Con más del 55% de los votos emitidos, la formula Luis Arce – David Choquehuanca, gana en primera vuelta las elecciones nacionales en el Estado Plurinacional de Bolivia, dándole al MAS-IPSP un triunfo contundente que demuele todas las aspiraciones electorales de la derecha. Ante este resultado, la prepotencia y la arrogancia de los grupos fascistas marginales, se ahoga entre reclamos insólitos, actos de vandalismo y acusaciones irascibles entre los que pretendían “salvar a la Patria” y hoy, horrorizados, se desviven por irse del país.
Con el 87% de participación, aún en pandemia, culminaron las elecciones en el Estado Plurinacional de Bolivia, que dieron como ganador en primera vuelta, al binomio Luis Arce – David Choquehuanca; además de ganar el poder ejecutivo, la tolda azul tiene mayoría en la Cámara de Senadores y Diputados y la extensión de su votación abarca casi la totalidad del país.
La mayoría en ambas cámaras le permitirá consolidar el trabajo del Poder Ejecutivo y reparar, de esta forma, todas las arbitrariedades y exabruptos legales cometidos por el gobierno de facto.
La recuperación de la economía y las investigaciones sobre los abusos de poder y los crímenes cometidos por la minoría racista, son una prioridad para garantizar la paz que tanto necesita el Estado Plurinacional.
Este voto de confianza y esperanza, necesita ser abonado día a día con gestos, de parte del gobierno, que despejen todo tipo de dudas, sobre el rumbo del país y sobre la integridad y compromiso de sus dirigentes.
La experiencia dolorosa que el pueblo boliviano vivió estos once meses, debe servir para una profunda reflexión a todo el espectro político, para que nunca más haya una aventura terrorista de estas características.
Luis Arce, manifestó que la primera tarea que emprenderá su gobierno, será pagar el bono contra el hambre de mil bolivianos, haciendo de esta manera, que el Estado esté presente en los sectores más vulnerables de la sociedad.
Por otra parte, desde el Legislativo, la bancada mayoritaria, prepara un juicio de responsabilidades contra la ex-presidenta de facto Jeanine Añez y sus ministros por las masacres de Sacaba y Senkata, entre otras barbaridades cometida contra la vida de las personas y el patrimonio del Estado.
Pero hay algo de suma importancia, que requiere una atención especial por parte del nuevo gobierno de manera urgente, se trata de la libertad de los presos políticos, injustamente sometidos a tratos crueles y por los cuales tendrán que responder quienes los ejecutaron, quienes dieron las ordenes y quienes acompañaron desde los medios de comunicación y las instituciones civiles y religiosas, la degradación de la condición humana a la que fueron expuestos los prisioneros.
También, el gobierno legítimo, deberá darle prioridad a la extensión del salvoconducto a los siete ex integrantes del gabinete del presidente Evo Morales que se encuentran asilados en la residencia de México en Bolivia, luego de haber sido perseguidos junto a sus familias por las hordas fascistas y asegurar el retorno de todos los ciudadanos que debieron huir de la barbarie a países vecinos.
Al mismo tiempo, y en cumplimiento de la Ley de Arraigo, votada por la soberana Asamblea Plurinacional, se deberá garantizar que los ex integrantes de la dictadura no puedan dejar el país antes de ser investigados por la justicia por sus acciones en la función pública, teniendo en cuenta que algunos gobiernos del continente, fueron cómplices de la acción golpista, tratando de legitimar y justificar el golpe de Estado.
Bien recordado es el caso de los alzados del año 2008 que exigían la separación de la llamada “media luna”, como el ministro de economía de facto, Branco Marinkovic, que luego de liderar la aventura separatista, se fugó al Brasil expresando “Un país democrático no tendría por qué generar refugiados [perseguidos políticos]” [1]
Más allá de lo irónico, de los dichos de Branco Marinkovic, quien, fuera desestabilizador de un gobierno democrático comandando al terrorista Frente Cívico y al usurpar el gobierno, apoyara el exilio, los ajusticiamientos extrajudiciales y la persecución política; la aplicación de la justica a aquellos que ahora pretenderán victimizarse, es un acto de desagravio a la nación y al pueblo, porque la impunidad es un cáncer que corroe a las instituciones y mina la confianza de la gente, al tiempo que brinda una nueva oportunidad a los criminales, ideológicamente segados por su odio racista.
El pueblo boliviano con su lucha incansable, su unidad y su convicción, logró derrotar las pretensiones golpistas; hoy con un gobierno fortalecido por la experiencia, deberá sortear todos los obstáculos que le impidan volver a estar a la vanguardia de las naciones que alumbran el futuro de Nuestramérica, nuestro Abya Yala.
Nota