Sorprendentemente, los tres partidos políticos de la derecha se pusieron al lado de la Cuarta Transformación (4T) y de la Presidenta Claudia Sheinbaum ante las amenazas de agresión e intervención en México del gobierno de Estados Unidos.
Sorprendente e inexplicablemente, el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Movimiento Ciudadano (MC) decidieron formar un frente común con la 4T para enfrentar en bloque la política agresiva e intervencionista del imperialismo yanqui en materia migratoria y comercial.
Es sorprendente e inexplicable, porque ¿de cuándo a acá esos partidos conservadores asumen posturas anti imperialistas, soberanistas y patrióticas? Es necesario preguntarse sobre la razón oculta y verdadera de esta contradicción entre el histórico pensamiento conservador de la derecha mexicana y la presente muestra de aparente anti imperialismo.
Porque, como solía decir el fundador del Partido Acción Nacional, para que no haya desilusionados, no debe haber ilusos. Y nadie entre los sectores patrióticos debe tener y mantener ilusiones respecto de este súbito cambio de ideología del conservadurismo mexicano.
Y como se dice en lenguaje popular mexicano, aquí hay gato encerrado. ¿Qué pretende realmente la derecha mexicana con esta nueva demostración de su proverbial hipocresía?
¿Estarán pensando en no perder simpatías y, sobre todo, votos, si no expresan con claridad una postura anti imperialista, aunque en el fondo estén tragando camote?
¿Estos neosantanistas y neoporfiristas están apoyando a un gobierno revolucionario y popular como el de Claudia Sheinbaum? ¿Pues qué bicho los picó? ¿Ahora sí del lado de Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero, Villa, Zapata y Lázaro Cárdenas?
¿Los entreguistas y racistas de siempre hoy están al lado del pueblo? Recuérdese que hace unos pocos días la senadora panista y ultra reaccionaria Lilly Téllez pidió públicamente a la embajadora de Reino Unido en México la intervención de ese país para combatir la inseguridad y la violencia en suelo azteca.
¿Se imagina alguien al oligarca Ricardo Salinas Pliego y a Norma Piña, presidenta del Poder Judicial, jalar parejo con el pueblo de México? ¿Y a Loret de Mola, López Dóriga y Ciro Gómez Leyva haciendo equipo con Claudia Sheinbaum?
No es tarea sencilla descubrir las reales motivaciones políticas y económicas de este giro de 180 grados en la práctica política de la derecha mexicana. Pero de entrada hay que ponerse en guardia ante esta obvia estratagema de los modernos polkos mexicanos.
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