«Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad.» Bertolt Brecht En el bar El Libertador de Corrientes y Dorrego está la oficina de uno de los más recorridos, consultados y autorizados economistas de izquierda de Argentina, Eduardo Lucita. Lo de su oficina me lo […]
En el bar El Libertador de Corrientes y Dorrego está la oficina de uno de los más recorridos, consultados y autorizados economistas de izquierda de Argentina, Eduardo Lucita. Lo de su oficina me lo dice mientras nos estrechamos las manos y su café vacío acusa mi impuntualidad en medio de un claro amable que rebota en la mesita sin mantel.
-Es inevitable preguntarte qué son los Fondos Buitre (FB).
-Los Fondos Buitre son inversores y fondos especulativos a gran escala que compran bonos a muy bajo precio y luego entablan demandas contra Estados soberanos para cobrar el 100% de ellos. En el caso concreto de Argentina, se trata del Grupo MN Elliot, que ya hizo esta misma operación hace años en contra de Perú, triunfó y le cobró a muy buen precio bonos que le había comprado a precio regalado.
Argentina emitió los bonos el 2001. Una parte de ellos cuenta con cesión de soberanía jurídica en el distrito de Nueva York, que es lo que está en discusión hoy. En la práctica, los FB compraron bonos argentinos emitidos al precio de un dólar en 0,4 centavos de dólar y en la actualidad reclaman el pago de un dólar. Hubo un fallo en primera instancia desfavorable para Argentina contra el que el gobierno apeló. Luego, un fallo en segunda instancia que también se perdió, y después se apeló a la Corte Suprema de Justicia de EE.UU. que convalidó los fallos anteriores del juez federal de Nueva York, Thomas Griesa.
A la Argentina le están reclamando ahora USD1.500 millones al contado, cuando la deuda original de hace 10 a 12 años era de USD400 millones.
El Estado argentino realizó una gran reestructuración de la deuda con los FB que llegó a un 92-93% del total. Un 7% de los bonos no ingresó en esa reestructuración. Ahí está el fondo Elliot que corresponde a alrededor de un punto del 7%. Si se paga a ese 1%, el resto del 7% puede reclamar su pago también. No todo ese porcentaje tiene su sede legislativa en Nueva York, por tanto hay un debate sobre el eventual monto de deuda a cancelar. Podría estar entre USD8 mil a USD15 mil millones, mientras las reservas del Estado alcanzan alrededor de los USD29 mil millones.
Las condiciones de la quiebra
-Aparentemente resulta contradictorio que el gobierno, habiendo cumplido con la negociación de la deuda del Club de París, el oneroso pago a Repsol y el tipo de negocio hecho con Chevron, es decir, habiendo cumplido con los requisitos del imperialismo, hoy sea castigado a través de los FB.
-Desde hace más de un año que el giro abierto hacia los mercados de la administración K tienen por objeto la adquisición de más crédito como lo demuestra el caso Repsol; el contrato secreto con Chevron en condiciones que no tiene ninguna otra empresa; el arreglo con el Club de París de una deuda de USD9.700 millones cuando la deuda consolidada un año antes era de poco más de USD6.000 millones (¿por qué aparecieron USD3.700 millones de más? Nadie sabe, es otro secreto). Esto es, el gobierno realizó una serie de concesiones para volver a los mercados internacionales, lo que significó la toma de más deuda. Hoy el juicio de los FB tiene al gobierno en peligro de incumplir sus metas de tomar financiación para reactivar la economía y terminar el 2015 con un crecimiento de dos a tres puntos.
-La semana pasada el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) reconoció que Argentina se encuentra en recesión.
-Sí. Hay dos trimestres consecutivos con caída del Producto Bruto Interno (PBI). La recesión es especialmente fuerte en la industria automotriz que recibe el golpe de la depresión de la actividad económica de Brasil. Pero no sólo se trata de la industria automotriz (pilar, referencia y paradigma de toda la industria argentina). Está cayendo la metalmecánica y el plástico. O sea, la recesión se está agudizando. Por el contrario, los bancos nunca habían estado mejor.
-¿Por qué se habla tan fuerte de un posible default del país?
-Si el Estado argentino le cancela la deuda al 7% mencionado, el 92-93% ya reestructurado, debido a una quita a favor del país en su negociación, goza de una cláusula que le permite cobrar el 100% de lo adeudado, apelando a un no trato discriminatorio. Hoy es 27 de junio. Existe un riesgo parecido a una tormenta perfecta. Anoche el gobierno giró un monto destinado a los bonistas reestructurados del cual un porcentaje puede ser desembolsado a los FB por el juez Griesa. Ello habilitaría a los mismos bonistas reestructurados a reclamar su pago total. Y si Argentina reniega del fallo, entra en default (cesación de pagos por insolvencia). Por eso el gobierno hoy mismo está intentando negociar la cancelación, un movimiento cuyo resultado desconozco, claro. (Mientras se edita esta entrevista, el viernes 27 de junio de 2014, según la prensa, el juez Griesa habría anulado el pago en tiempo y forma del gobierno a los bonistas reestructurados realizado sólo anoche.)
-¿Qué pasa si el default se concreta?
-Se quebraría toda posibilidad inmediata de conseguir créditos externos para financiar la crisis. Ello profundizaría el derrumbe de las empresas, aumentaría la desocupación y las formas de flexibilización laboral. Sin embargo, la tasa de ganancia del capital en el mundo y en Argentina es una de las más altas de la historia, pese al desplome del salario y el aumento de la pobreza.
Las causas principales de la crisis argentina
-Hay economistas de distinto signo que se refieren a una suerte de ciclos críticos en Argentina…
-Desde la mitad de la centuria pasada que las crisis recurrentes del país explotan por la falta de divisas y por la inflación provocada por las luchas intercapitalistas. Argentina tiene una economía muy concentrada. Hay 500 empresas que explican el 50% del PBI, y de las 500 hay 50 que, a su vez, explican la mitad del PBI. Y la inmensa mayoría de esas empresas (salvo excepciones como YPF) pertenecen a capitales privados transnacionales. Ahí está el meollo de la crisis.
-Es decir, la causa es la forma nacional que contiene el capitalismo argentino…
-En efecto. El crecimiento económico de los últimos años, descontando la caída de 2014, jamás rompió con los límites estructurales del capitalismo. Es la dependencia propia del desenvolvimiento capitalista en Argentina y en los Estados periféricos. Por ejemplo, el proceso de sustitución de importaciones luego de la segunda guerra mundial fue un fenómeno acotado en gran parte de América Latina.
Argentina y la hegemonía del capital financiero mundial
-Observando la expresión nativa de la crisis mundial, ¿cómo impacta la conducción del momento financiero del control de mandos de la reproducción capitalista?
-Con la caída de la tasa de ganancia a fines de los 60 del siglo pasado, la aparición de los petrodólares, etc., se constituyó una plétora de capital financiero que no encontraba dónde invertir en la economía real. Esa crisis se subsumió en la década siguiente.
-Algunos plantean que la actual crisis proviene de los años 30 del siglo XX…
-A mi juicio tiene más que ver con la crisis de los 70 y con la fórmula de su salida que implicó el rediseño productivo capitaneado por la hegemonía del capital financiero. Entonces el capital financiero relanzó la crisis en los 70 hasta el 2007-2008. En ese marco surgieron los sistemas financieros derivados. Incluso se dice que el capital financiero que está dando vueltas en el mundo es 10 veces superior al PBI del planeta. Frente a semejante masa de capital-dinero girando, el complejo financiero mundial debió adecuar su dispositivo jurídico a esa realidad del capitalismo y su financiarización global.
-¿Y bajo qué formas?
-La Comunidad Europea a inicios de los 70 y en el 76 en EE.UU., jurídicamente, establecieron como «recomendación» que cada vez que un país contratara deuda o emitiera bonos, ante cualquier litigio debía incorporar a un tercer país. Eso se llama hoy cesión de soberanía jurídica. Por supuesto que los países que ceden soberanía jurídica son los dependientes, no los Estados imperialistas. Ello terminó de consolidarse con el Plan Brady para América Latina que consiste en la titularización de los bonos donde desaparecen los organismos internacionales y los bancos como los grandes prestamistas, y surgen personas de derecho privado, miles de individuos compradores de bonos. A partir de allí, la cesión de la soberanía jurídica, de «recomendación», pasó a una imposición de hecho.
La Kaída
-El gobierno encabezado por Cristina Fernández no termina de reiterar las cifras de crecimiento macroeconómico, comparándolas incluso con las chinas. ¿Qué hay allí?
-En los últimos años Argentina creció, pero sin modificar las bases estructurales del tipo de capitalismo existente desde hace muchas décadas. La industria fue incapaz de obtener las divisas para su desarrollo, se retornó el déficit fiscal primario (aquello que genera la economía sin contemplar el pago de deuda) y se incrementó la deuda interna. Y políticamente se ha manifestado la incapacidad del Estado de arbitrar entre los distintos intereses capitalistas, es decir, en la disputa por la monopolización de la apropiación privada del excedente económico, disputa productora de inflación.
-¿Cómo caracterizas la contingencia política argentina?
-Toda la derecha tradicional está de acuerdo con pagar la deuda para retomar más deuda. Eso es lo que buscan las grandes instituciones del crédito mundial. Ahora la actual administración paga, con el agravante de que lo hace con las reservas fiscales. Salvo la minoría de izquierda, todo el espectro del sistema de partidos políticos es también «pagador serial». También hay que señalar que el presente gobierno jamás ha querido romper con el capitalismo ni el imperialismo. La presidenta ha sido clara cuando dice que su administración es pro-capitalista. Basta dar cuenta, entre tantos ejemplos posibles, su acuerdo y promoción del extractivismo. Lo que sí intentó fue canalizar y gestionar institucionalmente la lucha de clases, y guardar distancia con las formas más radicales del menemismo.
De todos modos, lo que pasa en el país ha provocado una discusión interna en el sistema financiero internacional porque una cosa son los Estados imperialistas y la industria financiera, y otra cosa son los intereses de los acreedores, de los FB y de los bancos que quieren cobrar sin importarles las consecuencias. Por lo demás, el juez Thomas Griesa es un hombre ligado al Partido Republicano norteamericano donde el Tea Party ( http://www.rebelion.org/
-¿Y el movimiento popular que se advierte muy fragmentado?
-El proceso histórico del capitalismo concentra, centraliza y hegemoniza por arriba, y divide y heterogeneiza por abajo. La heterogeneidad del movimiento de los trabajadores y el pueblo es muy grande, tal cual la tendencia mundial. Además, tanto el gobierno como algunos sectores populares han concordado en la cooptación.
-Personalmente, hoy soy incapaz de ver una izquierda que sea vanguardia de algo. Lo que observo son territorios de pueblo en lucha que en cualquiera de sus movimientos se torna, queriéndolo o no, anticapitalista.
-Pero no acaba de resolverse porque no existe un eje concentrador. No ha surgido -pese a la multiplicidad de luchas sociales y a todas las agrupaciones políticas, sociales y culturales aparecidas desde la crisis de 2001 (http://www.rebelion.org/
-Una zona de la izquierda tradicional obtuvo un puñado de bancas legislativas en las últimas elecciones…
-Efectivamente, el Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT, bloque trotskista) obtuvo muy buenos resultados electorales, sobre todo y sorpresivamente al interior del país (Salta, Jujuy, Mendoza, Santa Cruz, etc.).
-Honradamente, lo aprecio en su mérito, pero es una franja completamente insuficiente cuando nos referimos a lo importante: las formas de implicarse en el movimiento real del pueblo y el fetiche parlamentarista, es decir, en la materia estratégica y de sentido de la vocación poder. ¿Cómo te imaginas la unidad política necesaria e independiente de los oprimidos/as?
-Estamos frente a una nueva realidad que produce discusiones que no existían. Sobre la unidad yo advierto dos planos: uno político electoral y otro de las luchas concretas. Ante la coyuntura de los FB debería existir un Frente Amplio Antiimperialista, por ejemplo. Ahora bien, en cuanto al ámbito político electoral, el FIT es una realidad y al mismo tiempo una limitación. Es preciso ampliar ese frente, aunque dentro de propio FIT hay quienes se oponen. Urge romper el sectarismo del FIT, tanto como el sectarismo de los no sectarios. En resumen: la multiplicidad de resistencias populares como el propio FIT tendrían que autosuperarse en la conformación de un nuevo continente político abarcativo.
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