El libro comprende tres historias que confluyen en un mismo espacio físico pero distinto en lo temporal. El primer cuento se llama«Obtusa y la plaza Dorrego» y es protagonizado por un hombre singular, Obtusa, un vecino del barrio de San Telmo que duerme bajo un viejo árbol de la plaza Dorrego, tiene unos 30 años, […]
El libro comprende tres historias que confluyen en un mismo espacio físico pero distinto en lo temporal. El primer cuento se llama«Obtusa y la plaza Dorrego» y es protagonizado por un hombre singular, Obtusa, un vecino del barrio de San Telmo que duerme bajo un viejo árbol de la plaza Dorrego, tiene unos 30 años, quien por decisión propia abandono todas las leyes del sistema y esto hace que en su día a día tengas vivencias simples como que coma de las sobras que le dan los dueños de los restaurantes y bebe algún vino de las monedas del turismo. La historia transcurre durante el mes de Julio en la fría ciudad de Buenos Aires, en la cotidianeidad de la plaza, donde tangueros y cantantes brindan sus espectáculos a los transeúntes que por allí pasan. La historia se centra en Obtusa, quien va recorriendo las calles del barrio y se va encontrando con muchos amigos, entablando graciosas conversaciones que nos harán reír.
El segundo cuento, «21 de Diciembre«, relata los últimos momentos de la vida de un joven inmigrante trabajador de nacionalidad argelina, Zineddin Rachem, quien vive en una pensión sobre la calle Perú. La tierra está por desaparecer, tal como lo anunció la civilización Maya y otras tantas originarias de antaño. La narración nos ofrece una perspectiva sobre el fin del mundo, desde el barrio de San Telmo. La historia se vuelve más que interesante si tenemos en cuenta que este año tendremos el 21 de diciembre tal cual anunciaron los Mayas. Sin duda el tiempo le dirá a este autor si lo escrito en su cuento se torna realidad o no.
Por último, tenemos al cuento «El conde Finochetto y Némesis» que trata de las vivencias de un grupo de jóvenes, estudiantes y gente trabajadora, que conviven con un misterioso personaje. Es interesante el escenario de la historia, un barrio en el cual el estudiante y el trabajador se encuentran, conviven y son a veces el mismo. Pero lo más interesante, el toque fantástico que da el autor, es la posible coexistencia del hombre con un ser extraterrestre pero de apariencia a priori como los humanos.
Fantásticas historias de San Telmo reúne tres cuentos que rinden homenaje al pintoresco barrio que da su nombre a la obra. El elemento fantástico roza la estructura de los relatos, haciendo por momentos, generalmente en el desenlace, apariciones contundentes y determinantes.
Un elemento que es ya una constante en la obra del autor es la construcción de personajes atravesados por condiciones de marginalidad y desigualdad socio-económica cosa que el autor pudo experimentar en carne propia dada su condición de pertenecer a la clase trabajadora y parte de las historias son recuerdos de cuando vivía en el barrio de San Telmo. La postura política del autor se revela generalmente a través de estos personajes, en sus reflexiones, sus sentimientos y sus diálogos, así como en sus vivencias. El escritor se esmera en la introducción y el prólogo a la obra, manifestando allí esta postura, no tan presente en su primera obra, El tesoro escondido, pero sí en la segunda, La caída. Barreiro adopta un enfoque casi militante de un nuevo paradigma «en solitario», optimista en cuanto a la habilidad de las mujeres y los hombres para disfrutar más allá de las circunstancias.
Es entonces que aparece el entramado espiritual de su pensamiento, que adopta la filosofía de su maestro Pren Pal Rawat, considerado por la ONU como el orador de la paz honorifico N°1 en occidente en este momento quien ya visito en varias ocasiones a la Argentina, Chile y Brasil.
Fantásticas historias de San Telmo comienza con una clasificación de los posibles lectores del libro, en función de distintos niveles de conciencia en la relación con el mundo y con el otro tanto del otro como especie humana como no humana. Aquí también el autor se muestra optimista en cuanto a un seguro despertar por parte de los seres humanos en este comienzo de siglo 21. En los relatos, este proceso se da en un «tiempo» complejo pero naturalizado por el conjunto de ciudadanos, pero sabido como tiempo subjetivado a la vez que objetivado: «Las semanas pueden parecer segundos y los segundos pueden parecer semanas».
En este cuento el espacio y la percepción del mismo es de importancia. Y juega un poco con las leyes de la física cuántica que hoy dominan el saber en nuestro paradigma científico hegemónico. Hay un breve resumen histórico del barrio de San Telmo, donde transcurren las historias, y nos cuenta en algunos de los cuentos hasta por las calles y lugares por donde transitaba Carlos Gardel o hasta inclusive el físico Einstein. La subjetividad y la objetividad parten en este punto de la verdad del sujeto que día a día vive en nuestro moderno paradigma.
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