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Realidad carcelaria boliviana

Fuentes: Rebelión

Parece una lucha desigual intentar reivindicarse como ser humano en una jaula deshumanizante; paradójicamente parece inhumano sacar de esa jaula a quienes dañaron a la sociedad, y por otro lado, la prensa que corrobora el miedo de la gente de bien a que una vez fuera de esas jaulas que contienen a los más peligrosos […]



Parece una lucha desigual intentar reivindicarse como ser humano en una jaula deshumanizante; paradójicamente parece inhumano sacar de esa jaula a quienes dañaron a la sociedad, y por otro lado, la prensa que corrobora el miedo de la gente de bien a que una vez fuera de esas jaulas que contienen a los más peligrosos seres se cometan los crímenes más atroces. Sin embargo al otro lado del espejo, la familia de los convictos sufre la humillación junto con ellos y entonces en el pueblo de la revolución todos duermen tranquilos mientras esos satanases no transgredan las puertas que limitan su peligrosidad, tal parece un cuento de terror para niños pero que sucede cuando los que se creen ese cuento no son criaturas sino por el contrario profesionales, especialistas en el área jurídica y gente que se dice ¿de bien? el cuento sin duda se hace realidad pero no como parte de un realismo mágico sino como parte de una burda caricatura de la seguridad social ideal.

La cárcel a pesar de haber probado su fracaso continúa en un discurso de reinserción viciado de nulidad, y sin embargo, uno se imagina que de tanto decirse las verdades sobre la cárcel estás se vuelven trilladas, pero será trillada entonces la muerte? Uno piensa que todo tiene una lógica en función de la mayoría , pero será que necesariamente beneficia a la mayoría? cuando está demostrado que durante años el Estado ha protegido los intereses de una minoría y que la gran mayoría se ve obligada a buscar en medio de tanta injusticia una forma de sobrellevar las desigualdades muchas veces incurriendo en lo ilícito a partir de sus oportunidades y alcances, a partir de los medios a los que ha sido limitado por su procedencia racial, económico, social, etc. Se puede decir sobre los que estamos fuera de esa jaula que somos gente que nunca hizo nada ilícito? o que nunca hizo mal a nadie?, por otro lado donde están aquellos que tanto daño hicieron económicamente vendiendo al país en contratos ocultos? aquellos que abusaron de la confianza del pueblo ya fueron encarcelados? hay para ellos cárceles o inmunidad parlamentaria?

Se dice que en mayor o en menor medida cada sociedad, no sólo tiene el gobierno que merece sino también los delincuentes que merece, se justifica entonces en la desinformación de la sociedad, que roben y abusen de sus ciudadanos, y que a los que no tuvieron un pan para llevarse a la boca y delinquieron se los trate como lacra social, sin posibilidades y bloqueando sus derechos reduciéndolos a la indignidad social, a la nulidad como persona sin derecho a nada? ni siquiera a recibir sentencia?. por otro lado como juzgar lo que no se conoce? y del otro lado como no hacer nada desde la administración sobre lo que si se conoce? Tal ha sido durante años la política ejercida sobre los imputados de algún delito.

Ahora bien se habla de violadores, se habla de criminales cuya sentencia no se ha ejecutado en un alto porcentaje (1), por lo tanto 7 de cada 10 no tienen sentencia, no se sabe si cometieron o no el delito y sin embargo todos entran al saco de los criminales, de los que si salen va a ser mucho peor, por ejemplo, que nos dice el noticiero Bolivisión del 19 de Octubre, muestra imágenes de delincuentes destrozando a un animal, uno que tranquilamente ve esto se horroriza y apoya el hecho de que los criminales sigan enclaustrados, sin embargo si tan solo entendemos que quienes están recluidos no tienen ninguna protección una vez dentro ¿que podemos pensar de los jóvenes que entran al penal por pisar o trasladar coca y de pronto deben evitar llevarse mal con un asesino de alta peligrosidad?, ¿que podemos decir de aquel muchacho que de tanto dolor se sume en el consumo de la pasta base hasta perder noción de la realidad, y llora y ríe al mismo tiempo cada día frente a las rejas? que podemos decir de aquel otro que sabe que tiene una enfermedad incurable que lo está matando y se droga continuamente hasta esperar el final? o de aquel muchacho que en su esfuerzo por estudiar y trabajar aún en el penal muere por una meningitis que se pudo curar y que según el diagnóstico del médico especialista en el hospital de clínicas al que fue derivado, se trataba de un Transtorno de ansiedad? o el caso reciente de una persona que intenta prender fuego a su colchón como símbolo de protesta y sufre quemaduras en un 80% de su cuerpo frente a la indiferencia policial? indiferencia que se refleja más aún en el caso de mujeres recluidas denominadas de alta peligrosidad, donde una vez que se ingresa están prohibidas de mantener relaciones sexuales durante el tiempo de reclusión, y donde casi el 10% sufre cáncer al útero? que tipo de ca stigo humano es este?, en pleno siglo XXI quien responde por estos actos?

Frente a esta realidad, cada vez resulta más urgente la necesidad de abrir las cárceles, facilitar beneficios, extramuro, entre otros, a los que puedan acceder la gran mayoría de la población penitenciaria que dicho sea de paso proviene de una estrato social pobre, de bajos recursos y de pocas posibilidades de pagar un abogado competente, que en la actualidad sufre de hacinamiento, adicionalmente, la precariedad de las celdas es lacerante, la falta de acceso a un mínimo cuidado de la salud (2), lo precario del alimento no sólo para el interno sino también para su familia, que en algunos casos comparte la reclusión del penado en una celda de 2×2 , la falta de oportunidades al interior del penal sólo crea mayor descontento, y mas violencia, por lo tanto se debe considerar que no se va a solucionar un problema reprimiéndolo sino por el contrario, abriendo la herida desinfectando y tratándola hasta la curación total, ya que si no se da solución al problema de los penados ahora que se habla de una Bolivia hacia el cambio, se va a lamentar la pérdida de mucho capital humano, que no recibe un trato digno a pesar de su condición de prevención, al interior de las cárceles y que además ni siquiera es rentable estando dentro de las cárceles por el costo que esto significa.

Muchas son las voces que se levantan de gente que ha trabajado en el sistema carcelario durante años y cuya impotencia frente a los atropellos es lacerante y lo peor la indiferencia de la sociedad, mucho más decepcionante; sin embargo no todo es gris mientras estas voces sigan levantando su denuncia, mientras ésta llegue a algún lector y pueda despertar su curiosidad o su interés en ver la otra cara de la sociedad, la que siempre se intenta ocultar bajo estigmas que son producto de la selectividad del sistema, de las contradicciones internas de un sistema jurídico que al intentar ser más riguroso sólo demuestra su incapacidad para resolver el problema.

(1) Según Informe general de las cárceles, el 75% de los presos no tiene sentencia.

(2) En Marzo del 2006 muere Ramiro estudiante de mercadotecnia y empleado en la oficina de psicología al interior del penal, con su muerte queda al descubierto la poca competitividad de los pocos profesionales de la salud al interior del mismo.