1. La palabra “demagogo” no es dura, sólo sirve para señalar a quien repite muchas veces una acusación política y no actúa para llevarla a la práctica. Lo único malo es que después ya nadie cree en su palabra porque considera que siempre es más de lo mismo. La derecha política y empresarial –dado que ha perdido el miedo de ir a prisión y siente que hay que negociar- ahora presiona a López Obrador para desaparecer “Las mañaneras” y dejar de pronunciar palabras como “conservadores”, “ladrones” y “asesinos” contra todos los gobiernos anteriores, tal como los conoce la gente.
2. Concluyo que esos políticos y empresarios que han desfalcado y hecho miserable a la población sólo se han aprovechado de lo que el capitalismo les pone en “bandeja de plata” y, por tanto, no son los culpables de que el 80 por ciento de la población haya vivido siglos de miseria. Los directamente culpables han sido los gobernantes y ese mismo pueblo educado en el conformismo, la sumisión, como esclavos. Recuerdo de paso a Étiene de la Bóitie que se preguntaba: ¿Cómo es posible que siendo nosotros millones de seres nos dejemos explotar y someter por una minoría de personas?
3. Obvio, De la Bóitie, en sus “Discursos sobre la servidumbre voluntaria”, pensaba -hace 500 años en Francia- que con una gran rebelión del pueblo haría trizas, desbarataría, a los cien opresores que los sometían; sin embargo él mismo sugirió que sin conciencia y organización, esos plebeyos nada lograrían porque quienes controlan el dinero o capital, los ejércitos y la armas, las leyes y a los abogados, eran esos cientos de opresores. Esos mismos eran quienes mandaban sobre cualquier gobierno para ejercer la represión. Así que no es fácil culpar a un pueblo ignorante y maniatado o a un gobierno al servicio de los millonarios.
4. El presidente López Obrador no es un demagogo ni un cobarde; lo que sucede es que sabe que la clase dominante en México (gobiernos y empresarios) se ha fortalecido mucho durante décadas, haciendo mil negocios contra el pueblo y acumulando gigantescos capitales. Aunque en México somos alrededor de 130 millones, el 80 por ciento de pobres y miserables no podemos (respondiendo al filósofo De la Bóitie) derrotar o expropiar a los mil multimillonarios que dominan todo, porque cuentan con poderosos fuerzas represivas, así como que conocen que nuestro nivel de conciencia y organización está por los suelos.
5. El día 15 de septiembre de 1810 fue el inicio, la convocatoria o el “Grito de independencia” de nuestro país (Nueva España) contra el imperio español. Once años después el realista y anti-independista Agustín de Iturbide logró consumarla junto al insurgente Vicente Guerrero proclamándose emperador de México. Se tuvo que luchar tres años más para que México apareciera plenamente con su primera Constitución de 1824, su primera presidencia y la primera “aparición originaria del capital” mexicano que sólo se extendería a mediados de siglo con la expropiación y venta de tierras “en manos muertas”.
6. México jamás ha sido independiente porque apenas abandonó España su dominio colonial, inmediatamente otros países como Inglaterra, Francia, EEUU, comenzaron a intervenir –sobre todo durante los gobiernos de 15 años obligados del juarismo y 34 años de la dictadura porfirista- hasta que los EEUU sometieron a México al concluir la Segunda guerra, convirtiéndolo en su “patio trasero” o país que debe hasta los calzones. Por todo ello es difícil decir que “AMLO es un demagogo”. ¿Cómo enfrentar a partidos, medios de información, escuela, iglesia, empresarios, que han formado la conciencia derechista del pueblo?
Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com