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Alternativa militar regional de defensa frente al ejército yanqui

Fuentes: Rebelión

  1. La historia de los gobiernos de EEUU es la historia de las amenazas, invasiones y saqueos en distintos países, de México y América Latina en particular. Con su gran fuerza militar y sus cuerpos policíacos de inteligencia desde principios del siglo XIX sus distintos gobiernos, sean del partido republicano o demócrata, se dedicaron […]

 

1. La historia de los gobiernos de EEUU es la historia de las amenazas, invasiones y saqueos en distintos países, de México y América Latina en particular. Con su gran fuerza militar y sus cuerpos policíacos de inteligencia desde principios del siglo XIX sus distintos gobiernos, sean del partido republicano o demócrata, se dedicaron a hacer más extenso el país mediante presiones e invasiones y, al mismo tiempo, a inundar con mercancías y capitales a los países más débiles, para luego imponerles préstamos y pago de intereses. Todo eso fue antes y después de las dos grandes guerras que convirtieron a ese país en el amo y policía mundial. Hoy el mundo está lleno de bases militares norteamericanas estratégicamente colocadas para amenazar a los cinco continentes mediante demostración de fuerza, armamento y aviones más sofisticados con capacidad para asesinar en un segundo a millones de seres humanos.

 

2. Pero la USA no sólo nos amenaza y asesina con su gran poder militar, también cuenta con el aparato ideológico más poderoso del mundo. Durante el siglo XX EEUU no solo desarrolló la industria del cine, la radio y la televisión para tergiversar o deformar la historia y construir una ideología a su imagen y semejanza, sino que construyó poderosas fuentes noticiosas que se distribuyen en todos los medios de información del mundo, constituyendo monopolios que bloquean otras fuentes de noticias. Así como el cine norteamericano ha profundizado en la mente de los latinos para cambiarle su cultura y valores, así también de la radio, TV y prensa impresa reciben todas sus noticias de los centros de información de los EEUU. ¿Puede pensarse acaso que un película yanqui no defienda los intereses del imperio o que Televisa, TV Azteca o Redio Fórmula no reciban de fuentes yanquis su información internacional?

3. Por eso me ha dado una enorme alegría leer el interesante artículo de Heinz Dieterich en la revista Rebelión. En él detalla la formación del Bloque Regional de Poder Militar (BRPM) latinoamericano encabezado por el presidente brasileño, Ignacio «Lula» da Silva. Escribe con toda razón Dieterich que «el BRPM es, a todas luces, una alianza defensiva que nace no sólo del historial negro de doscientos años de agresión militar de Washington, y de la tendencia evolutiva objetiva de la historia mundial, de convertir Estados nacionales pequeños en Estados regionales, sino de los preparativos logísticos concretos de Washington para asegurarse por la fuerza militar el petróleo de Venezuela, la Amazonia, el acuífero del Guaraní y, la separación de las cuatro provincias separatistas de Bolivia; del Zulia de Venezuela y del Guayas del Ecuador. El ministro de Defensa de Brasil ha declarado que la soberanía de la Amazonia no es negociable… advirtió que sería defendida con «la guerra de guerrillas».

4. Los jefes de los ejércitos de México y de América Latina han sido orientados en los EEUU o en la llamada Escuela de las Américas que depende de ese país. En los hechos esos ejércitos se han formado con la ideología yanqui haciendo a un lado el pensamiento de la cultura latina, por ese hecho no puede ser muy confiable. Por ese motivo da gusto leer a Dieterich cuando anuncia como trascendental la constitución de un «Consejo Sudamericano de Defensa» en octubre del 2008, que será el órgano rector del BRPM. El Consejo del organismo de defensa regional latinoamericano es para que las Fuerzas Armadas de los países de la región dejen de «depender de los extranjeros» en áreas de defensa. En Latinoamérica y en el mundo no deberían haber ejércitos; pero ante la amenaza y las permanentes invasiones yanquis, no se puede vivir sin un organismo armado internacional de defensa organizado por gobiernos antiimperialistas.

5. Los artífices del BRPM, actuando desde diversos campos, parecen ser el brasileño Lula, el venezolano Chávez y el argentino Kirchner. Todo va bien para beneficio de los pueblos; pero el problema surge de esta pregunta: El ejército será nacionalista, antiimperialista, defenderá los intereses de los pueblos de Latinoamérica frente al imperio yanqui u otro gran país, pero ¿qué pasará con el ejército si suceden cambios de gobierno en la región, al estilo de Álvaro Uribe o Felipe Calderón que son sirvientes de los gobiernos de EEUU? Lo que hemos visto del ejército mexicano es que no tiene ideas propias y no permite que las ideas del presidente en turno sean analizadas o discutidas. Aunque muchos miembros del ejército se digan «patriotas» la realidad es que defienden la «doctrina oficial» aunque manifieste su sumisión al gobierno extranjero. Y realmente es triste porque el ejército mexicano está formado por gente de origen humilde.

6. Sin restar mérito alguno al presidente Lula da Silva, el analista Dieterich escribe que plan se inició en 2001 en reunión realizada en Brasilia. Se presentó la propuesta de integración militar latinoamericana basada en la filosofía bolivariana, el respeto a la soberanía de los pueblos de la Patria Grande y el papel de las FA en el desarrollo nacional. Señala que Chávez propuso a Lula convertir las Marinas de Guerra de ambos países en la punta de lanza de un proyecto de integración concreto sobre la navegación del Orinoco con el Amazonas, para fortalecer la soberanía de la Amazonia. Conversaron sobre la instalación de una Academia de Guerra latinoamericana; proyecto urgente, pero no avanzó por rivalidades entre Brasilia y Buenos Aires e inercias burocráticas en Venezuela. Chávez propuso fundar la Organización del Tratado del Atlántico Sur (OTAS) y las «Fuerzas Armadas del ALBA» y ante Ministros de Defensa de las Américas (2004), Venezuela ayudó a Brasil y a las Fuerzas Armadas del Ecuador, a derrotar el plan de Bush y Rumsfeld, de convertir a los militares de latinoamérica en una guardia al servicio de Uribe y del complejo militar-industrial estadounidense.

7. Estados Unidos posee más de 700 bases militares en 130 países. Alrededor de 250 mil miembros del ejército norteamericano engrosan sus filas. Las misiones de estos efectivos redundan en la barbarie. Según artículo de Marcelo García publicado en Rebelión, en el marco del Plan Colombia se instalaron las bases Tres Esquinas, Larandia y Puerto Leguizamo. Estos tres sitios de interés en la lucha contra las guerrillas se convirtieron en receptores permanentes de armamentos, logística y militares estadounidenses de estrategia, pero también de tropas de combate. Es así como en Ecuador, luego de reencausar en el 2000 las instituciones burguesas, los estadounidenses instalaron la dolarización y la base Manta, a escasos kilómetros de la frontera con Colombia. En Perú se han establecido las bases de Iquitos y Nanay, esta última en la zona amazónica, ambas con intervención del personal militar de Estados Unidos. A pocos kilómetros de allí, en el Amazonia brasileña, EEUU pretende apoderarse de la base de Alcántara pero por ahora los gobiernos verde amarillos se han resistido a cederles esa zona y la controlan ellos mismos.

8. ¿Cómo pueden los gobiernos antiimperialistas y los pueblos de América Latina enfrentar a ese poderoso imperio gringo sin la existencia de fuerzas armadas dispuestas a defender sus recursos naturales, sus fuentes de ingreso, a su familia y su vida? Hugo Chávez, siguiendo el pensamiento bolivariano que impulsa a la unidad de los pueblos de latinoamérica para unirse contra el imperio, llevó adelante esa idea unificadora que muy pronto dará frutos. La lucha de América Latina se fortalecerá indudablemente con la creación del Bloque Regional de Poder Militar. Los yanquis tendrán que pensar dos veces cualquier política orientada, como lo han hecho durante siglos, a derrocar gobiernos, tal como pretende en Venezuela, Bolivia o Ecuador. Pero también las luchas de los pueblos por su liberación se fortalecerán al saberse respaldados por otras naciones antiimperialistas cuyas experiencias se convierten en enseñanzas.

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