El amor y el deseo son las alas del espíritu de las grandes hazañas. GOETHE
Con la ira y la decepción no se llega muy lejos, pero sin la curiosidad está uno perdido. P. AUSTER (1)
Porque vivir en un mundo donde no se le perdona nada a nadie […] es como vivir en el infierno. M. KUNDERA (2)
El II Ciclo de Animación del Cine-Club Al Filo del Tiempo, que se emite desde la bóveda interdisciplinaria de La Fábrica de Sueños, se acerca a su fin con Kubo y las dos cuerdas (2016), del cineasta gringo Travis Knight, que narra el drama de un niño tuerto contador de historias y sabedor de la magia del amor y de aquellas pequeñas cosas que no se puede dejar perder por su propio valor: los recuerdos. A ello contribuye la música de su instrumento, el shamisen, derivado del chino sānxián (tres cuerdas), aparecido en China durante la dinastía Yuan (siglo XIII): fue llevado a las islas Ryukyu, en particular, Okinawa, desde donde llegó a Sakai, Osaka, hacia 1562 y de allí pasó a todo el país. Un filme en el que domina la melancolía, incluso la tristeza, aunque al mismo tiempo, por contraste, termina imponiéndose la magia del amor y la de los recuerdos, esas pequeñas cosas sucedáneas de la memoria o el único tribunal incorruptible/insobornable e inefable en tanto no es manipulado por el hombre.
Pues el ser humano es esclavo de su memoria y no su dueño, así como tampoco es dueño de su corazón ni de los sentimientos que de él brotan: aquellos proletarios, poderosos proletarios dentro de nosotros y los únicos que, prescindiendo del dinero, son capaces de llevarnos de la mendicidad a la aristocracia. Pero, no la inherente a las monarquías sino la propia de aquellos nobles aristócratas del espíritu que jamás ceden a la tentación de la soberbia ni de la avaricia, sino que son adeptos a la sobriedad, la justicia, la igualdad, en fin, al equilibrio, todas ellas virtudes en la tierra de los hombres íntegros, incapaces de transigir con la medianía, la envidia, el odio. Sentimientos que en diversos momentos del filme salen a la luz por vía de Kubo, de su madre Sariatu, del desaparecido guerrero samurai Hanzo, su padre, del también samurai y aprendiz de este último, el Escarabajo, y, no por último, del abuelo El Rey Luna o de Simio, pequeño amuleto, un mico de nieve de madera traído a la vida por magia de Sariatu.
Una de las virtudes que primero brilla en la animación Stop Motion/Cuadro a cuadro en 3D, de Knight, es el montaje: así, cabe citar un fragmento de Scorsese con motivo de su charla David Lean en BAFTA, Academia Británica de Cine y TV (3): “De algún modo, siempre espero esa sensación de asombro y entusiasmo que tengo cada [vez] que entro a la sala de edición y veo y siento qué sucede cuando tomas una imagen y la pones junto a otra, creando la sensación parecida a una chispa. Estas dos imágenes, distintas y empalmadas, engendran lo que llamo ‘una imagen fantasma’, que existe sólo en el ojo de la mente: emocional, psicológica, políticamente. Se hace un punto a través de ese corte, en cierta forma. Dicho eso, podrías remover un cuadro al final de la primera toma y añadir dos cuadros al final de la segunda y sería por completo otra sensación: una imagen fantasma por completo distinta se formaría en la mente. Y ese es el misterio, la belleza y, para mí, el corazón del cine”, cierra.
Kubo, niño tuerto, se reitera, de 12 años, vive en una cueva sembrada en la cima de un monte con su madre enferma a raíz de un accidente en el mar, donde se desfigura el rostro y queda maltrecha. Cada día descresta a los habitantes de la aldea con su articulación del arte del origami con figuras que van al ritmo de su samisén, como también se llama a ese instrumento milenario chino que llegó al Japón hacia el XVI. En suma, es la historia del guerrero samurai Hanzo, quien no es otro que el desaparecido padre de Kubo. Hacia el ocaso, éste regresa con su madre, quien le advierte que no se quede hasta entrada la noche por el riesgo de caer en manos de sus hermanas o su abuelo el Rey Luna. Un día cualquiera, Kubo se entera de una festividad llamada Obon (O-bon o Bon) en la que los miembros de la familia hablan con sus muertos. Por el camino, ve a una niña y a su padre intentando hacerlo con el difunto abuelo: llega al cementerio, intenta hablar con su padre y como éste no le responde entra en cólera…
Al anochecer, su par de ‘tías’ lo encuentran y lo persiguen a punta de volutas de humo por todo el bosque. Acude Sariatu, bajo la figura de Simio, a defenderlo, usa su poder de afecto y recursos y pone a volar a Kubo para que busque la armadura mágica de Hanzo pues es la única cosa que le dará protección. Antes de que ella busque atacar a sus hermanas gemelas, Kubo se queda con unas hebras de su cabello negro. Aquí ya se revela una animación realista y una ardua labor. Georgina Hayns, supervisora creativa de Kubo: “Es el culmen de los filmes que hemos hecho hasta ahora. Tomamos todo lo aprendido en los demás en la narración de historias, en la técnica, en las habilidades para fabricar marionetas, hasta con la falta de miedo a utilizar también tecnología. […] Hemos combinado más que nunca el arte del Stop-Motion y el elemento informático para llenar esos grandes espacios abiertos”. Estudios Laika está a la vanguardia en la mezcla de animación tradicional y CGI (4) o el computador como apoyo.
Otra de las virtudes del filme, la música, de Dario Marianelli, compositor italiano de música para piano y orquesta, sale a relucir en medio de los mitos, la magia y la fantasía de la animación producida por el estudio gringo Laika, dirigido por el propio Travis Knight. Y a través del universo de sentimientos que involucra temas como la pérdida y el perdón; el amor y su sucedáneo el sacrificio, pero en términos humanos, no religiosos; el desencuentro y el reencuentro; la violencia y la muerte. En dicho universo emocional, la música del samisén, especie de guitarra antigua de dos cuerdas, cobra un papel capital, máxime si se considera el trío de estilos producido por dicho instrumento: el estilo cantado o Utamono; el estilo narrado o Katarimono; el de canciones folclóricas o Minyo. Los tres se ajustan al desempeño de Kubo con las historias que cada día cuenta al pueblo, con el fiel acompañamiento de las figuras en origami de Hanzo, la espada irrompible, la coraza impenetrable, en fin, el casco invulnerable.
En lo que es a la vez un viaje iniciático, otro de formación y uno más de descubrimiento, con raíces en el teatro shakespeariano, Kubo se ve inducido a rastrear las diferentes piezas que dieron origen a la fama guerrera de su padre, por lo que de paso se entiende que el filme también se haya retitulado como Kubo y la búsqueda samurai, en una historia salpicada de odios antiguos, venganzas sin saldar, y profecías por revelarse. De pronto, despierta y conoce al Monkey de madera, que no es otro que su madre y ésta le notifica que la abuela ha muerto, su aldea fue arrasada y él tiene que seguir pese al acoso de sus hermanas o, igual, de sus brujas tías. Al otro día, Mona llama a Kubo y le muestra a Hanzo, origami diseñado según el padre que ha cobrado vida durante la noche. En la ruta hacia las armaduras del padre, Hanzo, Kubo y Mona son recibidos por Escarabajo, en quien no confía aquella al inicio y sólo luego afianzan nexos gracias a sus picardías y al humor una vez sabe que Hanzo es padre de Kubo.
Al descubrir que Kubo busca la armadura de Hanzo, sus tías se separan para ubicarlo y tratar de arrebatarle el otro ojo, el derecho. El pequeño Hanzo, de papel, los lleva a la cueva bajo tierra llamada ‘El salón de los huesos’, donde en el cráneo de un esqueleto gigante hallan la espada irrompible de Hanzo, son atacados por aquél, pero lo derrotan y huyen. El ingenio del cineasta se traslada a Kubo, quien arma un bote con hojas caídas y a través del Lago Largo aparecen flotando sobre otra pieza de Hanzo, el peto o la ‘Coraza Impenetrable’, que está sumergida en el Jardín de los Ojos del lago, donde todo intruso es atraído y paralizado por los super ojos de un monstruo gigante al que éste obliga a revelar sus secretos antes de que los engulla. Kubo primero y Escarabajo, luego, van al fondo del lago tras la coraza. Una bruja ataca a Mona, ésta la vence, pero al cabo queda muy grave. Tras su intento, Kubo es atrapado por uno de los ojos gigantes y tiene una epifanía: Mona es una reencarnación de su madre…
Al ser rescatado por Escarabajo, Kubo y su madre restauran el barco. En una isla cercana, los tres descansan, mientras Mona les explica que antes de conocerlo, ella y sus tías fueron enviadas para eliminar a Hanzo, pero por el camino la cosa se torció o enderezó, según se vea, entonces se enamoró de él y de ahí nació Kubo, por lo que ellas y el Rey Luna, su abuelo, se sintieron traicionados y a partir de ese punto fue un enemigo. Kubo sueña ser recibido por Raiden, un viejo ciego que le indica dónde hallar el Casco Invulnerable. Van a la fortaleza derruida de Hanzo para recuperarlo, pero caen emboscados por la tía restante que suelta una primicia: Escarabajo es en realidad el padre de Kubo, Hanzo, maldito en retaliación por retener a la hermana de aquellos. Escarabajo cae asesinado y Mona al sacrificarse facilita que Kubo recupere su instrumento y mate a la tía. Descubre que la campana de su aldea es el Casco, rompe la última cuerda del samisén y con su magia vuela de regreso al pueblo natal…
Toda la fantasía del filme está anclada en una cruda realidad de leyendas, como la del abuelo Rey Luna; de desencuentros entre las tías y aquél, responsables por la pérdida del ojo de Kubo; de amor como pasa con Escarabajo y Mona y con la Abuela que cada día acompaña a Kubo y sus historias, las que presenta con lo ya dicho al inicio: ‘Si han de parpadear, háganlo ahora’ pues ya después no habrá caso; y que luego reivindica al Abuelo ante su pueblo, con los faroles echados al río en tributo a los muertos. Las secuencias poéticas priman sobre las épicas, el afecto, el amor y lo humano gravitan sobre las gestas bélicas, aun con la eficacia de otras: 1. El choque con la calavera gigante: tributo a Jasón y los argonautas, 1963, de Don Chaffey, filme pionero del método Cuadro a cuadro sobre el poema Argonáuticas, de Apolonio de Rodas, que va sobre el amor de Medea por Jasón. 2. La secuencia en que Kubo se sumerge en el mar de ojos y cae. 3. La del combate postrero con ‘La Bestia de la Luna’…
A la que le clava la espada una y otra vez, con todo el horror y el peligro que encierra. Raiden resulta ser el Abuelo Rey Luna y quien ya convertido en la bestia citada sacude y golpea a Kubo hasta que queda arrinconado junto a los aldeanos en el cementerio. Kubo se deshace de la armadura, arregla su samisén con el pelo de Mona/Sariatu, es decir, su madre. Gracias a su magia, convoca a los espíritus de los aldeanos muertos y le enseña a su Abuelo que los recuerdos son la magia suprema y nunca podrán ser destruidos: en otras palabras, le habla de la importancia de la memoria para la salud de los pueblos. Pues como dice Kundera: “Para liquidar a los pueblos se empieza por privarlos de la memoria. Destruyen tus libros, tu cultura, tu historia. Alguien escribe otros libros, les da otra cultura, inventa otra historia; después, la gente comienza a olvidar lentamente lo que es y lo que fue”: como ha hecho siempre EE.UU en sus invasiones a más de 80 países y hoy lo hace junto a Israel con los palestinos en Gaza.
Cuando el Rey Luna es vencido y pasa a ser un mortal como cualquier otro deviene amnésico, quizás por un bloqueo inconsciente a causa del dolor experimentado. Entonces, viene el perdón y la reconciliación con los aldeanos, gracias entre otros a la gestión de la Abuela, y entre todos valoran sus virtudes para concluir que no es el vándalo de la leyenda, sino la buena persona de la realidad. En el epílogo, Kubo dialoga con sus padres, con cuyos espíritus aparece en una toma triangular, mientras pone sus faroles en el lago y nota que los otros de los aldeanos derivan en cigüeñas y vuelan por el cielo de las psiques o almas hacia el mundo inmaterial/espiritual o como quiera llamársele al que no es el mundo del interés, de la envidia, del odio. Más bien, un mundo donde se impone, sin pretender dominar/colonizar a nadie, la magia del amor, las historias, los recuerdos, en síntesis, la magia de la memoria o ese único tribunal incorruptible que siempre liberará a los pueblos del yugo de los sátrapas y fascistas.
En conclusión, Kubo y las dos cuerdas es un filme modélico del Stop Motion (5) y sin nada que envidiarle a los de Studio Ghibli en tanto argumentación, enfoque, tratamiento, así como puesta en escena, montaje, musicalización y manejo de voces: este aspecto a cargo de Charlize Theron, Mono/Simio, Sariatu; Art Parkinson, Kubo; Matthew McConaughey, Hanzo/Escarabajo; Ralph Fiennes, Raiden, Rey de la Luna; Rooney Mara, Karasu y Washi, hermanas de Sariatu; Cary-Hiroyuki Tagawa, Hashi; George Takei, Hosato; y Brenda Vaccaro, Kameyo. Filme de fantasmas a su vez lleno de ‘imágenes fantasmas’ a las que alude Scorsese que existen sólo en el ojo de la imaginación, desde la óptica emocional, psicológica e ideológica. Las que según se articulen producen uno u otro impacto, sensación, sentimiento. Ahí donde radica el misterio, la belleza, en fin, el corazón del cine, para coincidir con el creador de Los asesinos de la luna (2023), filme sobre el exterminio de la rica nación Osage.
El filme involucra temas como la pérdida, de un ser querido (Hanzo) o de un órgano vital (el ojo); el amor (de Mona por Hanzo) y el sacrificio de Mona por Kubo para que pueda liberarse de sus hermanas Karasu y Washi; el desencuentro de Abuelo Raiden y hermanas con Mona y el reencuentro de ésta y Escarabajo que acaba en un sutil romance, al cabo malogrado por la muerte de aquél a manos de la tía de Kubo; por último, la violencia y el horror percibidos a lo largo del metraje y las muertes de Hanzo, Mona, Escarabajo y demás, llevan al espectador a corroborar que la sentencia inicial de Kubo: “Si han de parpadear, háganlo ahora”, porque después no habrá tregua, se transforma poco a poco en un filme de gran riqueza visual en la que cada cuadro, cada empalme, cada escena y cada secuencia es fuente de ética y estética, psique o alma/mariposa y política, de colores primarios (rojo/amarillo y azul) y secundarios (naranja, verde, violeta o magenta), todo ambientado en el Japón feudal de la época samurai.
Dicha época se extiende del siglo VIII, según unos textos, o del X, según otros, al XIX entre los cuales los samurais o bushi, un tipo de guerreros, prestan el servicio militar y son muy diestros en el uso del arco y la flecha y la espada, como lo muestra Kurosawa en varios de sus filmes, Los siete samurais, Trono de sangre, Kagemusha: en suma, soldados de élite con un alto entrenamiento para combates y choque cuerpo a cuerpo. En Kubo y las dos cuerdas, a esas destrezas se suman la magia y el misticismo, la solidaridad y el afecto, el amor y la muerte, para producir una mixtura entre animación tradicional y CGI o Imágenes Generadas por Computador, con lo más adelantado en efectos digitales: v.gr. el monstruo de las espadas, la bestia de la luna, e incluso el escarabajo, con sus detalles de humor, como cuando este no puede pararse y Kubo le ayuda o por lo menos lo intenta. Los Estudios Laika se han destacado con filmes como Los mundos de Coraline, El alucinante mundo de Norman y Los Boxtrolls.
Para terminar, Travis Knight reafirma la sentencia de Goethe en tanto que las grandes hazañas tienen las alas del amor y el deseo, de la cooperación y la solidaridad; que sin la curiosidad, así sea la de un niño de doce años y tuerto, todo ser humano está perdido, máxime si carga los yugos de la ira y la decepción o de la envidia y la depresión o de la avaricia y la soberbia; además, que vivir no sólo en un mundo donde a nadie se le perdona nada, sino donde no hay cabida para la redención, es igual a estar en el infierno y no en sentido abstracto sino concreto. Mientras tanto, gracias al despliegue de energía e imaginación, del valor que le confiere a la magia del amor, las historias y los recuerdos, al final le pone el colofón a su filme (uno no exento de cierto maniqueísmo, eso sí) con la misma sutileza con la que ha tratado a su historia y a sus personajes: entonces, las dos cuerdas, más que las del instrumento, el shamisen, son las filiales y de ahí la dedicatoria: Este filme está dedicado a mis dos cuerdas: Mamá y Papá.
A Santiago y Valentina, las dos cuerdas principales de mi shamisen afectivo.
A Marthica y a M. del Rosario, las otras dos cuerdas de mi bajo vital/amoroso y creativo.
Notas, enlaces y bibliografía:
(1) AUSTER, Paul. 4 3 2 1. Seix Barral / Planeta Colombiana, Bogotá, 2017, 957 pp.: 268.
(2) https://psicologiaymente.com/clinica/frases-milan-kundera
(4) https://u-tad.com/que-es-la-cgi-en-el-cine/
FICHA TÉCNICA: Título original: Kubo and the Two Strings. Español: Kubo y las dos cuerdas. País: EE.UU. Año: 2016. Gén.: Animación / Stop Motion / Fantasía. For: Digital 3D. Dur.: 121 min. Dir.: Travis Knight. Guion: Marc Haimes / Chris Butler. Prod.: Travis Knight / Arianne Sutner. Historia: Shannon Tindle / Marc Haimes. Mús.: Dario Marianelli. Mon.: Christopher Murrie. Esc.: Frank Passingham. Int.: Mono / Simio / Sariatu (Charlize Theron); Kubo (Art Parkinson); Hanzo / Escarabajo (Matthew McConaughey); Raiden, Rey de la Luna (Ralph Fiennes); Karasu y Washi, hermanas de Sariatu (Rooney Mara); Hashi (Cary-Hiroyuki Tagawa); Hosato (George Takei); Kameyo (Brenda Vaccaro). Prod.: Laika. Dist.: Focus Features. Premios: BAFTA, Mejor Película de Animación. Premios Annie: Mejor Diseño de Producción / Mejor Edición / Mejor Animación de Personajes. Estreno: 19.ago.2016.
Luis Carlos Muñoz Sarmiento. (Bogotá, Colombia, 1957) Padre de Santiago & Valentina. Escritor, periodista, crítico literario, de cine, de jazz, catedrático, conferencista, corrector de estilo, traductor y, por encima de todo, lector. Colaborador de El Magazín Cultural de EE, 5.jun. 2012; columnista, 23.mar.2018. Su libro Ocho minutos y otros cuentos, Colección 50 libros de Cuento Colombiano Contemporáneo, fue lanzado en la XXX FILBO (Pijao, 2017). Mención de Honor por Martin Luther King: Todo cambio personal/interior hace progresar al mundo, en el XV Premio Int. de Ensayo Pensar a Contracorriente, La Habana, Cuba (2018). Siete ensayos sobre los imperialismos – Literatura y biopolítica, en coautoría con Luís E. Soares, fue publicado por UFES, Vitória (Edufes, 2020). El libro El estatuto (contra)colonial de la Humanidad, producto del III Congreso Int. Literatura y Revolución, con su ensayo sobre MZO y su novela Changó, el gran putas, fue lanzado por la UFES, el 20.feb.21. Invitado por Pijao Editores al Encuentro Nacional de Narrativa Colombiana vista desde las Regiones (Ibagué, 1º a 4 nov.23) Invitado por UFES al Congreso Literatura, Soberanía Nacional y Multipolaridad (Vitória, ES, Brasil, ago-nov.23). Autor, traductor y coautor, con Luis E. Soares, en Rebelión, Magazín EE, Las2Orillas. E-mail: [email protected]
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