1. Calderón, como Fox y anteriores gobiernos del PRI, se han negado rotundamente a crear una Comisión de la Verdad en México para que investigue lo que ha pasado con las 52.000 muertes ocurridas en los últimos cinco años. El socorrido argumento del presidente ilegítimo Calderón es que «México no es un país de gobiernos […]
1. Calderón, como Fox y anteriores gobiernos del PRI, se han negado rotundamente a crear una Comisión de la Verdad en México para que investigue lo que ha pasado con las 52.000 muertes ocurridas en los últimos cinco años. El socorrido argumento del presidente ilegítimo Calderón es que «México no es un país de gobiernos asesinos». La Comisión de la Verdad tiene la misión de investigar lo que ha sucedido en el país, por lo menos desde 1959 -cuando se reprimió masivamente a los ferrocarrileros llevando a más de dos mil obreros a la cárcel; cuando se reprimió y encarceló en 1965 a los médicos; cuando de asesinó a estudiantes de 1968 y cuando en los años 1971-74 se desarrolló la llamada Guerra Sucia; investigar lo que pasó a partir de 2006 con nuestros 52.000 muertos. La realidad es que conocemos mucho, pero es necesario ir a los archivos para probar o descartar los que la población asegura.
2. En Argentina, después de 35 años, se pudo escuchar el grito: «¡Al fin la justicia!», que vitorearon al unísono centenares de manifestantes que frente a los tribunales escucharon en una pantalla gigante el veredicto de los jueces del tribunal federal número cinco que, en una resolución histórica, condenó a cadena perpetua a figuras emblemáticas de la pasada dictadura (1976-1983) como los ex marinos Alfredo Astiz, Jorge Tigre Acosta, Ricardo Miguel Cavallo, y otros, por delitos de lesa humanidad perpetrados en el Centro Clandestino de Detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) No olvido, y tuve la suerte casual, de presenciar el plantón de las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, enfrente del Palacio Nacional de Buenos Aires. La combatividad de aquellas mujeres que reclamaban la aparición de sus familiares y, en su caso el castigo a los militares asesinos golpistas, no cesó durante aquellos largos años.
3. Mientras tanto en Brasil el Senado de aquel país aprobó ayer 26 de octubre, la creación de una comisión de la verdad que tendrá la misión de investigar torturas y asesinatos de presos políticos durante la dictadura militar (1964-1985), entre otras violaciones a los derechos humanos. El proyecto, según se ha publicado -aprobado por votación simbólica, que entrará en vigencia tras ser promulgado por la presidenta Dilma Rousseff- otorga a la futura comisión el poder de exigir documentos de organismos públicos -incluso los considerados secretos-, indagar a testigos y solicitar análisis forenses para identificar los restos mortales de desaparecidos políticos. Aunque no tiene poderes para castigar, la comisión de la verdad INDEPENDIENTE -si lográramos instalarla en México- sería ya un magnífico avance. ¿Por qué se han opuesto los gobiernos, la clase política y los mismos empresarios? Al parecer, por lo mucho que se descubriría.
4. En México, después de la proclamación en 1917 de la Constitución política no ha habido una dictadura militar como en Argentina, Chi le, Brasil, Bolivia, Colombia y otros países latinoamericanos, pero obviamente ha habido una dictadura civil de una clase social con mucho dinero y poder que ha reprimido con brutalidad las luchas del pueblo. Lo que los dirigentes priístas repiten de que «el PRI le dio a México una estabilidad social por 70 años» se parece mucho a «la paz de los sepulcros» que garantizó Porfirio Díaz en 35 años (1876-1911) El PRI al gobernar durante 71 años (1929-2000) -incluso el PAN en dos sexenios- impidió los levantamientos armados aplicando de manera variada «la ley fuga porfirista», es decir, el asesinato por «suicidio», «por querer huir», «por fuego cruzado» o «por confusión». No ha habido dictadura militar pero los gobiernos han mantenido a los militares bien comidos y con altísimos ingresos.
5. Pero en México, por sus tres mil kilómetros de frontera con EEUU, los militares no han tenido la necesidad de un golpe de Estado. Han sido los gobiernos yanquis los que durante décadas -en unas más, en otras igual- han impuesto sus políticas; por el contrario, en Brasil, Argentina y otros países los mandatarios estadounidenses han sentido que los gobiernos civiles se les escapan de sus dominios y por ello han acudido a los militares. Precisamente por ello una real comisión de la verdad autónoma pondrá con toda su paciencia y su capacidad llegar hasta el fondo de los problemas, muchos de ellos relacionados con la intervención política de los EEUU, durante un siglo, en nuestro país. Es el motivo que, según se ha dicho hasta la saciedad, del miedo terrorífico que el gobierno tiene a que se investiguen las cosas oscuras o turbias en el país. Por ello los gobiernos se han opuesto a la creación de la comisión de la verdad autónoma.
6. La comisión de la verdad tiene que estar integrada por personas independientes, capaces y muy trabajadoras. Por lo excepcional de sus funciones la comisión de la verdad deberá disponer de medidas de seguridad. Todas las instituciones deberán prestarle su apoyo. El poder ejecutivo tiene la obligación de coordinarse con otros poderes para pedir colaboración con los comisionados. La comisión deberá entrevistar, recopilar, practicar visitas, inspecciones y contará con apoyo de expertos y peritos. Podrá reservar la identidad de los que colaboran con ella e incluso gestionar medidas de seguridad para las personas que son amenazadas. Es decir, tendrá que ser una comisión que de manera permanente deberá estar dando informes de su trabajo y, al mismo tiempo, garantizar que la población esté informada. Sin duda, si la comisión cumple de manera independiente, ayudará a destrabar los enormes problemas delincuenciales del país.
7. Dado que el gobierno tiene la obligación de tratar con ella para garantizarle las mejores condiciones para su trabajo de investigación, da miedo que el gobierno la cree con personajes a su servicio, con investigadores e intelectuales orgánicos, tal como se han integrado otras comisiones y organismos como el IFE, la SCJN, el TRIFE, Banco de México, la comisión de transparencia y todas las comisiones de vigilancia que funcionan con personajes al servicio del gobierno y del poder. Se dice que «quien no debe, nada teme», pero los gobiernos mexicanos deben mucho; por ello hablar de la comisión de la verdad en México -sobre todo independiente- es como una amenaza directa al Estado. ¿Puede olvidarse que existe la comisión de la verdad en países como Argentina, Chi le, El Salvador, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia que -con excepción de Brasil- son países de menor número de habitantes comparados con México.
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