1. Como si los diferentes movimientos de trabajadores, estudiantes o ciudadanos de los últimos 50 años en México les haya faltado fuerza de masas o una estrategia adecuada para lograr que gobierno y empresarios no los sigan explotando, engañando y oprimiendo. No se si fallan las masas o las estrategias de sus dirigentes; no […]
1. Como si los diferentes movimientos de trabajadores, estudiantes o ciudadanos de los últimos 50 años en México les haya faltado fuerza de masas o una estrategia adecuada para lograr que gobierno y empresarios no los sigan explotando, engañando y oprimiendo. No se si fallan las masas o las estrategias de sus dirigentes; no se medir hasta dónde pueden llegar y resistir los movimientos, si éstos son víctimas de la mala dirección de sus dirigentes o de plano las fuerzas rebeldes no han sido suficientes para conquistar sus objetivos. Lo que a mi no me convence es que siempre los luchadores sociales pasemos todo el tiempo echándole la culpa a la burguesía porque nos reprimió. Da la impresión de que le tenemos una enorme confianza a las clases poderosas y que creemos que no defenderá su poder. La realidad es que vivimos de ilusiones.
2. Parece que a López Obrador le faltó fuerza, por eso fue defraudado en las elecciones. A los profesores de la sección 22 y a la APPO de Oaxaca les falló la fuerza, por eso el gobierno de Fox, aliado al PRI, los reprimió con brutalidad y apresó a sus principales dirigentes. A los de la CNTE le ha faltado fuerza para tirar a la Gordillo y democratizar el SNTE. Los mineros del sindicato han carecido de fuerza, por eso su dirigente sigue perseguido sin haber podido regresar a México. A Marcos le ha faltado fuerza por eso su lucha sigue débil y estancada en muchas regiones. Los electricistas y otros sectores obreros han podido frenar la privatización abierta de la electricidad pero no la que avanza a diario mediante acuerdos con grandes empresarios nacionales y extranjeros. Así ha sido a través de la historia, las clases poderosas siempre han tenido fuerzas de más.
3. Llevamos más de medio siglo condenando a la burguesía política y empresarial porque reprime las batallas de los trabajadores, como si no fuera una obligación, un asunto de vida o muerte para ella, defender sus grandes propiedades, sus enormes privilegios y todo lo que «le ha costado» obtener y mantener su poder. Se nos olvida el papel que cumple el Estado en la sociedad capitalista. ¿Para qué sirve el gobierno, la policía, los tribunales, el ejército, los medios de información, las leyes, la iglesia, sino para asegurar el dominio de la clase dominante? Obvio, no forman un bloque sólido, sin contradicciones; pero cuando tienen el objetivo de enfrentar las luchas de los obreros, campesinos, estudiantes, ciudadanos, se unifican dejando de lado cualquier interés particular. Esa unidad burguesa para reprimir es la que no encontramos nosotros para luchar.
4. En 1956/59, los ferrocarrileros, profesores, electricistas, petroleros, lograron unificar sus fuerzas y ganaron algunas demandas, pero le dejaron las manos libres al gobierno de López Mateos y los reprimió con brutalidad cuando se descuidaron. En 1965/66 los médicos, por primera y única vez, salieron a la calle a luchas por salarios, becas y derechos, recibieron la solidaridad del pueblo de México, se descuidaron y el gobierno de Díaz Ordaz los acabó. En 1968 salimos a la calle e hicimos temblar al gobierno y a los empresarios durante tres meses; el dos de octubre el gobierno nos madrió porque no pudimos avanzar más. En 1988 el gobierno realizó un gran fraude electoral; el PAN se alió con Salinas, pero el cardenismo no estuvo al nivel de las circunstancias. La alianza del Salinas y el PAN fue abierta; creció la derecha y la izquierda sólo puso los muertos.
5. En 1993/94 se firmó el Tratado de Libre Comercio (TLC) y la izquierda sólo protestó con vergonzosa timidez. Al iniciarse 1994 el zapatismo vino a sacudir la conciencia dormida de la izquierda, automáticamente se convirtió en vanguardia de las luchas pero después de un año comenzó a frustrase las esperanzas; sin embargo en el 2001 la caravana recordó que todavía quedaba una vela prendida en Chiapas. A pesar del terrible desgobierno foxista, el gran crecimiento del desempleo y la miseria, las luchas en México fueron muy débiles; se pensaba que Fox había hecho arreglos con los jefes de los movimientos. Pero a partir de 2004, aunque sólo electoralmente, López Obrador se convirtió en el centro de la oposición política. Como las enormes movilizaciones en el DF, con más de un millón de manifestantes contra el desafuero, jamás se habían visto.
6. López Obrador pudo obtener la Presidencia pero la izquierda dividida se dispersó más aún pensando en que aquel era «más de lo mismo». Se hicieron a un lado Cuauhtémoc Cárdenas y sus seguidores, los zapatistas del EZLN y sus adherentes y los antiAMLO del interior del PRD. En Oaxaca no se pudo expulsar del poder al gobernador asesino porque fuera de algunas declaraciones del PRD, de La Otra, del Diálogo Nacional y la CNTE nacional, el apoyó no apareció directamente. En Atenco se reprimió con brutalidad el movimiento y se encarceló a muchos dirigentes campesinos donde la Otra Campaña tiene enorme influencia; por eso las organizaciones fuertes no apoyaron directamente. Lo mismo ha pasado con el movimiento sindical minero y otros movimientos pequeños que han sido reprimidos con gran bestialidad por defender sus tierras, su trabajo, la ecología, sus formas de vida.
7. Han trascurrido más de cinco décadas de los primeros grandes movimientos de trabajadores que pusieron a la clase gobernante en jaque. Al parecer educaron más esas huelgas y movilizaciones a los gobiernos y empresarios que lograron unificarse que a los mismos trabajadores, ciudadanos y sus dirigentes que, al parecer, poco captaron. La realidad es que la clase política mexicana posee una enorme experiencia en ese campo de la política de masas. El manejo que hizo de la revolución mexicana, el movimiento cristero y del cardenismo les dio un buen conocimiento para controlar y mediatizar con la izquierda a los trabajadores y para golpearlos con la derecha. Ante la gran habilidad por más de 70 años de gobiernos priístas, que posteriormente han cogobernado con el PAN, la izquierda ha demostrado históricamente su inexperiencia.
8. ¿Qué hacer para que no continúe este estado de cosas donde (después de los últimos 50 años de sufrir derrotas, persecuciones, golpes, cárceles, asesinatos) sólo se oyen quejas de la izquierda porque la derecha «se vale de todo»? Había que pensar siempre que nuestras fuerzas divididas no alcanzan para lograr la renuncia de un mal gobernante, para sacar de la cárcel a nuestros presos o para obtener el cumplimiento de nuestras demandas económicas, sindicales o democráticas. ¡Qué heroicas han sido las batallas de los oaxaqueños, de la CNTE, de los jóvenes zapatistas, de los anarquistas, de los estudiantes, campesinos o ciudadanos! Sin embargo qué necios y cínicos ha sido los poderosos gobernantes y empresarios que se han negado a solucionar los problemas que les plantean. Pero más tontos hemos sido quienes nos hemos pasado 50 años quejándonos sin presentar una alternativa valiosa capaz de destruir el poder.