El sector yerbatero de Misiones elevó un reclamo directo a la Cámara de Representantes y exigió que se declare de inmediato la Emergencia Yerbatera. Integrantes de la Mesa Asesora Yerbatera, acompañados por productores de toda la provincia, presentaron una nota formal en la que demandan la reactivación urgente del cuerpo legislativo, paralizado —afirman— desde hace seis meses, y la convocatoria a sesiones extraordinarias para tratar medidas que consideran “prioritarias y vitales” para la actividad.
El pedido, respaldado por organizaciones y referentes productivos, cuestiona “la incomprensible inactividad parlamentaria” en un momento de caída de precios, aumento de costos y fuerte tensión financiera en la cadena de valor de la yerba mate. Según señalan, la falta de respuesta política está agravando una crisis que ya golpea a miles de familias rurales.
El sector reclama declarar la Emergencia Yerbatera como primer paso para frenar el deterioro productivo.
La plataforma presentada ante los legisladores se estructura en cuatro ejes que buscan sostener a los productores en el corto plazo:
Declaración inmediata de la Emergencia Yerbatera como marco para activar medidas excepcionales durante 2025.
Exención total del impuesto inmobiliario básico para 2025 y 2026, con segmentación según superficie cultivada.
Alivio en Ingresos Brutos para la compra de insumos críticos —gasoil y fertilizantes— destinado a productores con certificado de exención vigente.
Tratamiento urgente de proyectos pendientes vinculados a la actividad, entre ellos iniciativas sobre regulación de herbicidas y reformas tributarias estructurales.
Los productores señalaron que los costos se disparan mientras el precio de la hoja verde no se actualiza, lo que deja a pequeños y medianos establecimientos al borde del quebranto.
En el documento entregado, la Mesa Asesora fue explícita: pidió a los diputados misioneros un mayor compromiso parlamentario y que se dejen de lado los proyectos “de declaración o de homenaje” que, según denuncian, solo funcionan como “relleno” en la agenda legislativa.
El sector productivo sostiene que la falta de debate real está frenando soluciones de fondo y postergando discusiones clave para la sostenibilidad de la economía rural. También remarcan que la inacción parlamentaria obstaculiza respuestas urgentes a problemas estructurales —como el uso de herbicidas— y a situaciones coyunturales, como el encarecimiento de insumos esenciales.
Para los yerbateros, la apertura de sesiones extraordinarias y la activación de comisiones son indispensables para evitar que la crisis derive en cierres masivos de chacras, pérdida de empleo y desarraigo en zonas rurales.
Milei ejecuta el golpe final al Instituto Nacional de la Yerba Mate y abre un escenario incierto para Misiones
Por Pedro Lacour
Un
nuevo decreto presidencial dejó al organismo de la yerba mate sin
facultades para influir en precios y oferta. El oficialismo misionero
que comanda Carlos Rovira relativiza la confrontación en su afán por no
quedar aislado políticamente. El sector reclama protección.
Javier
Milei avanzó otro casillero en su cruzada contra los organismos
estatales con capacidad regulatoria. A través del decreto 812, modificó
el marco vigente del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) y lo
dejó sin atribuciones para intervenir en precios, volúmenes de
producción o competencia dentro del mercado yerbatero. Nacido en 2002
tras la mayor protesta agraria en la historia de Misiones, el organismo
fue despojado de su última herramienta política: la facultad, ya sea
directa o indirecta, para equilibrar la relación entre miles de pequeños
productores y un puñado de grandes industrias molineras.
Pero la
letra jurídica del decreto es apenas la superficie. Lo que está en juego
es una pulseada política que arrancó con el DNU 70/23 y que va de
Misiones a Buenos Aires, con el mandamás Carlos Rovira como protagonista
silencioso y el sector yerbatero como campo de batalla. Milei nunca
designó un presidente para el INYM desde su llegada al poder y el
organismo está acéfalo desde el 10 de diciembre de 2023. Una señal que
en Posadas leyeron como deliberada: la Casa Rosada prefirió desactivarlo
por inanición antes que intervenirlo frontalmente.
La posición que
tomó en los últimos días el gobernador Hugo Passalacqua intentó
equilibrar la tensión política: marcó públicamente su rechazo por el
riesgo de mayor concentración, pero evitó volverlo un conflicto mayor
con Nación. “Nuestra prioridad es cuidar a toda la familia yerbatera”,
escribió. A través de las redes sociales, Passalacqua advirtió que “solo
un mercado equilibrado garantiza que todos puedan vivir de su trabajo”.
Y remató: “Nos sentimos en la obligación de reiterar nuestro llamado de
atención sobre los riesgos de mayor concentración en el sector”.
La
medida llegó después de un año electoral en el que el Frente Renovador
de la Concordia, la fuerza política que gobierna la provincia desde hace
dos décadas, hizo campaña con un discurso crítico hacia las políticas
nacionales, con el exgobernador Oscar Herrera Ahuad como principal
candidato. La respuesta en las urnas fue categórica: La Libertad Avanza
le ganó por siete puntos y dejó definitivamente a Rovira frente a un
nuevo escenario político.
Los últimos dos años estuvieron signados
por los sucesivos giros pragmáticos que caracterizan al conductor del
espacio: si en diciembre de 2023 el exgobernador había anunciado la
creación de un Instituto Misionero de la Yerba Mate para “defender la
rentabilidad de los pequeños productores”, pocos meses después desactivó
la confrontación, bajó la intensidad de las críticas y se alineó con el
discurso de colaboración con la Casa Rosada. “Ir a la Corte no alcanza,
no sirve”, dijo Rovira en una reunión privada, en abril de 2024, donde
pidió pasar “de la queja a la acción”. Desde entonces, optó por evitar
la bandera anti-Milei en el tema yerbatero y concentrarse en iniciativas
de innovación provincial.
Hoy, Herrera Ahuad, ya sin centralidad
electoral y tras haber sido derrotado en su propio territorio, también
giró la lectura hacia una lógica de mandato popular. “Los misioneros
eligieron otra cosa”, admitió tras la elección nacional, justificando su
mesura. En el debate sobre la reforma laboral aplicó el mismo criterio:
“Tengo que escuchar a la mayoría”. La Renovación, como también se
conoce al oficialismo misionero, terminó admitiendo que la agenda
libertaria cuenta hoy con un aval electoral directo de su propia base.
El
nuevo decreto reabre tensiones entre los distintos actores. Para la
Casa Rosada, el INYM fue durante años un instrumento de “cartelización
estatal”. “Por años se usó un ente público para cartelizar un mercado
competitivo”, escribió en X Federico Sturzenegger, cerebro de la
desregulación y uno de los impulsores de la medida. La propuesta del
ministro es reconvertir al Instituto en un organismo de certificación de
calidad y promoción, similar al INV en la industria vitivinícola.
En
esa línea, fuentes del INYM señalaron que el nuevo decreto tiene “cero
consecuencias” prácticas y que “no afecta en nada” la operatividad del
Instituto, porque la pérdida de la potestad para fijar precios ya había
sido dispuesta en diciembre de 2023 con el DNU 70/23. El 812/25,
remarcan, solo modifica o anula artículos del decreto reglamentario y
“ratifica una decisión previa”. Desde la Secretaría de Agricultura
coincidieron en esa interpretación: el rol del INYM seguirá enfocado en
“promoción y control de calidad” y no en intervención económica, en
línea con el artículo 42 de la Constitución y la agenda de
desregulación.
En el territorio, la lectura es opuesta. Para Jonás
Peterson, de Asociación Civil de Productores Yerbateros del Norte, el
decreto “profundiza el daño que ya había hecho el DNU 70/23”
consolidando el vaciamiento del organismo. El productor, que hasta abril
de 2024 ocupó un cargo en el INYM, habla de “mucha bronca” porque,
según afirma, la nueva norma “elimina por completo todo el capítulo de
fijación de precios”, pero además le quita al instituto la capacidad de
intervenir cuando hay desbalances en el mercado. “No sólo no puede fijar
valores: tampoco puede generar herramientas para equilibrar oferta y
demanda”, sostiene.
Peterson también cuestiona que el decreto
“prohíbe generar calendario de cosecha” —el mecanismo usado durante dos
décadas para evitar sobreproducción y cuidar los yerbales— y advierte
que limita la posibilidad de “controlar la calidad de la yerba mate
importada”. El resultado, afirma, será un impacto directo sobre los
pequeños colonos: “A la larga nos va a ocasionar un daño enorme”. El
fantasma que sobrevuela a los colonos es conocido: en los 90, sin
regulación ni precios sostén, la sobreoferta de hoja verde licuó
márgenes, aparecieron cheques sin fondo y desaparecieron industrias
históricas.
Cerca de Passalcaqua insisten en que la postura frente al
nuevo esquema no es pasiva. Facundo López Sartori, ministro del Agro
misionero, aseguró que la provincia “va a exigir la restitución plena de
todas las funciones del INYM”, al tiempo que buscará avanzar en la
formalización del productor y mayor transparencia en la cadena
comercial. En el gobierno provincial sostienen que el objetivo sigue
siendo garantizar “un precio justo” y mantener el valor de la hoja verde
“por encima de los 0,55 dólares por kilo”, una referencia que presentan
como compromiso histórico con la “familia yerbatera”.
Sin embargo,
lo que emerge detrás del decreto de Milei es un reacomodamiento político
más amplio: la derrota electoral obligó al oficialismo misionero a
recalibrar su relación con La Libertad Avanza, mientras la Casa Rosada
profundiza el experimento desregulador en una economía regional
estratégica. La pregunta ahora es si el mercado, que está en manos de
pocos compradores y con miles de productores atomizados, puede
sostenerse sin mecanismos de protección. La yerba mate vuelve a quedar
atrapada entre la lógica de la libertad total y la memoria de las crisis
que, hace más de 20 años, el INYM vino a contener.
“Muchos productores no van a cosechar por imposibilidad económica”
El ex director del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), Sergio Delapierre, analizó el momento crítico que atraviesa el sector yerbatero y detalló los motivos por los cuales la tradicional zafriña de verano podría verse drásticamente afectada.
Sergio Delapierre anticipó que, “probablemente haya gente que no quiera iniciar la zafriña”, debido a que “los precios se mantienen deprimidos por debajo de los costos de elaboración y eso hace que la gente no pueda trabajar”. Según explicó, muchos yerbateros “no tienen dinero ni siquiera para pagar a los cosecheros”, lo que vuelve inviable cualquier intento de levantar la cosecha.
Asimismo, aclaró que la situación no será uniforme: “Muchos productores no van a cosechar por imposibilidad económica, pero también es bueno dejar en claro que hay gente que sí puede cosechar y lo va a hacer”. En particular, señaló que, “hay empresas integradas verticalmente que tienen desde la venta del paquete en góndola y esa yerba la van a cosechar”.
En consecuencia, Delapierre anticipó “una cosecha quizás restringida en la provincia de Misiones”, y remarcó que la industria, con acopio previo y estructura completa, “están vivas, están en actividad. El que está quedando relegado es el productor”.
Situación crítica para los productores
Luego, manifestó que, “hoy en día, los productores tienen una pérdida en su trabajo. Están trabajando a pérdida”. Solo aquellos con yerbales nuevos y altos rendimientos logran cubrir las inversiones, mientras que “la generalidad de los 15.000 productores es que están trabajando a pérdida”.
Sobre el valor de la hoja verde, el entrevistado detalló que, “el último precio que teníamos era, en el mejor de los casos, $285, y en promedio estábamos en $260 el kilo de hoja puesta en secadero”. Esto resulta insostenible porque “los costos de producción superan los $410”, por lo que “el mínimo que estaríamos necesitando es de $500”.
La consecuencia directa es el abandono progresivo del cultivo. “Hay productores que sobreviven porque viven en la chacra, otros hacen tabaco y está el yerbatero que solamente tiene yerba mate. Esa persona está pasando un mal momento y, en algunos casos, llega a ofrecer las chacras en venta”.
«Nos pagan por debajo del costo»
El
sector yerbatero atraviesa una crisis inédita. Así lo aseguró María
Soledad Fracalossi, directora del Instituto Nacional de la Yerba Mate
(INYM), quien, en una metáfora temática, aseguró que la producción
yerbatera está “fría” y más amarga que nunca.
En este contexto,
Fracalossi apuntó contra los sectores concentrados: “Desde nuestro punto
de vista, los industriales nunca pierden. Es un mercado de compra
bastante atomizado, son pocas y grandes empresas que demandan la materia
prima. Muchas veces hay algún acuerdo entre ellas en detrimento del
productor”.
Aunque reconoció que la yerba suele ser una actividad
cíclica, aseguró que “hoy las condiciones generales son diferentes” y se
vive una situación inédita. Señaló que la competencia entre marcas hace
que el valor de salida del molino baje, y concluyó: “Eso trae
consecuencias en el eslabón más débil, que es el productor”.
También la construcción atraviesa su peor momento en Misiones
La
construcción vive uno de sus momentos más críticos en Misiones. Según
datos oficiales del IERIC, la provincia cuenta hoy con apenas un tercio
de los trabajadores registrados que tenía en sus mejores años y la mitad
de los que tenía hace solo dos.
La drástica caída del empleo acompaña la paralización casi total de la obra pública y el freno creciente de la obra privada.
Oscar
Marelli, delegado en Misiones de la Cámara Argentina de la
Construcción, advirtió que las compañías que aún permanecen activas solo
logran subsistir gracias a trabajos menores contratados por el Estado
provincial, principalmente tareas de mantenimiento. Nación, en cambio,
retiró prácticamente toda su inversión en infraestructura, lo que
congeló la actividad desde hace dos años.
El deterioro también
alcanzó al sector privado, donde la suba constante de costos y la falta
de actualización en los valores del metro cuadrado frenaron nuevos
desarrollos y llevaron a suspender proyectos ya planificados.
Como
consecuencia, la demanda de mano de obra se redujo al 30% de los niveles
históricos y muchos operarios quedaron sin empleo. Ante este escenario,
algunos recurren a trabajos particulares de refacción, mientras que
otros decidieron migrar a Brasil o Paraguay en busca de mejores
oportunidades.
Fuentes: Página/12, Perfil, Misiones Online
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