México elevó el nivel de la alerta sanitaria y decretó la extensión de la cuarentena hasta el 30 de mayo frente a una preocupante aceleración de los contagios de la covid-19 en el país. A casi dos meses de la llegada del coronavirus a México, el país registra unos nueve mil contagios y más de 700 muertes.
El presidente Andrés Manuel López Obrador busca sostener un delicado equilibrio entre salud y economía, mirando de reojo la catástrofe de su vecino Estados Unidos y luego de recibir duras críticas por haber demorado su respuesta a la pandemia. Hasta el momento, el sistema de salud responde a la demanda aunque surgen problemas como la falta de personal e insumos esenciales.
A la vez, el gobierno encarna una fuerte disputa económica con las grandes corporaciones del país, que solo reclaman medidas favorables a sus intereses: exenciones impositivas y emisión de deuda. «No es que se abandone a los que tienen más posibilidades económicas, es que tenemos que darle preferencia a los más necesitados», dijo el mandatario.
El “plan de austeridad” para enfrentar la crisis económica planteado por el presidente contempla reducción de salarios, cancelación de aguinaldos, así como una reducción de 25% en servicios generales y suministros hasta en 75%. Sin embargo, el plan proyectado, no tocará los proyectos y programas insignia de la administración que el mandatario calificó de prioritarios.
En México se decretó la llamada Jornada Nacional de Sana Distancia el pasado 23 de marzo, que contempla la paralización de actividades no esenciales, la suspensión de clases, además de un enfático pedido para que la gente se quede en casa o circule lo menos posible. Pero la cuarentena no era obligatoria para no afectar a los millones de trabajadores informales del país que se ven obligados a salir a la calle para subsistir.
«Estamos en la fase de ascenso rápido, donde se acumularán un gran número de contagios y hospitalizaciones», dijo el subsecretario de Salud de México, Hugo López Gatell, encendiendo las alarmas. Dejó en claro que, aunque las restricciones de movilidad concluyan el primero de junio, los contagios seguirán posteriormente pero con menor intensidad, por lo cual será necesario mantener la sana distancia.
La fase tres se decretó no sólo por el número de casos confirmados, sino por la dinámica de transmisión, la cual registra un incremento exponencial, por lo que se prevé que habrá varias semanas de mayor intensidad de contagios y personas hospitalizadas.
México tiene un déficit importante de trabajadores de la sanidad. El país debería tener 3,4 médicos cada mil habitantes, y no tiene más de 1,6. Frente a ese panorama, el 4 de abril el gobierno anunció el inicio de una campaña para reclutar a 6.600 médicos y 12.300 enfermeras que empieza a dar sus frutos.
Un convenio firmado con hospitales privados confirma la puesta a disposición del sector salud de 3 mil 115 camas de establecimientos privados.
También registra una falta de insumos médicos en hospitales públicos y por ello Mexico exhortó a la ONU a adoptar medidas para evitar la especulación y el almacenamiento indebido que puedan obstaculizar el acceso a los medicamentos esenciales, las vacunas, el equipo de protección personal y el equipo médico. 161 países apoyaron a México.
Aunque uno de los mecanismos para restringir la movilidad es frenar las actividades públicas y privadas, así como las laborales no esenciales, la forma de lograrlo es por convencimiento, sin actuar de forma autoritaria, señaló López Obrador, quien pidió que se procure no actuar de manera autoritaria, “porque luego sale el afán autoritario, hasta nos proponían toques de queda y militarizar al país, y eso no funciona”, dijo.
Gerardo Villagrán del Corral. Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)