El terror de Estado en el Cono Sur, utilizando datos de la Comisión de Derechos Humanos en Argentina, es responsable de al menos cincuenta mil asesinatos, 35.000 desaparecidos y 400.000 encarcelamientos durante la década de los setenta. A ello hay que añadir cuatro millones de exiliados y refugiados políticos. Franck Gaudichaud define en este libro […]
El terror de Estado en el Cono Sur, utilizando datos de la Comisión de Derechos Humanos en Argentina, es responsable de al menos cincuenta mil asesinatos, 35.000 desaparecidos y 400.000 encarcelamientos durante la década de los setenta. A ello hay que añadir cuatro millones de exiliados y refugiados políticos. Franck Gaudichaud define en este libro la Operación Cóndor como «un terrorismo de estado transnacional dirigido hacia el aniquilamiento de los movimientos revolucionarios y como una herramienta para imponer nuevas formas de acumulación de capital o sea imponer y reforzar el sistema capitalista neoliberal en América Latina«. Lo que ya supone incorporar un elemento muchas veces ignorado, la estrecha e indivisible relación entre aquel genocidio y el sistema económico dominante. El autor, doctor en Ciencias Políticas (Francia) 1 , también insiste en otra tesis fundamental: «El terrorismo de Estado no se resume en una lucha contra las organizaciones revolucionarias. Más bien, las luchas contra los militantes más comprometidos y radicales sirve también de pretexto para ejercer una acción coercitiva sobre el conjunto de la sociedad y así instaurar o mantener un orden social autoritario y desigual«.
Se diría que, varios años después, la Operación Cóndor ya está estudiada y no vale la pena volver a ocuparse de ella con tantos buenos libros editados sobre el asunto. Alguien podría pensar que qué sentido tiene ahora recordar y desempolvar aquellos años de represión de las dictaduras del Cono Sur. Al fin y al cabo, ninguno de aquellos regímenes se mantiene en pie, todos esos países viven en democracia.
Pues yo quisiera explicar que son muchas las razones para no olvidar aquello. Enumero algunas: para seguir investigando hechos históricos todavía no desvelados, para exigir la justicia que no se ha aplicado, para descubrir qué sigue operativo de aquel estremecedor sistema de genocidio y para observar cuántos de aquellos métodos se están comenzando ahora aplicar en la guerra contra el terrorismo de Bush. Por eso, libros como el de Franck Gaudichaud deben seguir publicándose y autores como él, deben continuar investigando.
La obra «Operación Cóndor. Notas sobre el terrorismo de Estado en el Cono Sur» tiene muchos valores añadidos. Para empezar, un prólogo de Martín Almada, el abogado y víctima de la represión en Paraguay que descubrió, en 1992, los mayores archivos secretos sobre las masacres. También una entrevista en la que revela algunos datos que creo son fundamentales y no se consideran habitualmente. El primero, que «el pacto criminal del Cóndor no surge de América Latina, sino de los Estados Unidos. Para mí, Kissinger es el primer terrorista y no Ben Laden, ése es el número 2«, afirma Almada. Pero esto no lo dice sólo una víctima de la Operación Cóndor. El pasado 20 de noviembre, en el diario madrileño El País, al juez chileno Juan Guzmán Tapia, que procesó al dictador le preguntaron: «¿Hubiera habido que procesar a Henry Kissinger?». Su respuesta fue: «Hubiera sido muy importante. Kissinger merece el mismo juicio que Pinochet«.
Pero la otra gran afirmación de Martín Almada es que «el Cóndor sigue volando» y desvela documentos que muestran cómo en 1997 los militares del Cono Sur seguían compartiendo información sobre activistas de izquierda. Militares que continúan reuniéndose en la Conferencia de Ejércitos Americanos con la complicidad de los actuales presidentes. He aquí dos razones más para seguir recordando la Operación Cóndor.
La obra de este investigador francés también cuenta con el valioso testimonio del expreso político chileno Luis Vitale, quien relata su estremecedora experiencia secuestrado en nueve campos de concentración y tortura por orden de Pinochet. También el de Laura Elgueta, detenida en Buenos cuando tenía 18 años. Su relato nos muestra de forma emblemática, no sólo el funcionamiento de la Operación Cóndor, sino también el de la justicia actual en el Cono Sur.
Pero hay un capítulo del libro de Gaudichaud sobre el que es necesario prestar especial atención. Es el primero en el que explica el origen y principios de esta operación de genocidio en América Latina. Una de las justificaciones -afirma el autor- fue lo que los militares llamarían «la necesaria lucha contra la subversión«. Y explica textualmente el autor: «la figura terrorista es poco a poco asimilada y confundida por las diferentes dictaduras con cualquier persona que haya sido vinculada con organizaciones sociales y políticas, algunas veces trabajando únicamente en barrios populares o simplemente teniendo posturas de oposición…«. Los mensajes secretos ya desclasificados de los servicios de seguridad norteamericano revelan que los oficiales militares y de inteligencia de EEUU consideraban Cóndor como una organización antiterrorista legítima. Y es aquí donde yo pretendo llegar. Estamos viviendo tiempos en los que la tesis de la lucha contraterrorista vuelve a cobrar actualidad. Y, de nuevo, mirando a nuestro alrededor, los paralelismos entre las justificaciones y acciones de la Operación Cóndor y acontecimientos actuales son estremecedores. Hoy Estados Unidos dispone de prisiones secretas en América Latina y Europa, sistemas de secuestro e interrogatorio en coordinación con agencias secretas de varios países sin ningún control judicial ni legal e incluso de centros de detención ilegal por todo el mundo que, tanto gobiernos como medios de comunicación, tienen el desparpajo de llamar «centros antiterroristas». Todo ello ha sido destapado en la gran prensa mundial y norteamericana. Repasando libros como el de Franck Gaudichaud es como podemos comprobar que eso, y no otra cosa era la Operación Cóndor. Ahora en el año 2005 y prácticamente en todo el mundo. De ahí la gran importancia de contar con trabajos como éste.
« Operación Cóndor. Notas sobre el terrorismo de Estado en el Cono Sur». Franck Gaudichaud. Editorial Sepha. 2005. http://www.editorialsepha.com
- 1 Franck Gaudichaud es también coordinador de la sección Chile de Rebelión junto al historiador Mario Amorós. Ver sus artículos en castellano en: http://www.rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=Franck%20Gaudichaud&inicio=0