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Propaganda contra votos

Fuentes: Rebelión

Hasta la mirada más superficial sobre el asunto muestra que el conservadurismo no tiene capacidad para ganar los comicios presidenciales de 2024.

No tiene un partido medianamente competitivo; no tiene un candidato de prestigio y arrastre; y no tiene un programa que resulte atractivo para los ciudadanos.

Entre las clases populares nadie quiere que regrese el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Y lo mismo puede afirmarse del Partido Acción Nacional (PAN). Los sufragios que podrían captar estas dos organizaciones podrían provenir de una fracción de las llamadas clases medias. 

Pero con esos votos no alcanza para ganar la Presidencia. En los comicios de 2018, esos dos partidos sólo consiguieron 16 millones de sufragios contra los más de 30 millones logrados por el obradorismo.

Y eso en un contexto de dominio absoluto de los medios de comunicación casi totalmente favorables a la dupla conservadora PRI-PAN, frente a la casi inexistente presencia del obradorismo en prensa, radio y televisión, salvo para las calumnias, los ataques y la más burda desinformación.

Y aunque para 2024 esta situación mediática no ha cambiado, ahora el obradorismo cuenta con un propio, poderoso y muy influyente medio de comunicación e información que son las diarias conferencias de prensa matutinas del Presidente de la República, las ya célebres mañaneras.

En éstas encuentran veloz respuesta las mentiras, las calumnias y las desinformaciones del conservadurismo partidario y extra partidario. Las mañaneras, además, se han convertido en confiable fuente de información para amplísimos sectores sociales, sobre todo entre las clases populares, bastión y reserva electorales del obradorismo.

Para 2024, el conservadurismo tampoco cuenta ya con su aliado y sostén básico: la Presidencia de la República. Y tampoco cuenta ya con el recurso del fraude electoral institucional. Ahora los votos se cuentan y cuentan.

Por el lado del obradorismo hay partido, hay candidatos de prestigio y hay programa. Un programa con inmenso, demostrable y activo apoyo popular. 

Frente a esta situación ampliamente favorable el obradorismo, la derecha partidaria y extra partidaria está recurriendo a la pura y burda propaganda. Pero es claro que sin una masa electoral amplia y sólida la propaganda sola no sirve para ganar elecciones.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.