1. La toma del aeropuerto de la ciudad de México -por los movimientos sociales- es fundamental para hacerse oír por la clase dominante. ¡No debe olvidarse! Dado que es territorio federal están el gobierno, los empresarios y los medios de información a punto de crear una «pena de muerte» o por lo menos «la cadena […]
1. La toma del aeropuerto de la ciudad de México -por los movimientos sociales- es fundamental para hacerse oír por la clase dominante. ¡No debe olvidarse! Dado que es territorio federal están el gobierno, los empresarios y los medios de información a punto de crear una «pena de muerte» o por lo menos «la cadena perpetua» a quienes lo hagan; también buscan instalar una revisión estricta a pasajeros y acompañantes; pero lo que seguro harán es el ridículo: instalar otro Estado de sitio. Pero en nuestro país quienes no luchan o no se defienden con dignidad, quienes viven arrastrados a los designios del poder, desde hace mucho padecen la muerte perpetua, aunque parezcan vivos.
2. El espacio de noticias de Carmen Aristegui, hasta el día de hoy, es el único comercial decente (y muy escuchado) en todo México. Su orientación -al buscar la objetividad, pero también por sus inclinaciones y comentarios- es de centro-izquierda. En el México capitalista no tendría lugar (no podría hacerse) una radio de izquierda porque no hay preocupación por ello a sabiendas de que no lo dejarían salir al aire. En algunos estados de la República han surgido radios comunitarias, pero más tardan en organizarse que estar en el aire. La única forma de que el pueblo sea escuchado es organizándose para «tomar» (le llaman violentamente) una radio y una televisora por unas horas o uno o dos días.
3. En la izquierda conozco ( me he comunicado con ellos por Internet) Telesur de Venezuela, RT Novosti de Moscú, Radio Nacional de Venezuela, la radio de mis amigos Hilda y Sergio de Canadá, la radio de mi amiga Patricia Barba, las radios muy combativas de Hermosillo, Radio Libertad de Xalapa, Radio Plantón de Oaxaca, Radio AMLO, pero -con excepción de los primeros- la mayoría de ellos abarcan territorios muy limitados por no contar con el financiamiento adecuado. Realmente son trabajos heroicos -llenos de voluntad y conocimientos- de los compañeros que no pueden competir con los inmensos capitales millonarios de mexicanos y yanquis aplicados en los medios.
4. Pero después de escuchar a Dresser y a Aguayo -así como la del exgobernador de Chiapas Salazar Mediguchuía- hablar hoy contra los maestros y sus protestas, así como pedir «orden», me da la impresión que el programa de noticias de Aristegui es un espacio al servicio de la derecha represora; sólo Lorenzo Meyer, Dolia Estevez, Enrique Galván y entrevistas fuera de los partidos, hace diferente ese programa de los fascistas de Televisa, TV Azteca y Tele Fórmula. No pido un programa que haga propaganda de izquierda, pero sí que los que participan en los análisis vean todos los aspectos y si no tienen capacidad para ello que vayan a otro lado a hacer propaganda.
5. Si con Aristegui ya se desató «la perrada a favor de la represión», seguramente en los otros medios debe estar más brava y exigente. Pienso que los maestros -aunque lo único que hacen es ejercer sus derechos, defender su trabajo y la educación nacional- deben estar más vigilantes y más preparados para resistir la brutal represión en cualquier madrugada de estas. Han gritado por todos los medios los gobernantes Peña Nieto, Osorio, Chuayffet, en que están «dispuestos a escuchar» pero sin dar paso atrás alguno. En tanto los maestros de la CNTE realizaron 12 foros educativos en la República para que sean tomados en cuenta, el gobierno impuso a los legisladores aprobar lo que quiso.
6. En el Zócalo y las primeras calles de acceso, como dije artículo anterior, no cabe ya ningún campamento más; acampados allí no perjudican a nadie, a pesar de los voces derechistas que «defienden su ciudad» mientras la esquilman y saquean. Pienso que los maestros estarían menos amontonados si se trasladan a todo Reforma y Insurgentes, allí donde están los bancos, las embajadas, entre ellas la yanqui. Me imagino que la yanqui-francesa Dresser y sus seguidoras, determinarían abandonar el país porque es «inseguro». ¿Qué dirán los maestros de la CNTE de los dirigentes panistas que siempre los han despreciado, a tal grado que no están dispuestos ni a sentarse en la misma mesa?
7. Entiendo a la pobre Aristegui al cuidar su programa al soportar entrevistas y comentaristas enemigos de los trabajadores que luchan. ¿O prefieren que desaparezca para tener que escuchar a los fascistas López Dórica, José Cárdenas, Gómez Leyva, Alatorre y demás «conductores» que hablan de libertad mientras engañan y manipulan en los medios electrónicos? Espero que Lorenzo Meyer siga predominando con sus comentarios reflexivos y que los mexicanos vean y oigan menos televisión y radio para lograr enfermarse menos. Entre tanto sólo hay que felicitar a la CNTE encabezada por los profesores de Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Chiapas y demás.
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