El dato más importante que se divulgó en los últimos días ha sido el importante respaldo que tiene el binomio Evo Morales-Álvaro Garcia en los jóvenes de entre 18 y 35 años, quienes, de acuerdo a la encuesta de dos medios de comunicación impresa y televisiva, votarán por los candidatos del Movimiento Al Socialismo (MAS) […]
El dato más importante que se divulgó en los últimos días ha sido el importante respaldo que tiene el binomio Evo Morales-Álvaro Garcia en los jóvenes de entre 18 y 35 años, quienes, de acuerdo a la encuesta de dos medios de comunicación impresa y televisiva, votarán por los candidatos del Movimiento Al Socialismo (MAS) en un porcentaje de 39%, lo que significaría que casi 1.200.000 votantes de las generaciones nacidas entre 1984 y 2001 respaldan el proceso de transformaciones estructurales producidas en Bolivia en los últimos 13 años y que han abierto un horizonte de optimismo a la población joven.
El padrón electoral está constituido por 6.6 millones de bolivianos y bolivianas que participarán en las elecciones del 20 de octubre próximo con la presencia de nueve fórmulas inscritas oficialmente ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y que, según las encuestas señaladas, se establece que la diferencia entre el primero (Evo Morales) y el segundo (Carlos Mesa) es de 11%. Si se toma en cuenta las distintas encuestas con diversas empresas, en la secuencia de meses desde enero hasta junio, la tendencia sostenida de la subida de preferencias electorales por Evo Morales, el estancamiento, y en algunos casos retroceso, de Carlos Mesa y la lenta subida del tercero, Oscar Ortiz, perfila el triunfo del actual presidente en la primera vuelta de los comicios.
Morales del MAS conseguiría el triunfo en seis departamentos del país (La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí, Pando y Beni), Mesa de Comunidad Ciudadana (CC) en dos (Chuquisaca y Tarija) y Ortiz de Bolivia Dijo No en uno (Santa Cruz).
Ante este panorama se ha desatado una elevada preocupación en los sectores opositores, constituidos por oligarquías locales, partidos conservadores, medios de comunicación privados, intelectuales y analistas de estos medios y aparatos dedicados a campañas informáticas en las redes virtuales, que han planteado la tesis de que deben renunciar todos los candidatos, para dejar únicamente a Mesa como cabeza de la oposición, tratando de remedar experiencias producidas en otros países de la región bajo la iniciativa de las políticas de Estados Unidos.
Este extremo es improbable sobretodo tomando en cuenta que los partidos participantes han inscrito a sus candidatos a las Cámaras de Diputados y Senadores, buscando tener una fuerza propia de acuerdo a los sectores, regiones e intereses que representan, especialmente Bolivia Dijo No de Oscar Ortiz que tiene una base política, social y de intereses económicos muy fuertes en el oriente boliviano.
Desde el frente oficialista, Morales ha conseguido articular el apoyo de los movimientos sociales populares, encabezados por la Central Obrera Bolivia (COB), los sindicatos de obreros y campesinos, los indígenas de oriente y occidente, las juntas vecinales y las organizaciones de mujeres populares, lo que, junto al respaldo de los jóvenes, se expresa en las listas de candidatos a parlamentarios que representan a estos sectores del pueblo boliviano.
El desafío de Evo Morales se encuentra en dar continuidad y profundizar el proceso de transformaciones de los últimos trece años a través de la Agenda Patriótica 20-25, en la perspectiva de avanzar en el mayor control soberano y defensa de los recursos naturales, especialmente hidrocarburos y minerales, aceleración de la industrialización, control del comercio exterior y del sistema bancario y financiero, desarrollo del mercado interno, participación democrática de los sectores nacional-populares, redistribución de la riqueza, reducción a cero de la extrema pobreza, antiimperialismo y consolidación del Estado Nacional.
Eduardo Paz Rada, sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.
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