Hace ya mucho tiempo que el gerifalte de la Consar (Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro) anda trabajando arduamente para cumplir el mandato de sus amos de Washington de aumentar al menos al doble las aportaciones (forzosas) de los trabajadores para un ilusorio fondo de retiro. De modo que, en palabras de […]
Hace ya mucho tiempo que el gerifalte de la Consar (Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro) anda trabajando arduamente para cumplir el mandato de sus amos de Washington de aumentar al menos al doble las aportaciones (forzosas) de los trabajadores para un ilusorio fondo de retiro. De modo que, en palabras de ese privilegiado burócrata, el porcentaje del salario del trabajador pasaría del actual 6.5 por ciento al 13 o al 15 por ciento.
¿Logrará este empleado de Estados Unidos su avieso cometido? En esas anda. Y no hay duda de que lo conseguirá, aunque no antes de la elección federal de 2018. Ni el PRI (Partido Revolucionario Institucional) ni el PAN (Partido Acción Nacional) ni el PRD (Partido de la Revolución Democrática) se atreverían a consumar este nuevo despojo a los trabajadores en momentos en que una medida tan abominable aumentaría aún más la irritación social y popular contra la partidocracia y contra el gobierno federal y su nuevo heraldo, José Antonio Meade Kuribreña.
Así que será cosa de unos meses. El tamaño del botín amerita paciencia. Se trata de un nuevo despojo de miles y miles de millones de dólares al que la Consar, las afores, la partidocracia, el gobierno federal y Estados Unidos no están dispuestos a renunciar.
Consumar el nuevo atraco no es una tarea de Hércules. En realidad es muy sencillo. Para eso está el llamado Poder Legislativo, es decir, diputados y senadores: hacer leyes que legalicen la exacción, el robo, el despojo. Por eso Carlos Ramírez Fuentes, sátrapa mayor de la Consar, acudió a la Cámara de Senadores a pedir, demandar, exigir, ordenar que se modifiquen las leyes vigentes a fin de incrementar el porcentaje del salario destinado a un prometido pero imposible retiro digno. Como en todas las medidas neoliberales, una cosa es prometer y otra, muy distinta, cumplir.
Véanse los hechos. El propio Ramírez Fuentes reconoce que andan perdidos 3 millones de aforados mayores de 65 años. Ni las afores ni la Consar ni Sherlock Holmes saben dónde están. El jefazo mayor de estas instituciones, modelos de delincuencia organizada, afirma que andan buscando a los extraviados pero que no los han localizado. Y que, además, muchos de ellos ya han de ser difuntos. ¿Quién va a cobrar ese dinero? ¿Los herederos de los desaparecidos? ¿Los herederos de esos tres millones de ignotos? Ah, bueno.
Adicionalmente se puede considerar el tremendo nivel de ineficiencia de la Consar: tres millones de cuentahabientes extraviados no es cualquier cosa. ¿En las manos de estos gandules y perversos están los ahorros forzados de millones de trabajadores? Y si hasta ahora a cada trabajador le robaban un peso, pues ahora le robarán dos.
El criminal expediente de la Consar y las afores se completa cuando el trabajador y supuesto ahorrador quiere retirar su fondo y le dicen que no es posible porque no aparece su expediente. Hasta el momento tres millones de casos. Pero también le pueden decir que su nombre está mal. O que su domicilio no aparece o que no existe o que hay que actualizarlo.
Cualquier cosa menos informarle que su dinero ya no es suyo. Que cambió de manos. Que es imposible recuperarlo. O que se perdió en una «mala inversión de riesgo». ¿Ejemplos? Para empezar, tres millones de víctimas. No sólo expoliados sino expropiados.
Blog del autor: www.economiaypoliticahoy.
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