha relación, muchas veces no tenemos ni que hablarnos, creo que hacemos un equipo que nos entendemos muy bien, nunca hemos tenido un problema, sin embargo discutimos las cosas del documental, los procesos de creación muy fuertemente, muchas veces, por supuesto, hay contradicciones pero nunca hemos tenido un problema para resolverla, muchas veces él cede, otras veces cedo yo, muchas tenemos que conveniarlas y creo que debe ser lo rico de esto, no ser impositivo, creo que entre los dos hemos ido armando un equipo.
Eres Guatemalteco, sin embargo tu obra revela una preocupación real por el hombre, por el hombre cubano, como te conozco sé que tienes una relación muy fuerte con tu país, sin embargo me interesa cómo logras esa conexión con la identidad del cubano
Mira Danays te voy a decir una cosa, yo soy guatemalteco pero estoy desde niño en Cuba, realmente siento que mi identidad es mucho más cubana que guatemalteca, claro, hay lazos indiscutibles que me unen a Guatemala y que creo no se van a romper nunca. Ahora, mi preocupación no es solamente por el hombre cubano es por el hombre en general, de hecho ya tengo, ya tuve la oportunidad de filmar un documental en Guatemala, aparte de Montaña de luz, que también ahonda en una preocupación por el ser humano en este caso me tocó Guatemala, pero puede ser Ecuador y puede ser cualquier lugar del mundo donde el ser humano este en algún proceso que le toque vivir. Este documental que hice en Guatemala se llama Permiso a la tierra y es sobre tres comunidades indígenas que con sus propias formas tradicionales ancestrales, que vienen desde los Mayas están haciendo la recuperación, la reforestación y la conservación de bosques que han estado dañados durante mucho tiempo, entonces a mi me parece que el documentalista sobre todo tiene que preocuparse por el hombre, porque si quiere reflejar de alguna manera algo de la realidad y creo que nuestra realidad, la del ser humano es muy rica y siempre habrá temas inagotables para tratar.
¿Hasta donde llega entonces el sociólogo y dónde empieza el artista?
Creo que cuando uno ha incorporado alguno de estos roles en su quehacer cotidiano es muy difícil desprenderse de alguno de los dos, es cierto que a veces se acentúa más uno que el otro, en dependencia del momento de creación en el que uno se encuentra, la magia de esto es poder utilizar la sociología para hacer una investigación precisa y una vez con esto sucede poder trasformarlo en arte, sin la rigidez a la que a veces te someten la ciencias sociales. Parece contradictorio pero una vez que encuentras la forma de combinar ambas cosas, es mucho más cómodo trabajar.
Me gustaría que me hablaras cómo llegas a decidirte por el mundo del audiovisual, específicamente del documental, cuando muchos prefieren el cortometraje o las películas de ficción…
Yo ni de niño ni de adolescente pensaba trabajar en cine, de hecho no sabía siquiera en qué iba a trabajar y creo que la vida me fue dando paso a paso un camino que al final encontré. Te puedo decir que siempre, de muy joven, participé en proyectos de Espeleología, en proyectos de la Facultad de Biología, del gabinete de Arqueología y en este mundo fui conociendo algunos aspectos positivos, pero las especialidades como que no me llenaban completamente, yo quería expresar algo, sobre todo desde el punto de vista precisamente de esas personas que fui conociendo, cuando íbamos a visitar una cueva, por ejemplo, chocábamos con los campesinos que vivían en los lugares y me resultaban siempre personas muy, muy interesantes y no sé creo que de una manera inconsciente llegué al mundo audiovisual, y por supuesto cuando empecé la Facultad mi aspiración era que mi tesis fuera una ficción porque no tenía conocimiento siquiera de lo que era el documental y cuando me enfrenté para realizarlo y comencé a tratar con la gente, esta relación de tú a tú, a saber escuchar a las personas, a descubrir que cada una tiene algo que decir simplemente porque tiene vivencias diferentes a ti, fue así que me enamoré del documental y en este momento no sé si haré ficción.
¿No te interesa especialmente?
Todavía no sé. Dice la gente que no me ha picado el bichito o algo así, pero no lo siento. Por ejemplo yo me entero de un tema con el cual puedo hacer un documental y me apasiona, y hasta ahora no he encontrado una idea, un guión que me apasione como para decir, me voy a dedicar hacer esta película de ficción.
¿Y tu formación al lado de Octavio Cortázar que significó?
Si, yo tuve la oportunidad de trabajar con él y aunque creo que tenemos formas diferentes de realización fue una persona que me enseñó muchísimo creo que es un gran maestro, muy pedagogo a la hora de trabajar, cada cosa te la va enseñando, te hace ver qué es lo necesario de cada proceso. Yo entendí la importancia del proceso de investigación con Octavio Cortazar y sí definitivamente fue una gente que me marcó en este camino
¿Cómo llega Fernando Pérez a tutor de tu tesis, o sea a deMOLER?
Bueno sobre todo por la persona que es Fernando, no tanto por su swing sino porque me parece que es una persona muy sencilla y con una sensibilidad ante la vida y ante la realidad muy grande y era algo que yo necesitaba para mi tesis, sobre todo sensibilidad ante una realidad.
Escribió palabras muy alentadoras sobre tu trabajo
Mira, a mí eso me sorprendió, y por supuesto, de alguna manera es un gran reconocimiento hacia mi trabajo, uno de los principales reconocimientos. Con Fernando pasa una cosa muy bonita, él asume ser tu tutor pero no te dice cómo tienes que hacer las cosas, sin embargo una conversación con él, oírlo hablar, te orienta muchísimo, nunca te dice tienes que hacer esto o aquello está mal, sin embargo oírlo hablar te aclara las ideas. Yo tuve muy pocos encuentros con él, pero cada uno lo recuerdo muy bien y además siento que cada uno marcó pautas en la forma en que yo iba a realizar el documental, después que salía de hablar con él desechaba cosas que tenía pensadas y despertaban nuevas ideas, no sé cómo lo hace, tiene la capacidad de hacerlo sin decirte claramente, pero si uno es buen receptor entiendes lo que te quiere decir.
¿En qué proyecto andas trabajando ahora mismo?
Yo tenía una idea vieja, porque conocí un lugar mágico, que me presentó un fotógrafo increíble para mí, Raúl Cañibano, me llevó a la Ciénaga de Zapata, él ya había estado ahí, fui y me resultó un lugar maravilloso y bueno, elaboré un proyecto que primero era solamente eso, un proyecto y lo presenté al ICAIC y afortunadamente lo asumió. En estos momentos está en el proceso de post producción, me imagino que ya pronto estará listo.
Cuando entras a la carrera de audiovisuales en el ISA lo haces por la especialidad de sonido y luego pasas a Dirección, además tienes una obra como fotógrafo que precedió tu primer documental Rostros de III siglos ¿qué importancia le concedes a la fotografía?
Creo que todo es importante dentro de una obra audiovisual. En cuanto a mi trayectoria lo primero que fui dentro de este mundo fue sonidista de grupos musicales y mi primer enfrentamiento a un audiovisual fue precisamente haciendo el sonido, después hice un curso de fotografía fija y me convertí en fotógrafo, empecé hacer cámara y ya definitivamente a mediados de la carrera me cambié para Dirección, me parece que esto es una ventaja porque me ayuda a conocer, por ejemplo, que quiero en fotografía, o sea, muchas veces hay directores que no conocen todos los elementos de fotografía, se imaginan las cosas pero no saben cómo materializarlas y para mi a veces resulta muy fácil el dialogo con los fotógrafos que trabajo, decirles lo que quiero porque conozco el lenguaje técnico, conozco los mecanismos de hacerlo, qué lente se puede utilizar, que filtros, cuáles son los tipos de planos, cuáles los movimientos que me ayudan a expresarme. Igual me pasa con el sonido, yo tengo referencias en sonido y por eso te digo que para mí llegar a ser director fue un camino que con cada paso me iba sorprendiendo, no es que yo me propusiera desde un inicio: voy a ser director de documentales o algo así, primero me hice sonidista, después me hice fotógrafo, después camarógrafo, como que el mismo transcurso de los hechos me llevaron hasta ahí, pero no fue una cosa que me lo propusiera.
Sé que te gusta mucho leer ¿crees que algunas de tus lecturas hayan influenciado en tu obra?
Nunca había pensado que las influencias literarias hayan marcado una obra, simplemente creo que las influencias literarias me han marcado, por eso después lo reflejo en la obra. Una de las personas que me marcó definitivamente, incluso desde hace mucho tiempo fue Alejo Carpentier, soy un apasionado de su lectura, me parece increíble la forma en que describe las cosas y además creo que lo real maravilloso está presente en todo, pienso que se puede reflejar en los documentales. Me gusta mucho Julio Cortázar, me gusta mucho la literatura Latinoamericana y hay un escritor mexicano que se llama Emilio Abreu que escribió un solo libro que se llama Canek, es sobre un príncipe Maya en la península de Yucatán, Canek fue un libro que me marcó de niño, después se me perdió y lo reencontré siendo adulto y cuando lo volví a leer me revivió muchas cosas, pero también descubrí otras y en Canek descubrí parte de la filosofía Maya que me parece increíble, incluso hay un acerbo que yo utilizo mucho y que me gusta especialmente y es una de las frases que este príncipe Maya le dice a un niño. Es cuando se refiere a las cosas que uno siente muy fuertemente y no puede explicarlas, entonces hay que buscar una palabra que es inmensidad dice que es una palabra tibia, una palabra llena de misterios y dice textualmente que con una palabra como inmensidad ha cambiado el conocimiento por la razón que es una manera de penetrar en la verdad de las cosas, para mí esto es un lema en la vida, me interesan más los sentimientos, me interesa más la emoción, que los datos precisos, que las estadísticas.
¿Cómo preferirías que el publico experimentara tus obras, qué es lo que a ti te importa más que la gente reciba?.
A mi me interesaría que la gente se sentara, viera, sintiera y después reflexionara, y me gusta, por ejemplo, lo que pasó con deMOLER que tiene diversas lecturas que la gente pueda sacar sus propias conclusiones a partir de sus vivencias, precisamente me parece que es ahí donde esta la función del arte, que cada quien reciba con una misma obra un sentimiento diferente, deMOLER tiene todas las opiniones, desde las más extremas hasta las más benévolas, hasta las más radicales hasta las más tolerantes, desde las mejores hasta las peores.
Te interesaría ver tu obra en TV?
Bueno, creo que me gustaría que se viera mi obra en general, es cierto que uno trabaja con una concepción cinematográfica pero también creo que las fronteras entre los medios cada vez son menos, por eso no excluyo la TV como un medio de difusión de las obras cinematográficas, además en la TV la obra se difunde mucho más pues la ve una mayor cantidad de personas. Creo que en el caso específico de deMOLER sería muy interesante, pues fue un documental que se concibió fundamentalmente para sus protagonistas, los del central Paraguay y los de los demás centrales que sufrieron la reconversión. Ahora sí, te digo, me gustaría que se proyectara en los canales de TV que son francos y que no te utilizan ni te manipulan, me refiero específicamente a un hecho, y es que se que este documental se trasmitió por el canal 41 de Miami, ahí si no me da placer ninguno y que no piensen que me hacen un favor, al contrario pienso que trasmisiones como esa lo que hacen es desacreditar el valor verdadero que tiene un documental, pues le dan un sentido y un matiz distinto a su propósito verdadero, además de que lo considero una falta de respeto que lo proyecten sin autorización y sin consultarlo.
Aún eres muy joven, pero ya tienes una obra en la que se te puede reconocer por un estilo que has perfilado, ¿cómo te gustaría que vieran al realizador Alejandro Ramírez?
A mí me gustaría que me vieran como un tipo inquieto ante las cosas, un tipo que ve las cosas con la mayor sencillez, que no se complica mucho, que le gusta, a partir de lo sencillo, crear, dar a conocer como es que vive la gente.
PREMIOS:
«Rostros de III siglos»
3er Premio del II Encuentro de Documentales Santiago Álvarez In Memoriam.
Gran Premio del XIII Festival de Cine Club Yumurí.
Premio de la AHS, Festival Yumurí.
Premio de Cultura Comunitaria, Festival Yumurí.
Premio del Cine Club Cubanacan, Festival Yumurí.
Primer Premio de Documental en el XII Encuentro del Movimiento Nac. de Video de Cuba.
Premio de la Fundación Fernando Ortiz Festival Cine Plaza 2002.
Primer Premio de Documental en el Festival «Por Primera Vez» Holguín 2003
«deMOLER»
1er Premio Documental del Festival Almacén de la Imagen, Camagüey 2004
Premio Oscar Valdés del Festival Cine Plaza 2004
Mención de la Oficina de la Organización Católica para la Comunicación del Festival Cine Plaza 2004
Premio Mejor Fotografía Documental del Festival Cine Plaza 2004
Premio Mejor Música Original de Documental Festival Cine Plaza 2004
Premio Especial de Dirección del Festival Caracol de la UNEAC 2004
Premio Mejor Fotografía de Documental del Festival Caracol de la UNEAC 2004
3er PREMIO CORAL de Documental del XXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano 2004
Premio Colateral del Centro Pablo de la Torriente Brau del XXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano 2004
Elegido como el Documental Más Significativo del Año 2004 por la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica.
Gran Premio de la IV Muestra de Jóvenes Realizadores 2004
Premio Colateral de la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica en la IV Muestra de Jóvenes Realizadores 2004
Premio Colateral Otorgado por la Facultad de los Medios Audiovisuales del ISA en la IV Muestra de Jóvenes Realizadores 2004
2do Premio del VI Festival Internacional de Documentales «Santiago Álvarez In Memoriam» 2004
Premio Colateral Otorgado por la Asociación Nacional de Cine-Clubes Juveniles en el VI Festival Internacional de Documentales «Santiago Álvarez In Memoriam» 2004.
Premio Colateral Otorgado por el Consejo de Casas de Cultura Provincial de Santiago de Cuba en el VI Festival Internacional de Documentales «Santiago Álvarez In Memoriam» 2004.
Premio Mejor Fotografía en el VI Festival Internacional de Documentales «Santiago Álvarez In Memoriam» 2004.
Premio Don Quijote del 7º Festival Internacional de Cine Club de Calabria, Italia, 2005.
Primer premio de Documetal ¨Feriaimagen¨. Valencia, Carabobo, Venezuela. Noviembre 2005.