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Entrevista a Suca, cantante de Kisap

Acerca de la música como instrumento de lucha, el feminismo y el vegetarianismo

Fuentes: Rebelión

Kisap es un grupo valenciano de ska-reggae muy conocido en los ambientes de la militancia anticapitalista porque siempre están dispuestos a tocar gratis por causas justas. Gracias a sus conciertos, numerosos colectivos sociales pueden financiar sus actividades y contribuir así a alimentar la lucha. Hemos hablado con Suca, cantante de la banda, para hablar de […]

Kisap es un grupo valenciano de ska-reggae muy conocido en los ambientes de la militancia anticapitalista porque siempre están dispuestos a tocar gratis por causas justas. Gracias a sus conciertos, numerosos colectivos sociales pueden financiar sus actividades y contribuir así a alimentar la lucha. Hemos hablado con Suca, cantante de la banda, para hablar de este y otros temas de actualidad.
¿Qué tal os ha ido con el último disco, «Kisap meets Valencia all stars»?
Pues en cuanto a distribución y seguimiento muy bien. El formato no tiene nada que ver con los anteriores, el último es un directo grabado, no es de estudio. En este disco Kisap ha hecho de banda para otra gente que ha cantado en el directo, casi todos del mundillo del reagge y los temas se han sacado en base a los cantantes que han venido a participar. Eso ha repercutido en que ha sido más difícil organizar conciertos, no todos tienen la misma disponibilidad, pero al mismo tiempo ha sido un disco con más vida que otros anteriores.
Kisap ha tocado innumerables veces en apoyo a los movimientos sociales. ¿Tú cómo te sientes: cantante o activista?
Yo me siento las dos cosas. Cuando empecé con Kisap yo entendía mi participación exclusivamente como una forma de activismo, porque lo que estaba diciendo en las letras era, en general, todo lo que pensaba acerca de la lucha. Luego es cuando me iba dando cuenta de mis posibilidades como cantante, que podia experimentar con la voz, etc… pero el grupo para mi ha sido más que nada una manera de militar.
Hay determinados grupos que dicen que «con unas cuantas canciones no se puede hacer la revolución».
Decir eso es demasiado simple. Claro que no vas a cambiar la sociedad con un grupo de música, pero vas a contribuir al cambio. Con un grupo de video o de poesía, incluso un colectivo político por sí sólo no se va a cambiar la sociedad, lo importante es que todos son pequeños elementos que forman un conjunto. En ese sentido hay gente que dice: «porque yo tenga un grupo de música y cante contra la policía, no voy a conseguir que se quite la policía». Claro que no, pero creo que hay que entender que el activismo es invertir tu tiempo libre en promover la lucha contra un sistema injusto. Entonces, con un grupo de música tú haces letras, canciones… y de esta manera pones tu grano de arena, generando conciencia y a la vez haciendo cosas concretas como tocar en fiestas para colectivos, conciertos solidarios, recolectando dinero para campañas, etc.
Muchos activistas sociales se quejan de que no hay casi grupos musicales comprometidos con las necesidades de los movimientos sociales. ¿Por qué crees que pasa eso?
Es cierto que hay grupos que cobran mucho por tocar, siempre me llegan comentarios de que tal o cual grupo pide mucho dinero para ir a Valencia a tocar en una casa okupa…, eso lo escucho por ahí y digo «hostia, ¿será que lleva oro la gasolina que usan?» (risas). Creo que tiene que ver con las ganas que tienen determinadas bandas de vivir de la música. Por ejemplo grupos con letras cañeras y antisistema, pero luego están cobrando 6.000 euros por concierto. Una cosa es que un grupo necesite un dinero para pagarse la grabación de un disco y otra es que cuando un colectivo social les llame para tocar, pidan una cantidad inalcanzable. Eso desde luego no es compatible con apoyar a los movimientos sociales.
En cualquier caso, creo que el debate sobre si está bien o mal vivir de la música no está acabado. A mucha gente le gustaría vivir de hacer lo que le gusta y parece que trabajar de educador social es más «militante» que trabajar y ganarse la vida con un grupo de música política.
Hay otra cuestión relacionada con la escena musical más comprometida y es que a veces se echa en falta que los grupos se impliquen en la lucha de forma más organizada. Por ejemplo, igual que se formó una «plataforma de trabajadorxs contra la Constitución Europea», ¿no se podría crear una «plataforma de bandas musicales contra la reforma laboral»?
Desde luego sería genial, muy cañero (risas). Bueno, en Valencia existe una plataforma por la cultura, con grupos que defienden el idioma y que están relacionados con el movimiento independentista. Pero es cierto que hay poco en ese sentido.
De todas formas yo personalmente pienso que para llegar a la gente y así poder fortalecer su conciencia y fomentar que se movilicen, entre otras cosas hay que sonar bien. Muchos buenos grupos tienen problemas de infraestructura; como no tienen dinero para comprarse un buen equipo pues tocan con cualquier cosa… Yo creo que hay que preocuparse por eso, hay que moverse, buscar contactos y en general tener iniciativas a nivel extramusical para crecer como grupo, cosa que la mayoría no se plantea.
De todas formas hay que preguntarse por qué los grupos existentes, que llenan locales con sus conciertos, no se coordinan entre ellos. Creo que hay varios factores. Por un lado, muchos ni siquiera hemos pensado en esa posibilidad, dedicamos el esfuerzo de la movilización en otros espacios, como colectivos sociales, okupas, etc. Luego también depende del grado de militancia que haya en cada banda musical. En la mayoría de los grupos no todos son militantes, siempre hay gente que simplemente le gusta la música y toca por esa razón. En Kisap ocurre eso, por ejemplo.
Si se consigue que la gente tenga unas inquietudes parecidas dentro de una banda, sí se puede esperar que surjan iniciativas para que se constituya un movimiento organizado. De momento no es así, pero desde luego habría que trabajar en esa dirección.
Ahora cambiamos de tercio. Además de cantante de Kisap eres feminista, ¿qué significa eso para ti?
Bueno, hay mucha gente que piensa que el feminismo es igual que el machismo, que los extremos son malos, etc, etc… por suerte con el tiempo vas leyendo y conociendo a gente que te va llenando de cosas, abriendote puertas… y después aprendes que el feminismo sencillamente tiene que ver con los derechos básicos de las mujeres.
Para mi el feminismo existe desde hace mucho, desde que una mujer se ha negado a obedecer o a someterse a algo que no le gusta, aunque como movimiento organizado surgiera más tarde. Yo creo que el feminismo hoy en día en el estado español es un movimiento débil, que no sólo debe fortalecerse para luchar contra las desigualdades de género, también debe que ser anticapitalista en la medida en que el capitalismo es una forma económica, social y cultural de estructurar una sociedad machista.
¿Crees en la autodefensa feminista?
La autodefensa es una necesidad más de las mujeres. Pero no se trata sólo de defenderse ante un hombre que te puede matar, va más allá, se trata de defenderse además ante la violencia psicológica diaria que ejerce el sistema contra las mujeres en los medios de comunicación, en los trabajos, en la calle… Aquí la defensa emocional es fundamental, hay que tener una autoestima fuerte para que una agresión psicológica no te hunda y no pienses que porque es tu jefe tiene todo el derecho a tratarte así, o porque una mujer se separe de su marido pues no va a poder hacer nada para buscarse la vida, etc. La autoestima también tiene mucho que ver con la autodefensa física, porque te sientes más segura y con capacidad (fisica) de no tolerar actitudes machistas en la calle, por ejemplo. A las mujeres se nos ha negado la agresividad, sin embargo también somo agresivas porque todas las personas lo son en parte. Para los trabajos del campo nece! sitas fuerza y maña, pero en la historia han habido peligros que se han tenido que solventar hombres y mujeres, a traves de la fuerza, la habilidad, etc… lo que pasa es que a las mujeres se nos ha ido reprimiendo esa agresividad. Se supone que las mujeres no podemos ser agresivas; tenemos que ser comprensivas, dulces, cariñonas, sensibles… Pero somos personas y cada una tiene un punto de agresividad, pero como algo innato, como reacción natural ante el peligro.
De la necesidad de autodefenderse y autoorganizarse surjen iniciativas como las asambleas exclusivamente de mujeres. A algunas mujeres no les gusta estar en un espacio sólo de mujeres, pero para otras es un alivio. Creo que esas asambleas de mujeres surjen espontáneamente como una necesidad de crear espacios de discusión y de acción política donde las mujeres hagan las cosas por sí mismas sin la permanente presencia o aprobación del hombre. Eso no significa ponerse burros y odiar a los hombres, como interpretan algunas personas. Creo que hay que participar en activiadades mixtas permanentemente, pero también respetar los espacios que se crean únicamente para mujeres por una necesidad concreta. Normalmente en esos espacios vas a entenderte más, vas a encontrar más comprensión, vas a ver cosas que te parecen importantes y no te pasan con tu familia, en el trabajo o con tu pareja. Simplemente juntarnos a hablar de las cosas cotidianas que suf! rimos como mujeres, pues es saludable.
Para terminar, eres vegetariana. ¿Por qué? Cuéntanos cómo lo entiendes tú.
Por mi religión… (risas). Pues sencillamente porque me enteré del proceso por el que pasan los animales desde que son criados hasta que los llevan al matadero, y me pareció terrible, por eso deje de comer carne. Entonces empecé a militar en el ámbito del veganismo con un grupo que se llama «Alternativa por la Liberación Animal», organizabamos campañas contra las peleterias, contra las corridas de toros, etc, y con el tiempo fui enterándome de otras cosas.
Creo que es muy importante empezar a pensar en comer del campo. Por ejemplo, si hay x familias que viven en un terreno parecido al de un campo de fútbol y tienen que autoabastecerse, van a sacar mucho más provecho a la tierra si producen vegetales o legumbres que si ponen animales para alimentarlos. A un animal hay que engordarlo con comida que en definitiva podrían comer muchas personas, como los cereales, etc. Si hablamos de construir una sociedad libre y autogestionada, tenemos que empezar a pensar que hay que vivir del campo. Y en cualquier caso no sólo se trata de luchar contra la industria de la carne, el problema principal es que el consumo salvaje devasta el medioambiente, acaba con especies animales y con espacios naturales.
Más información:
www.kisap.org
www.the-platform.org