Julie Aguirre con un mural que pintó en Jinotega Julie Aguirre es una artista revolucionaria con más de treinta años de trayectoría en Nicaragua como activista cultural. Ha pasado por la amarga experiencia de la dictadura somocista, el triunfo y los logros de la Revolución Popular Sandinista y las tristezas de la guerra impuesta por el imperio. […]
Julie Aguirre con un mural que pintó en Jinotega
Julie Aguirre es una artista revolucionaria con más de treinta años de trayectoría en Nicaragua como activista cultural. Ha pasado por la amarga experiencia de la dictadura somocista, el triunfo y los logros de la Revolución Popular Sandinista y las tristezas de la guerra impuesta por el imperio. Después de 17 años de gobierno neoliberales ha visto regresar al poder el gobierno revolucionario del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Tortilla con Sal logró hablar un poco con Julie Aguirre de sus experiencias y de las dificultades que los artistas en Nicaragua han enfrentado en el pasado y ahora.
TcS : Estamos con Julie Aguirre, una pintora y muralista de Nicaragua. Nos hemos conocido por más de una década ahora, trece años …
JA : Trece años, sí…
TcS : Quise abordar con usted, Julie, el tema de cómo sobreviven los artistas en Nicaragua ahora, ¿cómo están organizándose?…¿puede hablar un poco sobre su experiencia ahora como artista aquí?
JA : Yo en este momento estoy a cargo de la Unión Nicaragüense de Artistas Plásticos, como presidente de esta organización que nació en los años ochenta. Los artistas estamos organizados, algunos dentro de la Unión Nicaragüense de Artistas Plásticos. Tenemos compañeros que ya son fundadores de esta organización y tratamos de unirnos para hacer actividades propias de los artistas.
Por ejemplo en este año logramos enviar una exposición a los Estados Unidos. Para el 19 de julio se hizo una exposición grande con más de sesenta artistas que participaron y se puede decir ahora que podemos volver al Teatro (Ruben Darío). Porque antes, en la década de los anteriores gobiernos, los 16 años atrás de los gobiernos neoliberales que han habido, pues, el acceso al Teatro estaba restringido se puede decir. Si un artista quería hacer una exposición tenía que alquilar el teatro y pagar una cantidad.
Pues ahora es la segunda vez que los artistas podemos ir al Teatro, nos montan una exposición y no tenemos que pagar. Eso es una parte importantísima que se logra hasta ahora que está nuevamente un gobierno revolucionario. Y logramos montar esta exposición en saludo al aniversario de la Revolución con más de sesenta obras de diferentes artistas miembros de la Unión.
También mantenemos contacto con el Instituto de Cultura. Se logró hacer un certamen que fue convocado por el Instituto de Cultura que igualmente, pues se ha retomado. Porque durante 16 años no había certámenes de artes plásticas. Habían bienales, verdad, pero tenían otra características. En este año se logró hacer un certamen y esos son parte de los logros que hemos ido teniendo que vemos la preocupación de integrar a los artistas en actividades nacionales, internacionales y, claro, nos interesa tener una estrecha relación con el gobierno con el Instituto de Cultura que es el representante en este caso del gobierno y así tener actividades tanto nacionales como internacionales.
TcS : Hay que suponer que ustedes como artistas sienten fuertemente los efectos de la crisis económica actual…
JA : Se dice casi siempre que los artistas sobreviven, ¿verdad? Bueno nosotros sobre todo los nicaragüenses hemos aprendido sobrevivir terremotos, huracanes, guerras, dieciséis años de gobierno neoliberal, pero aquí estamos. Estamos sobreviviendo pero, claro, es muy difícil la situación de los artistas, pues, lamentablemente el arte no es una prioridad. La gente se preocupa de comprar otras cosas y casi no se invierte en arte pero logramos sobrevivir aunque la situación es muy difícil.
En el caso mio que me toca atender a ochenta o casi cien artistas, me doy cuenta de las necesidades de mis compañeros y que todos los artistas pasamos. Miras que a veces te dicen que si no pagas la luz que la cortan, que hay limitaciones para enmarcar tu obra. Es difícil. Lo bueno es que los artistas tienen su familia que se ayudan y eso hace que el artista continúe en su trabajo pero es difícil.
No estamos totalmente hundidos en la miseria pero, sí, se sobrevive difícilmente y que se está creando. Creo que la misma situación difícil hace que el artista sea ingenioso en su trabajo, en la sobrevivencia, pero esperamos que tal vez haya una oportunidad para continuar creando ysobreviviendo en una situación que es difícil a nivel mundial y por supuesto a nivel nacional.
TcS : ¿Qué quería decir para usted como artista el período de la Revolución Sandinista?
JA : Yo ya tengo más de treinta años de ser pintora. Me inicié en 1974. Entonces ya llevo un poquito de tiempo dentro de este trabajo. Me tocó vivir como artista en la época del somocismo. Que había represión, mi esposo lo mató la Guardia. Eso fue en 1978. En el ’79 el triunfo de la revolución y los años ’80s ya se puede decir el florecimiento de las artes.
Y, sí, me tocó vivir muy de cerca y digo yo Gracias a Dios eso me ha dejado una formación de disciplina, de entrega a mi trabajo, tanto el trabajo individual como el trabajo colectivo y creo que para mi fue importante eso años ’80s. Fue como una escuela, un aprendizaje, porque hay muchas cosas que …. por ejemplo yo era pintor de cuadritos pequeños de caballete y la primera experiencia grande se puede decir que tuve fue cuando se nos invitó a quienes querían participar en la elaboración de un mural en el Parque Luis Alfonso Velasquez.
Y pues, claro, con todo el entusiasmo de la revolución, la juventud, el deseo de hacer algo, varios de nosotros levantamos la mano y dijimos sí. Para mi fue una experiencia muy bonita. Por primera vez en mi tiempo de artista, de pintora ir a una pared grande al aire libre en la calle donde la gente es el principal crítico. Que la gente le dice si le gusta o si no le gusta, lo que quieren ver en una pared. Eso fue bonito porque no es solamente el pintor encerrado en su casa sino el pintor al aire libre oyendo a la gente que te hacen una sugerencia o podes oír un comentario «eso no me gusta» entonces todo eso a uno le ayuda a formarse como artista y a compartir con la gente.
Eso fue una de las experiencias que más me ha gustado y por supuesto después en ese período tuve la oportunidad, también gracias a la Revolución, a viajar y a conocer otros países y de compartir con otros pintores, igual hacer pinturas en grupo o sea nos reuníamos seis o siete pintores de diferentes nacionalidades de países por supuesto socialistas. Yo fui invitada a la Bulgaria a participar en un simposio de pintores. Solo yo hablaba español pero en el arte no necesitas el idioma. El arte es universal. Y cada uno allí estaba entregado a su creación.
Fue una experiencia muy bonita porque aprendes a compartir con otras personas y eso fue gracias a la Revolución, gracias al apoyo que se dio a las artes en general no solamente a la pintura. Y también que en esa época teníamos, bueno ya existía nuestra organización, la Unión de nosotros, la Unión de Pintores se fundó a finales de setenta y nueve en el mismo año de la Revolución, del triunfo de la Revolución.
Y en los ochenta se creó una organización muy grande que había, la Asociación Sandinista de Trabajadores de la Cultura que aglutinó a todas las asociaciones y uniones de los artistas pintores, músicos, poetas, de danza, circo, teatro. Era una organización muy grande que tuvo un papel muy importante en el desarrollo de las artes plásticas. A mí me queda una gran experiencia, un gran aprendizaje y satisfacciones porque eso también es importante del período de los ochenta, digamos los diez años que tuvimos del primer gobierno revolucionario que fue maravilloso, fue increíble.
TcS : Y después de la elección que para un parte de la sociedad nicaragüense fue una victoria, una victoria para la derecha, de 1990 y para los Sandinistas por supuesto fue un catástrofe electoral. Después de eso ¿cómo cambió su vida y cómo logró desarrollar su trabajo? Porque, si me acuerdo bien el Alcalde de Managua, Arnoldo Alemán, pintó en negro todos los murales.
JA : Bueno como yo te decía anteriormente, que esa experiencia de hacer un mural al aire libre fue algo tan bonito – allí vieron artistas de la calidad de Alejandro Canales, Manuel García, Leonel Serrato, Hilda Vogel, ya fallecida, verdad.
Yo hice una pared junto con Manuel García y Hilda Vogel y lamentablemente al ganar este nuevo gobierno en los noventa que fue de Doña Violeta, el hombre que en ese momento era el Alcalde, Arnoldo Alemán, mandó a eliminar todos los murales que recordaban la Revolución. Eso fue una fatanaría para mí. Nosotros lo denunciamos y es más. Este hombre nos invitó a una reunión allí en las oficinas de la Alcaldía y fuimos todos los pintores que habíamos participado en los murales acompañados por otros colegas y periodistas. Y él dijo no había sido él pero bueno, eso fue una cosa terrible. Pero la historia no se puede borrar de un plumazo ni con un rechazo. Lo que ya se hizo hecho está. Eso no lo puede eliminar él.
Prueba de eso es que después al destruirse mi mural o el mural de mis compañeros nos sentimos terriblemente afectados emocionalmente porque es tu trabajo, tu esfuerzo. Lo hiciste con cariño no por dinero, por cariño hiciste ese trabajo. Y bueno nos pusimos denunciar, se denunció a nivel internacional pero lamentablemente en ese momento las leyes ellos las tenían en sus manos y no podíamos hacer nada. Pero sí fue denunciada la barbarie de borrar murales que pienso que se debían de haber estado conservado para la historia.
Artistas como Alejandro Canales que ya estaban fallecidos. Destruir un mural pues yo puedo hacer otro pero Canales que era fallecido, ¿por qué destruir la obra de un artista y que la obra de él no tenía nada político? Lo político es que se hizo en la época de la Revolución. Pero el mensaje era un mensaje más bien para alfabetizar a la gente, si mal no recuerdo, porque había un libro con letras para que la gente leyera, con poemas
Entonces fue un error pienso de ese señor, pues. Pero después yo tuve la suerte de encontrarme con el Padre Miguel d’Escoto. No recuerdo cuantas meses habían pasado después de la destrucción de los murales y el Padre me pidió que si no quería ir a trabajar en una pared haciendo un mural. Y yo me sentí tan alegre que alguien me diera nuevamente la oportunidad de expresarme.
Y bueno, sí le digo yo y me fui a ver la pared que iba a ser. Fue un poquito grande. Pero siempre entusiasmada me metí de lleno pues y trabajé dos murales que para mí tienen también un sentido. El mural se llama el empoderamiento del pueblo, que la gente unida pueden llegar hasta el fin pues, luchar por sus medios por sus reivindicaciones, como es la educación, la salud, la vivienda. Y eso representa ese mural que ahora no sé si está borrado o si está capturado.
Está en un lugar que no sé que va a pasar con estos murales, que se hicieron en un lugar que se llama Casa Benjamin Linder y que fue una invitación de Padre Miguel D’Escoto, que es de FUNDECI. Y bueno también allí espero no tener la tristeza que sean destruidos porque sería lamentable. Pero ese período para mí fue muy duro porque yo recuerdo que al haber un cambio de gobierno y yo estuve por mucho tiempo saliendo en el periódico criticando a Alemán, tirándole a Alemán.
De pronto me sentí que, bueno ¿qué va a pasar ahora como artista? Como un día fui a un lugar, vendí, me compraron dos obras y a los dos días alguien me comentó que no querían obras de artistas nicaragüenses en ese lugar y sobre todo las mías porque estaba peleando con un funcionario del gobierno. De pronto veo que están cerrando. Y bueno, digo yo OK, yo no voy a golpear la oficina de una persona de estas que está en el nuevo gobierno para pedir que te ayuden para que te compren una obra.
Yo ya tengo un tiempo trabajando. Tengo una experiencia. Tengo respeto a mi trabajo, a mi como persona y no quiero caer en eso. Entonces me fui de Nicaragua. No de viaje. Me iba a trabajar seis meses a Guatemala. Regresaba. Me volví a ir. Gente que conocí en la época de la revolución que eran amigos de la Revolución, unos noruegos, una coreana. Entonces hacía contactos y alguien me enviaba a una galería….eso hice, o sea, por casi cuatro o cinco años estuve viajando a Guatemala, me quedaba mi buen tiempo allá, porque aquí en Nicaragua yo no podía, no me sentía con libertad y tranquila.
Entonces, bueno, opté por buscar como dicen, fuera de mi país aunque era difícil también. Guatemala no era muy bueno. No querían a los Sandinistas y yo dondequiera que voy tengo ese color, como dicen la gente. Que saliste en una revista, que saliste en algún periódico y siempre criticaba a los gobiernos, estos gobiernos liberales pero al final …..
TcS : Y el trabajo de la Unión de Pintores, ¿cómo fue esa época?
JA : Esa década fue bastante difícil aunque se mantuvo pues, antes de la pérdida de las elecciones hasta el noventa y cuatro yo estuve también presidenta de la Unión, yo hice un período de noventa y dos a noventa y cuatro como presidenta de la Unión, y manteníamos actividades. Claro mantuve el contacto con mis compañeros. Hubo un momento cuando la organización decayó. Esa es la realidad, pues claro, no había más apoyo. Aunque el apoyo no era solamente del gobierno sino de personalidades que venían a Nicaragua y apoyaban a la Revolución. Entonces al haber también menos gente viniendo a Nicaragua, como se perdió un poquito el apoyo y se bajaron las actividades y ahora en los últimos años estamos retomando de nuevo el trabajo.
TcS : Porque al final de la administración del Ing. Bolaños, usted estaba trabajando con una ONG norteamericana que estaba financiando un pequeño proyecto comunitario cerca de Ocotal, ¿verdad?
JA : Si, a veces es bueno tener amigos aunque uno no tiene dinero. El Padre Miguel D’Escoto igualmente me presentó a este señor que es de una ONG que se llama Operación USA y me recomendaron para ir hacer un mural a una comunidad que se llama Santa Rosa en el municipio de San Fernando a 256km de Managua. Esa fue una experiencia que se me devolvió como dicen – pero antes de eso tuve otras experiencias bonitas – pero ese viaje a Santa Rosa me hizo sentir más cerca de la gente porque me fui a convivir por cinco meses a este lugar donde esta organización ha estado apoyando a esta comunidad que son campesinos que viven totalmente de la tierra.
Es un lugar largo del bullício de la ciudad, donde la gente se dedican completamente al cultivo de la tierra. No había luz. Pero había un gran calor humano que yo no sé, me sentí tan cómodo en ese lugar. No había teléfono. Para salir a la carretera había que caminar tres o cuatro kilómetros. Era bonito. Este señor Richard Walden quería que yo expresara en un mural la historia de esa comunidad y la historia era bien interesante porque eran campesinos que en la época de la guerra tuvieron que migrar porque la Contra atacaba esa zona, les quemaban sus ranchos, sus cultivos.
Entonces, bueno yo lo que hice fue escuchar a varias personas del lugar para interpretar un poco la historia de ellos y que era lo que estaban haciendo actualmente. Entonces eso fue lo que hice pues. Un pequeño relato de la historia de la comunidad y lo interesante también para mi en ese lugar fue que tan largo de Managua yo necesitaba ayudantes porque solo yo nunca habría terminado en cinco meses una pared tan grande con todo lo que yo quería poner en la pared.
Entonces conseguí platicar con unos jóvenes del lugar que les gustaba la pintura. Los invité y después los contraté como ayudantes para que empezaran a manchar, a llenar, a hacer cosas. Y fue increíble, al final los chavalos estaban integrados al trabajo y gracias a la participación de dos o tres jóvenes de allí, Sergio y Pedro, me sirvió bastante para terminar el mural en tiempo record.
Ahora, antes de eso, yo me regresé de Guatemala. Me regresé por razones un poco se puede decir personales, de salud, ya no quería volver. Me cansaba ir a Guatemala. Volver. Mi hija quedaba en la casa con mi familia o una empleada. Entonces tenía mi cuerpo en Guatemala y mi mente y mi corazón en Managua.
O sea, fue como muy complicado. Al final, había conocido a una persona que colaboraba en FUNDECI y me invitaron hacer un mural en Jinotega. Fue una oportunidad a volver a hacer otro trabajo y fue una cosa bien bonita porque también yo pienso que los murales que he hecho me han salido como del alma. Me propusieron ir hacer un mural en Jinotega en un lugar que se llama Casa Materna en donde llegan las mujeres del campo pero bien alejado – de El Cuá, de Wiwilí y no sé de que otras comunidades. Es un albergue para que las mujeres esperen ir a su parto.
Entonces, bueno, cuando yo miré la pared un poquito también al aire libre, en una zona cerca de la parada de los buses, del mercado, bien concurrida y empecé ver el ambiente, el lugar, porque yo llego a la pared y voy sin boceto ni nada. Bueno, digo yo, entonces lo que voy a hacer es el albergue. La Casa Materna y los personajes del mural van a ser las mismas mujeres que llegan al centro. Y muchas de las señoras que estaban allí eran las que agarraba como modelo y eso fue lo que hice. Claro lo complementé con actividades culturales, qué sé yo, un baile La Vaquita …..
Fue una experiencia bonita también. Nunca había convivido con personas del campo que llegaban a esperar su parto, oír las historias que contaban esas mujeres. No sé un día si tengo tiempo y podría ser que me gustaría hacer como una secuencia de mis experiencias que he encontrado en cada pared.
Después igual me invitaron ir a Matagalpa e hice otra pared que me alimentan, me da energía y esta Casa de la Mujer fue para mi una historia bien bonita. Fue la Casa de la Mujer «Nora Hawkins», pero tenían en la entrada una oficina, una organización de ciegos. Yo pintaba – ese fue un mural interior – entonces yo pintaba en la parte de adentro y subí a una mesa para trabajar la parte de arriba. Y cuando entraba uno de los señores, tal vez creo que se llamaba German, y me saludaba «Hola ¿cómo está? ¿cómo va la pintura?» «Ah, muy bien» le decía yo. «Qué bueno – dele duro. Siga trabajando.» Y yo me digo «Si él no mira ¿cómo sabe que estoy haciendo?», pero esa relación con una persona no vidente que sabía y percibía que yo estaba allí – cada vez que yo regresaba a Managua yo me sentía con más energía, porque el contacto con la gente es super-interesante más así – digo yo, no sé.
He hecho cosas bien locas digo yo. Porque voy a un lugar y en Managua la gente se queda y se encierra en su casa, en su taller y pintan y estás pintando algo … siento con frío. En cambio cuando yo siento que me voy fuera y estás en contacto con la gente, pienso que te renuevan constantemente aunque haga parecido mis personajes – o los personajes de Managua o las personas dónde estoy.
Ha sido una gran experiencia para mí a pesar de las dificultades que pasamos los artistas, Cuando decimos dificultades, es el poder vender nuestra obra – pero hay otras cosas que te llenan el espíritu como es el contacto con la gente.
TcS : Y cuando ganó la elección en dos mil seis el Comandante Daniel, me imagino que el nuevo gobierno estaba cargado con muchas esperanzas e ilusiones de parte de todo el pueblo. ¿Cómo ve usted el desarrollo de su trabajo y su vida bajo este segundo gobierno revolucionario?
JA: No quisiera hablar directamente de mi persona. Preferiría decir nosotros los pintores. Yo recuerdo cuando se dio la noticia que le Frente ganó, la gente estaba muy contenta. Los pintores, lo primero fue «Bueno, OK, ahora sí alguien nos va a tomar en cuenta». Inmediatamente me recuerdo que Yelbita Ubau y otro compañero pues nos juntamos e inmediatamente hicimos una carta felicitando a Comandante Daniel Ortega y a la compañera Rosario Murillo por el triunfo del Frente.
Después escuchamos que el nuevo Director del Insituto de Cultura iba a ser Luis Morales que conocemos de la época de la Asociación Sandinista de Trabajadores de la Cultura y bueno decimos que OK vamos a ver ahora gente que se identifican con los artistas, que conocen nuestro trabajo.
Igual mandamos una carta felicitándolo (TcS, a Luis Morales), poniéndonos a la orden para juntos hacer algo. Hemos estado en contacto con el Instituto de Cultura como te decía hemos logrado hacer algunas actividades y se han abierto espacios. El mismo Instituto de Cultura tiene dos salas en el Palacio de la Cultura en la cual si un artista está interesado en montar una exhibición personal, lo solicita, se incluye en el calendario que tienen ellos y tenes la oportunidad de montar una exhibición en el Palacio de la Cultura. Tienen otros espacios ellos en el Centro Cultural en Managua donde está el Instituto de Cultura donde montan actividades en conjunto.
Pienso yo que al retomar o al triunfar el Frente en las elecciones de dos mil seis estamos seguros que se abre un nuevo espacio para todos los artistas. Claro, no podemos estar creyendo que el gobierno va a resolver todos nuestros problemas porque es difícil, hay una infinidad de cosas que hacer que también nosotros como artistas, como organización tenemos que poner de nuestra parte.
El gobierno, en este caso el Instituto de Cultura es un facilitador pero nosotros también tenemos que poner de nuestra parte para poder continuar en nuestro trabajo creativo o de difusión. Muy difícil pero se hace pues, manteniendo la relación, manteniendo la calidad en nuestras obras, se va a hacer algo