1. Los médicos salieron ayer domingo en manifestaciones de protesta en todo México contra la criminalización en los ejercicios de su profesión. Se les ha acusado de «irresponsabilidad», «de abandono médico de pacientes», «de no prestar buena atención a los enfermos en los hospitales». Obviamente no se puede generalizar la acusación porque hay médicos honestos […]
1. Los médicos salieron ayer domingo en manifestaciones de protesta en todo México contra la criminalización en los ejercicios de su profesión. Se les ha acusado de «irresponsabilidad», «de abandono médico de pacientes», «de no prestar buena atención a los enfermos en los hospitales». Obviamente no se puede generalizar la acusación porque hay médicos honestos que son la mayoría y «médicos» comerciantes que son minoría; además los servicios de salud en México se han derrumbado: el servicio público en el IMSS, ISSSTE, Salubridad, hace más de 30 años que está abandonado en cuanto a inversiones y se encuentra en acelerado proceso de privatización.
2. Lo que sucede con las instituciones públicas de salud es exacto a lo registrado en educación, vivienda, asistencia social. Desde que en 1982 México firmo compromisos con el FMI de aceptar su supervisión y vigilancia en los programas de gobierno para asegurarse la no intervención estatal en los negocios privados y la no inversión social. Al mismo tiempo el FMI impuso como obligatorios los recortes presupuestales en salud, educación y demás asegurando -en la llamada «Carta de Intención»- la imposición de sus políticas. Desde entonces no hay programa o medida política que no sean confeccionadas en el exterior por los EEUU.
3. La privatización de los servicios de salud, educación, vivienda, carreteras, bancos, no es un problema nacional, sino de globalización de la economía. Todos los servicios se están privatizando en todo el mundo y en cada país se lucha contra los mismos problemas. La batalla de los médicos, así como las de los maestros (espero que lo comprendan), no puede ser otra cosa que una guerra prolongada contra el capitalismo. No es un problema simple que pueda solucionarse en particular como se cura una enfermedad en particular; es una batalla general contra la privatización y la acumulación de riquezas que son el origen de todos los males.
4. En México, supongo también que en gran parte del mundo, los maestros de escuela rural y gratuita, así como los curas entregados a su fe y los médicos (aunque aún no tuvieran título, pero que supieran remediar de urgencia) fueron pilares de sostén de las comunidades por lo menos hasta hace 50 años. Pude ver en los años 50 y 60, en las comunidades alejadas de las urbes, muchas manifestaciones de agradecimiento y cariño de los pueblos hacia esos sectores que con su trabajo estaban integrados a las comunidades. Los curas frenando el descontento y ayudando a no sufrir; los médicos curando las enfermedades del cuerpo y los maestros ayudando a los pueblos a liberar su pensamiento.
5. ¿Por qué aquella relación idílica desapareció y se hizo menos estrecha, incluso tirante? Porque la comunidad rural se fue rompiendo por falta de trabajo e ingresos, porque las ciudades fueron creciendo e imponiéndose y porque el mercado y los vicios corruptores del capitalismo penetraron con profundidad en los pueblos. Las urbes fueron la base del desarrollo del capitalismo, de la gran industria y el comercio, de lo grandes hospitales y la escuela capitalista; en las grandes ciudades se concentró todo el poder económico y político; de las grandes ciudades saldrían en adelante todas la direcciones y órdenes de gobierno de todos los campos. La ruralidad desapareció ante el peso e lo urbano.
6. A partir de los años setenta, de acuerdo a los censos, México ya no es un país rural porque la mayoría de sus 115 millones de habitantes vive en centros urbanos. No es un país agrario porque su economía depende de manera amplia de la industria y los servicios. Los curas, los médicos y los maestros -cuyos mejores años se desarrollaron en la comunidades rurales- están plenamente integrados al sistema capitalista desde hace más de medio siglo. Muchos curas hoy -con excepción de los «teólogos de la liberación»- son acusados de pederastas y des estar al servicio de los ricos; muchos maestros de la CNTE son acusados de «agitadores profesionales» y los médicos -hijos de los que lucharon de 1964-65- salen nuevamente a la calle.
7. Los curas deben limpiar su nombre estando cerca de sus feligreses y alejándose de los aparatos de poder del clero y del papado; así como conociendo los planteamientos de los Méndez Arceo, Samuel Ruiz, Vera, Solalinde, Boff, Gutiérrez, Beto, Sobrino, Romero. Los médicos, siguiendo a los maestros de la CNTE, tienen que comprender que pertenecen a una profesión social al servicio del pueblo de México y que por ello deben batallar contra toda los medidas privatizadoras. No puede taparse que hay minorías de maestros y médicos que han confundido su profesión con la de comerciantes y negociantes aprovechando el corrupto sistema capitalista que les enseña trampas y a no tener llenadera.
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