Dicen que el pez muere por la boca; todo indica que eso mismo está ocurriendo con Eva Copa, quien era la precandidata favorita para la Alcaldía de El Alto por el MAS.
Durante esta campaña para las Elecciones Subnacionales, su nombre era el de mayor difusión mediática, sin embargo sorpresivamente para muchos, ayer por consenso todos los precandidatos de este partido político declinaron a sus candidaturas, incluyendo Copa, y decidieron apoyar a la candidatura de Zacarías Maquera, como una acto de reafirmación de la unidad del Movimiento AL Socialismo, según expresaron.
Las reacciones no se hicieron esperar, llamando la atención la de personajes como el político Jorge Tuto Quiroga y el polémico Alejandro Entrambasaguas, ambos acérrimos enemigos del MAS, quienes criticaron de forma indisimulada la exclusión de Eva Copa como candidata a esta alcaldía. ¿No se supone que siendo rivales políticos, deberían estar satisfechos con la exclusión de la candidata cuyo gran apoyo, la vislumbraba como la virtual ganadora de las elecciones? Sin duda, hay algo extraño en todo esto.
Haciendo una breve retrospección de lo acontecido desde octubre del 2019, vemos que para consumarse el golpe de Estado, el gobierno de facto a la cabeza de Janine Añez ordenó la represión criminal del ejército y la policía contra un pueblo que masivamente salió a las calles en protesta por la conspiración en curso y en defensa del expresidente Evo Morales, siendo acribillados cerca de 40 personas, en El Alto y en Sacaba. Una vez ejecutada la masacre, cual paradoja siniestra, en nombre de la democracia intentaron a toda costa la pacificación del país, lo que garantizaba la entronización del régimen golpista.
Es así que «entre gallos y media noche», un desconocida senadora hasta entonces, de nombre Eva Copa, fue elegida como presidenta de la Cámara del Senado, quien se sumó a la narrativa de pacificar el país y sobre todo defender la democracia, que ya la prensa canalla estaba difundiendo para tratar de legitimar y justificar el golpe de Estado.
La nueva presidenta del Senado, durante los primeros días como parte de lo que ella llamó pacificación y lucha por la democracia, empezó a realizar declaraciones polémicas y contraproducentes ante medios nacionales e internacionales sobre su mismo partido político y distorsionando la realidad que estaba ocurriendo en Bolivia. Es así que irónicamente en momentos de dolor del pueblo boliviano, con la venia de la Iglesia Católica y la Unión Europea, piezas fundamentales en el golpe de Estado, se sentó a concertar en una mesa de dialogo con los principales acusados de ordenar las masacres, Arturo Murillo y Jeanine Añez.
En las siguientes semanas, Eva Copa no cesaba en sus duras criticas de forma pública contra la cúpula alta del MAS, así como en contra de su antecesora, Adriana Salvatierra, llegando al extremo de exigir a la justicia acelerar la investigación sobre un caso, en el que la oposición al MAS implicó al padre de Salvatierra.
Es cierto que tuvo un papel descollante en medio de amedrentamiento político y pandemia, durante los meses que le tocó estar al frente de la Cámara de Senadores, convocó a 16 interpelaciones, de las cuales se realizaron cinco; 28 proyectos, anteproyectos de ley o propuestas legislativas, se efectuaron 16 reuniones con organizaciones sociales y se respondieron a 12 acciones de inconstitucionalidad, todo aquello enmarcado en la facultad fiscalizadora de los legisladores.
Sin embargo, después del triunfo de Luis Arce en las urnas, en otras declaraciones ante los medios de prensa, mientras millones de bolivianos clamaban el regreso de Evo Morales, expresó su oposición al retorno del expresidente. Pero seis días más tarde manifestaba a la prensa que el expresidente debería ser invitado al acto de posesión del presidente Luis Arce. Subsiguientemente, el 9 de diciembre, durante una entrevista con radio Fides, volvió a polemizar, declarando que, lo que aconteció en Bolivia, fue una transición constitucional forzosa, lo cual fue interpretado por la prensa conservadora, como que no hubo golpe de Estado. Elementalmente esas declaraciones causaron jubilo en las filas de la oposición e indignación dentro del MAS, así como en ese pueblo que soportó de pie todos tipo de vejámenes por parte del gobierno de facto, y sobre todo, en las familias de los mártires de Senkata y Sacaba.
¿Por qué ese afán de Eva Copa de congraciarse con sus supuestos enemigos políticos? ¿Por qué sus declaraciones contradictorias?