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Bolivia, resurgimiento de una destruida economía

Fuentes: Rebelión

Resulta excepcional que el Fondo Monetario Internacional (FMI), caracterizado a lo largo de su historia por imponer medidas neoliberales en contra de políticas a favor del bienestar social de los pueblos, reconozca que una nación del Tercer Mundo como Bolivia haya tenido en los últimos años meritorios avances económicos. Además, esto ocurre en contraposición con […]

Resulta excepcional que el Fondo Monetario Internacional (FMI), caracterizado a lo largo de su historia por imponer medidas neoliberales en contra de políticas a favor del bienestar social de los pueblos, reconozca que una nación del Tercer Mundo como Bolivia haya tenido en los últimos años meritorios avances económicos.

Además, esto ocurre en contraposición con los grandes medios de comunicación capitalista que no conciben que un presidente de procedencia indígena, Evo Morales, haya logrado, con eficiencia y maestría, llevar adelante exitosamente un proceso de crecimiento económico en uno de los países más pobres de América Latina.

El jefe de la misión del FMI en La Paz, Gabriel Lopetegui, declaró en un reciente seminario ofrecido en esa ciudad, «el buen desempeño económico, los avances en la redistribución del ingreso y la inclusión social, la «bolivianización» de la economía y el manejo prudente y adecuado de la deuda».

Innegablemente, como dirían los grandes astrónomos, el sol no se puede tapar con un dedo.

Lopetegui reconoció que 11 % de la población de Bolivia, de 10 millones de habitantes, o sea, 1,1 millones, abandonó la línea de extrema pobreza entre 2006 y 2010, en que el Gobierno boliviano legisló el pago de rentas vitalicias, de entre 1 800 y 2 400 pesos a la población mayor de 60 años, que engloba a 800 000 adultos. Datos de organismos internacionales indican que en 2004, siete de cada 10 bolivianos vivía bajo la línea de pobreza.

El gobierno de Morales asigna rentas de 1 820 pesos a mujeres en estado de gravidez y madre puerperal hasta que sus hijos cumplan 2 años lo cual ayuda a combatir los índices de morbo morbilidades de madres gestantes y niños hasta 5 años por enfermedades prevenibles.

Se suman programas sociales como el pago de 200 pesos (bolivianos) al año per cápita a 1,6 millones de estudiantes entre el primero y octavo grado para revertir los índices de deserción escolar en el país, donde antes de 2006 el analfabetismo afectaban a 27 de cada 100 habitantes.

Esas políticas de transferencias instrumentadas en los últimos años para disminuir las desigualdades extrema en que anteriores gobiernos dejaron a la población boliviana se han presentado bajo los nombres de, Renta Dignidad, Bono Juancito Pinto, Plan Juana Azurduy, entre otros.

Con la ayuda del método cubano Yo Si Puedo y con el apoyo de educadores de esa Isla del Caribe y venezolanos, Bolivia eliminó ese flagelo y en 2010 la UNESCO la declaró territorio libre de analfabetismo.

Desde la llegada de Evo, se llevan adelante los programas de salud gratuita a todo el pueblo, se han construido numerosos hospitales y policlínicos a lo largo y ancho del país y miles de bolivianos han sido operados de enfermedades oculares mediante la Operación Milagro con ayuda cubana y venezolana.

Pese a que desde 2006 el gobierno de Morales ha dirigido su economía en forma independiente, desligada de los asesoramientos y presiones del FMI, el organismo ha emitido, por segunda ocasión en poco más de seis meses, informes destacando la trascendencia de las medidas ejecutadas.

Claro, siempre detrás viene la coletilla y de eso se encargó también Lopetegui al sugerir la eliminación gradual de los subsidios de los hidrocarburos; criticar la inflación de 2010, que cerró en 7,18 %, y para este año se prevé 7,9 %, y cuestionó el uso de las Reservas Internacionales Netas (RIN).

El Gobierno rebatió inmediatamente las observaciones de Lopetegui y ratificó que la subvención a los combustibles

permanecerá vigente hasta que se logre un consenso con las organizaciones sociales.

Explicó que la inflación está controlada y puntualizó que para 2011 el índice anual será del 6 %.

En cuanto al RIN, cuyo nivel alcanza al 50 % del Producto Interno Bruto (PIB), significó que le dan al país un amplio margen de acción pues se encuentra por encima de los niveles óptimos según análisis realizados en Bolivia por el propio FMI.

El Ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce Catacora, explicó que con las Reservas Internacionales se financian proyectos de inversión en los sectores estratégicos de la economía y el Banco Central de Bolivia (BCB) ha establecido sólidas normas para estos créditos.

Importantes sectores y recursos naturales que habían sido privatizados por los gobiernos neoliberales como petróleo, gas, madera, oro, aviación, telecomunicaciones, electricidad, telefonía, transporte público, fueron recuperado y ahora gran parte de sus beneficios se destinan a los programas sociales.

Nuevas fábricas de papel, cartón, pintura, procesadora de almendras y derivados se han instalado por los distintos departamentos del país a la par que se apoya financiera y comercialmente a pequeños productos industriales y se trabaja en el desarrollo general de la agricultura.

Para 2011 el gobierno tiene asignada la abultada cifra de 3 000 millones de dólares para construir carreteras, instalación de tuberías de agua potable y alcantarillado, escuelas, centros de salud, hospitales, entre otros.

Solo en el primer semestre de este año, la inversión pública en transporte, vivienda y telecomunicaciones generó alrededor de 250 000 nuevos empleos todo el país. Bolivia tiene una tasa de desempleo de solo 5,5 % una de las más bajas de Latinoamérica.

Bolivia continúa enfrascada en el desarrollo económico y social de su pueblo en general y hasta el FMI ha tenido que reconocerlo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.