Manuel Espino sí sabe para quién trabaja. Cuando en marzo de 2005 llegó a la presidencia del Partido Acción Nacional, Espino, un panista sin abolengo a quien su correligionario Juan Ignacio Zavala definió como expresión de la «derecha radical (llámese ultra , Yunque o lo que sea)», era un subproducto acabado de las organizaciones clandestinas […]
La tardía adscripción de Acción Nacional a la familia ideológica democristiana se remonta a los años 80 y llegó de la mano de la fundación Konrad Adenauer (Konrad-Adenauer-Stiftung, KAS), que funciona como lo que se ha dado en llamar «diplomacia informal» de la Christlich Demokratische Union (CDU), el partido demócrata cristiano (católico) de Alemania. Sin embargo, la consolidación de los vínculos del PAN con la Organización Demócrata Cristiana de América se dio durante el mandato presidencial de Vicente Fox (2000-2006). En ello jugaron un papel fundamental, además del CDU y la Fundación Adenauer de Alemania, el Partido Popular liderado por el ex jefe del gobierno español, José María Aznar, y el Instituto Republicano Internacional (IRI), brazo propagandístico del Partido Republicano de Estados Unidos. De esos institutos políticos salieron los recursos clandestinos que, desde el exterior y de manera ilegal, aceitaron la campaña electoral del primer presidente panista de México, canalizados a través de la asociación Amigos de Fox.
No es para nada casual que uno de los patrocinadores de Espino en su irresistible ascenso a la presidencia de la ODCA sea el DDC, engendro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de comienzos de los años 90 a raíz del desplome del campo socialista, utilizado como instrumento para el desarrollo del trabajo subversivo en la isla, particularmente enfocado hacia la juventud cubana.
Desde su surgimiento, el DDC recibe fondos públicos del gobierno de Estados Unidos y la CIA, vía la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), la Nacional Endowment for Democracy (NED), el Instituto Republicano Internacional (IRI) y organismos no gubernamentales de fachada como la Pan American Development Foundation, con sede en Washington. Sólo en el periodo 1997-2000, el DDC recibió un millón 184 mil 957 dólares de la USAID y la NED.
La «vocación» socialcristiana del DDC es reciente. Adquirió su membresía plena en la ODCA en la misma reunión celebrada en Santiago de Chile el 12 de noviembre de 2006, en la que Manuel Espino fue electo presidente. Su objetivo: penetrar, tratar de capitalizar y manipular a la ODCA contra Cuba y Venezuela.
Igual que la Unión Liberal Cubana, de Carlos Alberto Montaner, el DDC es una organización compuesta por un núcleo duro y pequeño de colaboradores de la CIA, a quienes no les interesan las actividades proselitistas y la captación de nuevos miembros. Su principal cabecilla, Orlando Gutiérrez Boronat, es un terrorista precoz del exilio miamense, que además ha desarrollado acciones de propaganda contra Cuba a través de la WSCV Canal 51 de Miami y Tv Martí. En México, el DDC impulsó la creación de la Promotora Internacional de Derechos Humanos, muy activa en la exigencia del voto del gobierno mexicano contra Cuba en la ex Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
Uno de los proyectos más importantes del DDC, para el cual ha recibido cuantiosos medios materiales y financieros de la CIA, es Radio República. Se trata de una emisora dirigida hacia los radioescuchas en Cuba, cuyos programas son preparados por especialistas en guerra sicológica de la central de la agencia en Langley. Radio República, que la CIA promociona como «la voz del DDC», transmitió por primera vez el 15 de agosto de 2005, a través de las ondas de la emisora oficial estadunidense Radio Miami Internacional, por la frecuencia 9955 KHZ, banda de 31 metros. Con posterioridad ha utilizado espacios alquilados a Radio Martí. Problemas técnicos impidieron a la CIA iniciar la programación dos días antes, un día como hoy, 13 de agosto, cuando Fidel Castro, cumplía 79 años.
Desde entonces, junto a Radio Martí, la emisora constituye la de mayor peso en la propaganda radial enemiga por onda corta contra Cuba, transmitiendo 116 horas semanales. Radio República utiliza transmisores situados en territorios de Gran Bretaña, Canadá y Alemania, países aliados de Estados Unidos. Sin embargo, existen fundadas sospechas de que la emisora pretende ampliar su trabajo subversivo y desestabilizador contra Nicaragua y El Salvador, desde una estación con base en territorio costarricense.
Los exitosos pasos de la CIA para incluir al DDC dentro de la membresía de la ODCA, dirigida por Espino desde su cuartel general en México, parecen configurar un eslabón más en la creciente dependencia de los gobiernos del PAN a la diplomacia de guerra de Washington. Hasta ahora, los intentos de Estados Unidos para involucrar a México en acciones hostiles y subversivas contra Cuba o de utilizar su territorio con tales fines habían resultado de poca envergadura. Pero al parecer la situación está cambiando.