1. Los gobiernos del PRI y del PAN -está ya más que demostrado por sus historias- son gobiernos al servicio de los empresarios, de los monopolios y de los más poderosos hombres de negocio. No ha bastado decir que son derechistas y conservadores por ideología; además usan sus gobiernos para acumular más poder político y […]
1. Los gobiernos del PRI y del PAN -está ya más que demostrado por sus historias- son gobiernos al servicio de los empresarios, de los monopolios y de los más poderosos hombres de negocio. No ha bastado decir que son derechistas y conservadores por ideología; además usan sus gobiernos para acumular más poder político y económico. Con sólo revisar lo que ha sucedido por el enorme desempleo, los salarios miserables, el narcotráfico, los 100 mil muertos y la migración en los últimos cinco sexenios, puede comprobarse la evidencia de lo que se dice; esos partidos no esconden -ni pueden hacerlo- que sirven a los millonarios. Por el contrario el PRD y demás organismos de la seudoizquierda -que en realidad son socialdemócratas o «progresistas- no han dejado de plantear que políticamente son diferentes cuando es evidente que gobiernan como los derechistas del PRI y del PAN.
2. Los gobiernos del PRD de Amalia García en Zacatecas, Cárdenas-Godoy en Michoacán, Salazar-Sabines de Chiapas, Torreblanca-Aguirre en Guerrero, Gabino Cué en Oaxaca -a pesar de sus discursos- terminaron sin diferenciarse del PRI y del PAN, es decir: «la misma gata revolcada». En vez de políticas comunitarias, de creación de organizaciones de avanzada, de políticas contra los terratenientes, contra los acaparadores y monopolios, de creación de empleos, de erradicación de ideales capitalistas, esos gobernadores funcionaron igual que el PRI y el PAN en cuando a privilegios para los amigos y familiares, beneficios para empresarios y hasta nepotismo. Devolvieron los gobiernos al PRI de manera directa o indirecta, demostrando con ello -según la población d diferentes estados- que el PRD no es distinto a los otros partidos, que son lo mismo.
3. En cuando a los gobiernos del PRD de la ciudad de México o DF: Cárdenas, López Obrador y Ebrard -aunque entre los tres hayan sido diferentes- en bloque se dedicaron a modernizar en sentido capitalista la ciudad. La dotaron de más agua, más puentes vehiculares, más transporte, más drenaje; pero al mismo tiempo nada hicieron (o extremadamente poco) contra su espectacular crecimiento poblacional, contaminación fabril, millones de automóviles, así como la concentración de empresas y negocios. Quizá no hicieron ellos grandes negocios ni desfalcaron el presupuesto como lo habría hecho el PRI o el PAN, pero fuera de algunos «remedios caseros» como las pensiones y becas -que también el capitalismo atiende- no hubo una diferenciación ideológica que haga distinto al gobierno. Sólo a partir del desafuero contra AMLO, comenzó algún enfrentamiento y una diferenciación.
4. Si bien López Obrador pudo radicalizarse rumbo a la izquierda a partir de 2004, provocado esencialmente por las políticas de bloqueo del presidente Fox y los medios de información, la habitantes de la ciudad de México no han tenido ningún giro positivo hacia la izquierda o de simpatía a las luchas de los trabajadores; por el contrario los gobiernos de Ebrard y de Mancera -votados en el DF- representan una mayor derechización del PRD. Fuera de las campañas para no votar por el PRI y el PAN, ¿cuánto se ha hecho para que la ideología de izquierda, el pensamiento de solidaridad con los trabajadores, penetre en el pensamiento de los habitantes de esta megalópolis? ¿Por qué los gobiernos del DF no destinan financiamiento e ideas para contrarrestar la gran campaña nacional de los poderosos medios de información encabezados por Televisa?
5. Con este tipo de gobiernos del PRD -que no tocan la estructura capitalista porque sólo buscan brincar de un cargo a otro y así garantizar ingresos millonarios- pueden pasar otros 50 o 100 años de neoliberalismo y privatización empresarial. Los poderosos empresarios y los medios de información tienen agarrado a los gobiernos «progresistas» de las partes blandas y dolorosas para que no los toquen y continúen haciendo negocios y organizando monopolios para exprimir a la población. Por ello el mismo López Obrador -quien como político está por arriba de todos porque todavía le queda un pequeño grado de independencia y vergüenza- para no disgustar a los empresarios y al clero, no deja de reiterar que su lucha es únicamente electoral y pacífica. ¿Cómo entonces realizar reformas de fondo para cambiar aunque un poco el sistema de explotación?
6. La izquierda mexicana, la honesta y pura, la que se agrupa en núcleos pequeños, sin fuerza, un poco marginal, jamás ha luchado por la vía electoral, por cargos en el gobierno o por subsidios públicos. Al mismo tiempo es esta izquierda, la radical, libertaria y anarquista, la que se ha reprimido con brutalidad y violencia. Contra ella se ha lanzado Estado y gobierno para encarcelarla, asesinarla, violentarla, tal como sucedió el primero de diciembre tendiendo una trampa provocadora a los estudiantes y demás jóvenes. Y en esta violenta provocación organizada por el PRI y el gobierno de Peña Nieto, intervino también la policía del DF organizando el diseño de represión y poniendo a sus policías bajo el mando general. Tanto los gobiernos de Ebrard y de Mancera están implicados en la represión y encarcelamiento de los jóvenes.
7. Parece que la comunidad de artistas cinematográficas -con ese maravilloso vídeo de 25 estrellas del arte de la pantalla chica y grande, en el que exigen la libertad de todos los presos políticos del primero de diciembre- son muchos más avanzados que partidos y políticos «progresistas» que por arrastrarse ante Peña Nieto, buscan justificar la represión. El PRD al fin se quitó descaradamente la careta de «progresista» para demostrar que es un partido tan funesto como sus compinches que controlan el poder. Espero que el partido MORENA sea consecuente exigiendo la libertad de todos los presos, que salga a la calle y que tenga la capacidad para continuar siendo un partido de oposición desarrollando otros métodos de trabajo, totalmente distintos a los empleados por el los tres partidos electoreros; de lo contrario será abandonado por la gente más consciente.
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