La veracidad de la información en la que se basa la acusación formal estadounidense contra Assange ha sido desmentida por el testigo principal.
Sigurdur Ingi Thordarson, testigo clave en el proceso del Departamento de Justicia de Estados Unidos contra Julian Assange, confesó en una entrevista concedida al periódico islandés Stumdin que mintió en sus declaraciones utilizadas por las autoridades de Washington para armar el caso contra el fundador de WikiLeaks.
«Esto es el fin del caso contra Julian Assange», escribió el excontratista de la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU. (NSA) Edward Snowden en referencia a estas revelaciones.
Sigurdur Ingi Thordarson era un voluntario de WikiLeaks convertido en el primer informante conocido del FBI dentro de la organización a cambio de un puñado de cinco mil dólares e inmunidad de la persecución judicial.
Ahora, ha admitido que su afirmación previa de que Assange le pidió que ‘hackeara’ los ordenadores de los parlamentarios para acceder a las grabaciones de sus conversaciones telefónicas privadas es falsa y que nunca lo solicitó. Y que, en realidad, recibió unos archivos de terceros que le dijeron que habían grabado a los parlamentarios y propuso compartirlos con Assange sin comprobar su contenido.
La Justicia del Reino Unido decidió no extraditar a Assange a EE.UU. por temor a que se suicide. En ese país afronta hasta 175 años de prisión por 18 cargos en su contra, a raíz de la publicación de documentos secretos en su portal WikiLeaks. Lo acusan de violar la Ley de Espionaje y conspirar para cometer una intromisión informática y acceder a ordenadores gubernamentales con información clasificada.
El gobierno estadounidense insiste en la muletilla de que Assange ha “conspirado” con su fuente, Chelsea Manning, para obtener y publicar millones de documentos secretos, entre los que se destacan archivos sobre las guerras de Irak y Afganistán, de la cárcel de Guantánamo, y las comunicaciones diplomáticas entre embajadas estadounidenses y los organismos de inteligencia de Washington.
La argumentación del equipo legal de EEUU incluyó la afirmación de que el acusado y su informador, Thordarson, trataron de descifrar juntos un archivo encriptado, supuestamente robado de un bancoislandés, que descubriría los motivos de la crisis financiera en ese país. Pero nada confirma que el archivo fuera robado y se presume que los propios empleados del banco lo hicieron público.
El entonces ministro del Interior de Islandia, Ogmundur Jonasson, opina que los estadounidenses trataban de utilizar las cosas en su país y sus ciudadanos «para tejer una red, una telaraña que atrapara a Julian Assange» y recordó el momento exacto cuando el FBI contactó con las autoridades islandesas por primera vez el 20 de junio de 2011 para advertirles de una inminente intrusión en las computadoras gubernamentales, ofreciendo su ayuda que fue aceptada.
En opinión de Jonasson, el objetivo que EE.UU. perseguía de verdad era atrapar a Assange y no ayudar a Islandia, y en aquel entonces sus agentes ya estaban sentando las bases para conseguir su propósito final. islandés sigue preguntándose desde aquel entonces es si todo empezó con la aceptación de la ayuda estadounidense y el establecimiento de cooperación «que podrían haber utilizado como pretexto para visitas posteriores«.
Diez años
Ya se cumplieron diez años desde que Julian Assange entró el 19 de junio de 2012 a la embajada de Ecuador en Londres pidiendo asilo político. Hoy permanece detenido en la prisión de Belmarsh, conocida como la Guantánamo del Reino Unido. Y casi ocho años después el fundador de Wikileaks fue arrestado en la misma Londres por dos razones muy diferentes, luego de que el gobierno ecuatoriano de Lenin Moreno le retirara el asilo que le concedió dos meses después de haber cruzado las puertas de su sede diplomática.
«Julian Assange (…) fue arrestado por agentes del servicio de Policía Metropolitana (…) bajo una orden emitida por la Corte de Magistrados de Westminster el 29 de junio de 2012, por no ponerse a disposición de la corte», fue lo primero que dijo Scotland Yard del arresto. El tribunal declaró al australiano culpable de haber violado los términos de la fianza que le había sido concedida mientras combatía una posible extradición a Suecia. Pero esa no era la verdadera razón.
En un segundo comunicado publicado dos horas después, Scotland Yard aclaró que «Julian Assange también fue arrestado por solicitud de la autoridades de Estados Unidos». Y la existencia de una solicitud de extradición por parte de EEUU. por «delitos informáticos» fue confirmada luego por un vocero del ministerio del Interior británico (Home Office) y por el propio departamento de Justicia de EE.UU.
La exanalista de la inteligencia del Ejército estadounidense, Chelsea Manning –quien nació como hombre y en 2015 fue diagnosticada con disforia de género- utilizó a WikiLeaks para publicar más de 700.000 documentos secretos, en una de los mayores filtraciones de información clasificada en la historia de Estados Unidos, lo que le valió una condena de 35 años de prisión, dictada en 2013. Fue perdonada en 2017 por Barack Obama justo antes de abandonar la Casa Blanca.
Assange siempre sostuvo que las acusaciones no eran sino parte de un plan para luego extraditarlo a EE.UU. por haberse atrevido a publicar documentos secretos estadounidenses. Según el departamento de Justicia, Assange ayudó a Manning a descifrar la contraseña necesaria para entrar en computadoras del departamento de Defensa conectadas a SIPRNet, una red del gobierno utilizada para documentos y comunicaciones clasificadas.
Las autoridades estadounidenses han dicho en numerosas ocasiones que las acciones de Assange y Manning comprometieron la seguridad de EE.UU. y pusieron en peligro la vida de sus soldados, agentes y colaboradores, pero en realidad dejaron al descubierto una serie de acciones ilegales, asesinatos y torturas –crímenes de guerra- practicadas por las fuerzas estadounidenses en sus intervenciones armadas en terceros países.
Joseph Farrell, investigador británico, amigo y colega de Assange, señaló a Página/12 de Argentina: “Lo que están haciendo con Julian es sentar un precedente para los gobiernos de todo el mundo, de que está bien perseguir a periodistas y editores”. “La única forma de que este caso termine, es que EE.UU. retire todos los cargos”, dijo.
Ahora la veracidad de la información en la que se basa la acusación formal estadounidense ha sido desmentida por el testigo principal, cuyo testimonio había sido clave para montar la persecución de Assange.
*Doctorando en Comunicación Estratégica, Investigador del Observatorio en Comunicación y Democracia, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)