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Bolivia: un proceso de cambios a defender y profundizar

Fuentes: Rebelión

En épocas de globalización, ninguna región ni país en el mundo queda ajeno a sus efectos y consecuencias de todo tipo: culturales, económicas, sociales o políticas.

En nuestro continente, asistimos desde los inicios del presente siglo en muchos de sus países a una alternancia en el gobiernos por parte de partidos de izquierda y progresistas y los de derecha neoliberal.

Esto se ha debido no solamenente a una ofensiva de la derecha a nivel internacional, sino además a limitaciones y errores cometidos por la izquierda en el ejercicio de sus gobiernos.

No es motivo de este artículo analizar las causas de estos hechos, sino solamente dar cuenta de los mismos. En los países que conforman el MERCOSUR, son claros ejemplos los de Argentina, Brasil y Uruguay.

Pero a su vez, en el mismo MERCOSUR, se destaca un proceso de cambios que entra en su vigésimo año de continuidad. Nos referimos al exisente en el hoy denominado Estado Plurinacional de Bolivia.

Este proceso tiene su origen en las movilizaciones populares en contra de las políticas neoliberales de privatización de servicios básicos para la población.

En febrero del año 2000, el gobierno de Hugo Banzer Suárez firmó con la empresa multinacional Bechtel, con el aval del Banco Mundial, un contrato por el cual se privatizaba el servicio de suministro de agua a la ciudad de Cochabamba.

Ante las masivas movilizaciones de lo que se denominó la “guerra del agua”, en abril del mismo año el gobierno tuvo que anular dicho contrato.

En el año 2003 se produce otro gran estallido social en relación a la forma en que se explotarían las enormes reservas de gas natural – las segundas más grandes del continente – descubiertas en el departamento de Tarija a mediados de la década de los años 90.

El conflicto se desata ante la decisión del gobierno presidido por Gonzalo Sánchez de Losada y Carlos Mesa de exportar el gas natural a un precio muy bajo por el puerto chileno de Mejillones.

La decisión de presidencial de utilizar al ejército para reprimir las manifestaciones que ya comenzaban a exigir la nacionalización del gas como forma de asegurar el consumo interno y una Asamblea Constituyente que asegurara un nuevo pacto social, agravó de tal forma la situación (en la manifestación en El Alto el 13 de octubre mueren 65 personas), que cuatro días después, Sánchez de Losada renuncia ante el parlamento y huye del país.

El 18 de diciembre de 2005, Evo Morales gana las elecciones nacionales con un histórico 54% de los votos, siendo ésta la primera vez que un candidato obtenía mayorías parlamentarias propias.

Se inicia así un proceso de cambios signado por dos hechos de fundamental importancia para la soberanía del país: la nacionalización de los hidrocarburos que culmina en octubre de 2006 y la Asamblea Constituyente que inició sus sesiones el 6 de agosto del mismo año.

Con la primera, el estado boliviano pasa a quedarse con el 82% de las ganancias del gas, lo que implica la reafirmación de su soberanía en el plano económico.

La segunda tuvo el propósito de redactar una nueva Constitución Política para el país, que entró en vigencia el 7 de febrero de 2009.

La vieja estructura republicana mediante la cual gobernaba – neoliberalismo mediante – una minoría privilegiada entra en crisis y las luchas sociales van conformando el mandato popular que exige la instalación de la Asamblea Constituyente en tanto máxima expresión de la democracia.

La misma inicia sus sesiones el 6 de agosto de 2006 en Sucre y aprueba un nuevo texto de Constitución Política el 10 de diciembre de 2007.

El mismo se somete a referendum el 25 de enero de 2009, con la mayor participación ciudadana en la historia (90,26%) y se aprueba con el 61,43% de los votos.

Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que esta nueva carta magna consolida formalmente el proceso de cambios políticos, del cual pasa a ser el Estado Plurinacional de Bolvia con el reconocimiento a todas las etnias originarias históricamente explotadas y postergadas en sus legítimos derechos.

El Art. 5 de la misma establece: “Son idiomas oficiales del Estado el castellano y todos los idiomas de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, que son el aymara, araona, baure, bésiro, canichana, cavineño, cayubaba, chácobo, chimán, ese ejja, guaraní, guarasu’we, guarayu, itonama, leco, machajuyaikallawaya, machineri, maropa, mojeño-trinitario, mojeño-ignaciano, moré, mosetén, movima, pacawara, puquina, quechua, sirionó, tacana, tapiete, toromona, uru-chipaya, weenhayek, yaminawa, yuki, yuracaré y zamuco.”

Los problemas de su economía hoy

Actualmente el país está enfrentando algunas dificultades a saber: escasez de dólares y de combustible debido principalmente a la disminución de las ventas de gas.

Ha aumentado la inflación debido a causas naturales internas como heladas y sequías que afectaron a la agricultura, sumada a la especulación de algunos inescrupulosos con productos básicos de la canasta familiar.

Pese a ello, y más allá del entendible malestar social, hoy parecería un tanto aventurado hablar de crisis económica generalizada, cuando el crecimiento global de la economía en 2024 fue de un 2,58%.

Las diferencias políticas internas

En todos los años en que Evo Morales desempeñó la presidencia del Estado Plurinacional – desde enero 2006 a noviembre 2019, Luis Arce fue su Ministro de Economía, responsable principal de las políticas de reactivación económica basadas en el aumento del poder adquisitivo de la población, con la consiguiente expansión del mercado interno.

Sin embargo desde 2021, Morales, siendo el presidente del partido de gobierno, el Movimiento al Socialismo (MAS), se ha convertido en el principal crítico de la gestión de Arce, utilizando todos los medios de comunicación a su alcance.

Es obvio que Morales quiere ser una vez más el candidato del MAS a la presidencia y para ello liquidar la posibilidad de una reelección de Arce en el cargo.

Sin entrar a analizar los argumentos de una y otra parte, lo que me parece muy criticable es la actitud política de Morales; que en lugar de utilizar su innegable peso para fortalecer al MAS, convertirlo en un instrumento político de acción permanente y dar la discusión de sus diferencias con Arce en los ámbitos orgánicos internos que correspondan, lo haga por los medios de comunicación, dándole así elementos a la derecha.

La experiencia uruguaya

Las fuerzas de izquierda y progresistas uruguayas tienen muy claro la importancia estratégica de la unidad.

El pasado día 5 de febrero, el Frente Amplio celebró sus 54 años de fundación.

No solamente es el conglomerado unitario más antiguo, sino que es el único en el mundo que nuclea entre otros a demócratacristianos junto a socialistas y comunistas.

Tiene asimismo la doble condición de coalición de partidos y movimiento, representados en la totalidad de sus organismos.

Es el único caso en que desde su fundación, existen en cada barrio a lo largo de todo el país, locales del Frente Amplio como tal: los Comités de Base; en donde se reunen semanalmente tanto militantes independientes como militantes con filiación y actividad partidaria; unidos en su condición común de militantes frenteamplistas que viven en el mismo barrio.

Es a lo largo de toda la estructura interna del FA en que damos las discusiones de todos los temas y luego de adoptada una resolución, salimos públicamente a plantearla y defenderla.

Este tal vez sea uno de los elementos más importantes que explican la longevidad y fortaleza unitaria del Frente Amplio.

Qué apoyo se puede dar a Bolivia desde el próximo gobierno del FA

Una de las tareas en materia de relacionamiento internacional del próximo gobierno será la de fortalecer en lo posible los ámbitos de integración y coordinación regional. Todo lo que se pueda avanzar en este sentido será indirectamente un apoyo al proceso de cambios en Bolivia.

No será nada sencillo en la medida que a excepción del período de los años 2003 a 2015, no han coincidido gobiernos progresistas en Argentina y Brasil, los dos socios principales del MERCOSUR.

El ámbito bilateral será sin dudas el escenario en el cual se podrá avanzar en el fortalecimiento mutuo de ambos gobiernos.

No solamente habrá que pasar revista al comercio entre nuestros países para reactivarlo y en lo posible incrementarlo, sino que se deberá prestar especial atención a los asuntos de la cooperación bilateral.

Y cuando hablamos de cooperación, no nos referimos a ayuda económica, sino por el contrario hacemos hincapié en el concepto de la cooperación Sur – Sur .

La misma pasa por el intercambio de buenas prácticas y conocimientos en todos los ámbitos posibles. Y no hay que partir de cero. Esto ya se ha hecho en la pasada década.

Sólo resta reactivar los acuerdos ya firmados, que se detallan, sin perjuicio de gestionar otros que se entiendan de utilidad para ambos países.

Acuerdo Marco de Cooperación Técnica y Científica – 06.09.2012

Acuerdo de Cooperación en materia de Defensa – 20.06.2013

Memorandum de Entendimiento entre el Min. de Gob. De Bolivia y el Min. del Interior de Uruguay – 25.09.2013

Memorandum de Entendimiento entre el Min de Cultura de Uruguay y Min. De Culturas y Turismo de Bolivia – 30.07.2014

Memorandum de Entendimiento entre OSE y el Min de medioambiente y agua de Bolivia – 26.02.2015

Memorandum de Entendimiento para facilitación en el uso de instalaciones del puerto de aguas profundas de Uruguay. – 26.02.2015

Carlos Flanagan. Exembajador de Uruguay ante el Estado Plurinacional de Bolivia. Colaborador del CLAE.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.