Fuera de catálogo. Noticias de ninguna parte William Morris Ciencia Nueva, 1968 Este libro se publicó en el hoy tan denostado año de 1968. Es un libro muy del 68 y apareció publicado en una editorial muy del 68. Una editorial con la que los futuros cuadros de la transición forjaban su acritud contra […]
Ciencia Nueva, 1968
William Morris (1834-1896) es un claro representante de una fracción, ilustrada y esteticista, de la burguesía acomodada británica que acompaña el movimiento socialista del XIX y que, más allá de sus raíces humanistas, acaba por apoyar el movimiento emancipador aun sin renunciar a una idea idílica sobre la sociedad comunista del futuro.
Pintor, poeta, escultor, publicista inmerso en la estética prerrafaelita e impulsor de talleres artísticos en donde arte y artesanía tienden a romper sus fronteras, la figura de Morris tiende, equivocadamente a mi entender, a ser situada en las coordenadas del socialismo utópico acaso por la presencia en sus escritos del componente humanista señalado y por su hincapié en el trabajo manual como clave de la necesaria desalienación. Noticias de ninguna parte es una utopía singular que transcurre en un topos concreto: la futura Inglaterra del siglo XXI. Publicada en 1890 mantiene una estructura narrativa semejante a la ucronía –A Dream of John Ball– que el autor escribiera dos años antes (recientemente traducida por la editorial Barataria): un miembro de la Liga Socialista se ve transportado en el tiempo a una idílica Inglaterra que ha superado el capitalismo, atravesado la etapa de la dictadura del proletariado, cruzado el momento socialista de «a cada uno según su trabajo» y ha alcanzado el momento de una sociedad comunal en el que cada uno recibe «según sus necesidades», y en la que el Estado ha desaparecido para dar lugar a la mera «administración de las cosas».
En estos tiempos en que el capitalismo parece haber dejado de ser doctrina para presentarse como «estado natural», esta novela podrá parecerles ingenua a muchos. Harían mal, creo. Nada hay de ingenuo en ella. El paisaje social que nos propone da entrada a sugerentes reflexiones sobre el papel de la educación, la condición de género, el control y dirección de la producción, la relación con la naturaleza, la canalización social de las pasiones, el papel del arte, las motivaciones del trabajo, los nacionalismos o el trato hacia las minorías y la disidencia. Porque ese punto de llegada de novela no oculta el trazo del duro camino histórico hasta la arribada: organización del enfrentamiento con el capital, violencia coactiva revolucionaria, lucha contra los errores de un autoritarismo que se presenta como atajo, la dificultad en la determinación de las necesidades, el peligroso uso de tecnologías alienadoras. En resumen: un repaso a las cuestiones que atañen al escenario de la transformación del sistema que se nos impone actualmente (y hasta tal punto se nos impone que ofrecemos resistencia ante cualquier discurso narrativo optimista.) Una novela que recuerda que para salir de la derrota es tarea prioritaria construir otro horizonte.