La elección presidencial y de legisladores del año 2006 plantearon a todos los miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas el siguiente cuestionamiento: ¿Debíamos permanecer pasivos ante el intento de la derecha -representados por el PAN y el PRI-, de instalar un nuevo gobierno neoliberal que culminara el proceso de privatización del sector energético? y en […]
La elección presidencial y de legisladores del año 2006 plantearon a todos los miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas el siguiente cuestionamiento: ¿Debíamos permanecer pasivos ante el intento de la derecha -representados por el PAN y el PRI-, de instalar un nuevo gobierno neoliberal que culminara el proceso de privatización del sector energético? y en caso de optar por alguna candidatura ¿Cómo preservar la autonomía de nuestra organización sindical y la sana distancia con los partidos políticos?
Definir al candidato que mejor convenía al interés de los trabajadores electricistas no fue un problema demasiado complicado. Ante las propuestas abiertamente privatizadoras de Felipe Calderón y de Roberto Madrazo, la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, que claramente se pronuncio en defensa de la legalidad constitucional en materia energética, nuestra opción no podía ser otra que la de llamar votar por el candidato del PRD. Aún sabiendo que el programa de López Obrador no representaba una ruptura radical con el neoliberalismo, su propuesta de gobierno permitía mejores condiciones para profundizar nuestra lucha por el cumplimiento del Programa Mínimo No Negociable, la defensa de nuestra materia de trabajo y de la soberanía nacional. Por estas mismas razones la derecha y los patrones lanzaron una oprobiosa campaña en contra del candidato de la coalición «Por el bien de todos» y que culminó en un escandaloso fraude electoral.
Es importante subrayar que aunque la gran mayoría de los trabajadores electricistas y el grupo sindical mayoritario «Unidad y Democracia Sindical» llamamos a votar por López Obrador, nuestra organización sindical -el SME como tal- no se pronuncio a favor de ningún candidato y dejo a sus agremiados en completa libertad para elegir al candidato de su preferencia en congruencia con lo que establecen nuestros estatutos sindicales. Así evitamos el peligro de repetir la desastrosa experiencia corporativa que llevó a la sumisión y a la corrupción de organizaciones sindicales como la CTM. El pronunciamiento del principal grupo político de nuestra organización sindical a favor de López Obrador y la postura nacionalista del SME, permitió la incorporación de dos compañeros jubilados y ex miembros del Comité Central, José Antonio Almazán González y Ramón Pacheco Llanes, en las listas de diputados federales.
La elección de estos dos compañeros ha favorecido la lucha de los trabajadores electricistas en los siguientes aspectos: fortalece la interlocución de nuestra organización sindical ante los poderes del estado, los partidos políticos y los medios de comunicación; permite vigorizar nuestra relación con otras organizaciones sindicales y sociales que también se encuentran luchando en contra de la política neoliberal; nos permite acceder a los espacios y medios que brinda el trabajo legislativo para la realización de foros, conferencias de prensa y de otros eventos para impulsar la lucha de los trabajadores, ahorrando recursos para nuestra organización sindical; nos permite acceder, de primera mano, a informaciones políticas y económica vitales para nuestra organización; finalmente la tribuna parlamentaria es un buen medio, independientemente de las limitaciones y deformaciones de nuestra «democracia», para denunciar la política antiobrera del este gobierno patronal, rechazar iniciativas privatizadoras en materia energética y laboral, así como para elaborar iniciativas de ley que beneficien nuestro interés de clase.
En cumplimiento de estos objetivos mencionaremos, brevemente, lo más significativo del trabajo realizado por nuestros camaradas diputados, José Antonio Almazán y Ramón Pacheco. El primero es secretario de la Comisión de Trabajo y Previsión Social y miembro de las comisiones de Hacienda y Crédito Público, Energía y de la Especial que investiga la tragedia de la mina Pasta de Conchos. Ha realizado una intensa labor de solidaridad con la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que lo ha llevado a participar en las movilizaciones realizadas en ese estado y en impulsar la realización de un Foro Nacional por la Defensa de los Derechos Humanos en Oaxaca, realizado el pasado 9 de enero. Además ha sido activo promotor de la campaña denominada Jornada Nacional e Internacional por la Restitución del Salario y el Empleo, en este sentido organizó un Foro, en la Cámara de Diputados, que contó con la participación de un amplio número de organizaciones sindicales y de investigadores. En todas estas actividades se ha contado con el apoyo y la entusiasta participación de nuestro Comité Central y en particular de nuestro Secretario General, Martín Esparza Flores. Ahora el Diputado Almazán se encuentra preparando sendas iniciativas para ampliar y defender las conquistas plasmadas en la Ley Federal del Trabajo y una reforma a la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica para hacerla congruente con el artículo 27 constitucional, sobre todo en lo que respecta a la exclusividad de la nación y la rectoría del Estado en la explotación de este recurso estratégico. Nuestro camarada Ramón Pacheco es secretario de la Comisión de Energía y miembro de las comisiones de Trabajo y Previsión Social y de la de Radio, Televisión y Cinematografía. Ha tenido importante y destacada participación en los debates sobre la Ley de Ingresos y del Presupuesto de Egresos de la Federación, en la defensa del patrimonio energético y, como todos pudimos observarlo a través de los noticieros de televisión, en la movilización realizada para impedir la asunción del presidente espurio el pasado 1 de diciembre. Congruente con su promesa, demandada por sus electores del tercer distrito electoral (Atzcapotzalco), de «hacerse presente de manera habitual y cumplir con los compromisos adquiridos y no desaparecer de los ojos de los ciudadanos después de las elecciones como ha sido costumbre», Ramón mantiene presencia cotidiana en su módulo de atención ciudadana y recientemente ha lanzado una publicación denominada «Ahuehuete». Con esta revista nuestro camarada diputado cumple su palabra empeñada de llevar atención social, formación política y la realización de diversas actividades culturales a todos los habitantes de su distrito electoral.
Es recomendable, incluso conveniente, el que todos los compañeros electricistas observemos el trabajo de nuestros diputados a través del Canal del Congreso, en su página electrónica (http://www.camaradediputados
No obstante lo anteriormente expuesto, la situación de nuestros camaradas diputados no es para nada sencilla. En primer lugar tienen que lidiar con una mayoría de diputados de derecha (PAN, PRI, Verde Ecologista, Panal y Socialdemócratas), que en conjunto suman 343 diputados, frente a los 157 que suman los diputados del Frente Amplio Progresista (FAP, integrado por el PRD, Partido del Trabajo y Convergencia). Hay que recordar que para aprobar una reforma constitucional se necesita de dos tercios de los diputados, es decir 333 votos. Esto no quiere decir que la derecha tenga ya asegurada la votación para aprobar sus «reformas estructurales», para ello tendrían que vencer la resistencia de un buen número de diputados del PRI y del PAN, que también se oponen a la privatización del sector energético, además de la resistencia popular encabezada por nuestro sindicato. Pero aquí no terminan las dificultades. Dentro del FAP, y aún dentro del propio PRD, existen corrientes de opinión dispuestas a «negociar» con el gobierno ciertos puntos de la agenda neoliberal a cambio de concesiones en materia electoral o de la llamada «reforma del estado». No es necesario abundar acerca del contenido de estos debates pues son del conocimiento público, pero sí es motivo para que nuestra organización no olvide mantener la movilización, y la organización independiente de los movimientos sociales, como nuestra principal arma de lucha.
Esta breve reseña del trabajo legislativo realizado por nuestros compañeros diputados, y de las batallas que aún están pendientes, nos hace ver la necesidad de que las organizaciones sindicales, independientes y democráticas, contemos con presencia propia en estos espacios. En cierto modo esta modesta experiencia entra en sincronía con los triunfos electorales obtenidos recientemente por organizaciones sindicales, indígenas y partidos de izquierda en América del Sur. La lucha en contra del neoliberalismo y del imperialismo también debemos librarla en el terreno electoral.