Mario Hernandez (MH): Arrancamos «Fe de erratas» con Julio Gambina porque hay una serie de novedades en el ámbito económico. Estaba leyendo unas declaraciones del presidente de la UIA bonaerense, Osvaldo Rial, quien destacó que la Argentina «logró despegarse de la crisis mundial» a partir de un modelo económico que «continuó priorizando la producción y […]
Mario Hernandez (MH): Arrancamos «Fe de erratas» con Julio Gambina porque hay una serie de novedades en el ámbito económico. Estaba leyendo unas declaraciones del presidente de la UIA bonaerense, Osvaldo Rial, quien destacó que la Argentina «logró despegarse de la crisis mundial» a partir de un modelo económico que «continuó priorizando la producción y el consumo».
«Argentina es una isla, con un 7 por ciento de desocupación cuando España y Portugal están a más del 20 por ciento», recordó Rial, y cuestionó a sectores que «pretenden una megadevaluación cuando quedó claro que esas medidas siempre llevaron a más pobreza». El titular de la UIA bonaerense lamentó, además, que «algunos integrantes del sector empresario hayan dado un salto hacia movimientos que nos pretenden hacer retroceder una década, hacia la Argentina de los 90, la de un país para pocos». Recordó que en los 90 «había sectores que aseguraban, sin ponerse colorados, que en el país sobraba la mitad de la población. Nosotros queremos una nación para los 40 millones de argentinos».
¿Hay un giro del empresariado a favor del gobierno?
Julio Gambina (JG): Hay empresarios oficialistas y opositores y éstos últimos de distintas orientaciones. Está claro quién está opinando y en un tiempo electoral, no solo de cara al medio turno legislativo, sino a la renovación presidencial de 2015.
MH: Rial sería un empresario cercano al gobernador bonaerense Daniel Scioli.
JG: Yo siempre me presento como profesor de economía política porque no se puede pensar la economía al margen de la política y viceversa. Todo conjunto de política económica responde a intereses y hoy en Argentina está en discusión cómo y quién gobierna el capitalismo argentino en el marco de una crisis global.
MH: Yo vinculaba más estas declaraciones a las nuevas medidas adoptadas por el gobierno que han merecido el apoyo de prácticamente la totalidad del empresariado.
JG: Vos te referís al giro hacia el Banco Mundial (BM) y al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Venimos de una década de discurso crítico contra el FMI pero ya había habido una especie de negociación para tratar de arrimar la relación con el FMI y el mecanismo fue hacer un acuerdo para que ayude «técnicamente» al Indec a elaborar un nuevo índice de precios (IPC), que supuestamente entraría en funcionamiento a principios del año que viene.
El tema de fondo era que Argentina desde fines del 2008 participa en la Cumbre del G20, integrado por presidentes para atender la crisis mundial y ahí el FMI es un invitado principal y de hecho las medidas más importantes que ha tomado el G20 han sido para fortalecer la capacidad de acción del FMI. Por este motivo, había que ir desandando el camino de fuertes críticas al FMI y generando condiciones de acercamiento, lo que supone que el FMI terminará auditando las cuentas nacionales, algo que todavía no ha ocurrido, pero en el último viaje del Ministro de Economía a EE. UU. hubo reuniones con el FMI para presentar el nuevo índice de precios e intentar que retire una sanción aplicada en febrero pasado, lo que podría ocurrir en noviembre cuando se reúna su Directorio.
MH: A pesar que somos «pagadores seriales». Vos mencionás en un reciente artículo que se cancelaron más de U$S 173.000 millones en los últimos diez años.
JG: Eso lo dijo la presidenta. Se trata de información oficial. Ahí tenés un primer operativo buscando restablecer las relaciones y las formas de funcionamiento de Argentina en el FMI, aunque nunca se fue. Le pagó, pero Argentina nunca se fue del FMI. Es un adato para pensar, para tenerlo en cuenta.
Simultáneamente, se hizo un acuerdo estratégico con el BM para un préstamo por U$S 3.000 millones que trasciende a la actual administración porque va del 2014 al 2016 involucrando al próximo gobierno. Son U$S 1.000 millones por año que el gobierno necesita para restablecer las reservas internacionales. Desde enero se han perdido U$S 10.000 millones y estamos en el piso de los U$S 34.000 millones cuando Argentina llegó a tener U$S 52.000 millones, lo cual muestra una fuga de capitales.
Una política de desendeudamiento y de pagadores seriales hace que Argentina destine sus reservas internacionales para pagar deuda. También hay una disputa por quién se queda con los dólares. Está el capital privado que los busca desesperadamente, por eso ayer el dólar ilegal pasó los $ 10 por unidad. Hay una disputa entre el poder económico que quiere los dólares para ahorrar o fugarlos y el gobierno que los necesita para pagar deuda, importar combustibles, etc. Entonces, hay una disputa por una mercancía que aparece escasa y hay que llenar la Argentina de dólares, por eso hay que traer inversiones externas, como es el caso de Chevron o préstamos como se hizo en la década menemista. Si el BM presta, eso habilita a que Argentina coloque títulos en el mercado mundial o que aparezcan créditos del sistema financiero internacional que está remiso a prestarle a nuestro país, con lo cual el tema de la deuda vuelve a emerger y aparecer como un tema estructural muy fuerte y condicionante de la economía argentina.
Hay un cambio de América Latina hacia una orientación «amigable» con el capital financiero internacional
MH: Quiero levantar la apuesta porque mencionaste a Chevron pero las últimas medidas en el área energética adoptadas por Brasil me hacen pensar en un corrimiento respecto de la propuesta de Hugo Chávez hacia una política energética latinoamericana común.
JG: Así es. En realidad, la propuesta venezolana de formar Petroamérica nunca terminó de cuajar y las recientes medidas de Brasil, que además de sorprender porque entrega el pozo petrolero más importante de ese país, hubo una intervención del ejército en la represión popular que se oponía a la medida, lo cual significa un llamado de atención muy serio en el cambio político de América Latina hacia una orientación «amigable» con el capital financiero internacional, con las inversiones externas, en el caso argentino, además, con el reconocimiento por primera vez de las sentencias del CIADI para pagar U$S 500 millones.
Argentina no venía acusando recibo de las cinco sentencias firmes en su contra de ese organismo, pero en este viaje donde acuerda con el FMI y el BM, también lo hace con el CIADI para cancelarlas y en la cuenta de la deuda pública aparece registrada esa suma, por lo tanto, en el presupuesto público son recursos que compiten con otras demandas que tiene la población por salud, vivienda, empleo, desarrollo económico, etc.
MH: ¿Vamos a un ajuste después de las elecciones?
JG: Llama mucho la atención las tarifas de los servicios públicos, sobre todo las eléctricas. En los últimos días han crecido mucho las acciones de las empresas eléctricas y eso es asumido como que hay una fuerte especulación pensando que se van a cortar muchos subsidios. Acordate que este fue un tema anunciado después de las elecciones del 2011, que empezó a materializarse, pero apenas se esbozó, se cortó, es probable que ahora no se pueda sostener el ritmo de subsidios. En definitiva, hay que traducirlo como aumentos tarifarios que va a pagar el conjunto de la población, lo que en otra época denominábamos «tarifazo». Es una de las expectativas que hay.
La otra expectativa del sector empresario es que baje la pretensión de incremento salarial en las Convenciones Colectivas. También es de esperar una escalada de incremento de los precios, del costo de vida que puede ir acompañado de una tendencia a la disminución de la capacidad de compra de los salarios de los trabajadores convencionados. En un marco donde 1/3 de la población trabajadora continúa en situación informal, da cuenta de un combo que puede disparar conflictos como la ya anticipada jornada de movilización nacional para el próximo 20 de noviembre de la CGT y la CTA, conmemorando el aniversario de la movilización del año pasado, que motorizó una conflictividad más que interesante de los trabajadores.
MH: Antes de cerrar, el pasado 2 de octubre se cumplieron seis meses de la inundación de La Plata, Berisso y Ensenada y tengo entendido que estuviste junto a Atilio Borón participando en la presentación de un relevamiento socio-sanitario.
JG: Un relevamiento muy importante que llevó adelante el Colegio de Profesionales de Trabajo Social que puso en evidencia que la inundación afectó al conjunto de la sociedad platense, pero que los efectos más graves fueron sobre los más pobres.
Estaban presentes representantes de unas 25 asambleas de barrios empobrecidos y de los más de 1500 voluntarios que intervinieron en el relevamiento, estudiantes y docentes de la Facultad de Trabajo Social de Humanidades. Los datos que revela y publica el Consejo Profesional, que te sugiero que los conozcas y puedas entrevistar a quiénes lo hicieron, dan cuenta que si bien toda La Plata fue afectada, los sectores más empobrecidos lo fueron más y no hay soluciones para ellos, o en todo caso, son para restablecer el valor de las propiedades, que se había venido abajo producto del deterioro generalizado provocado por las inundaciones. Esto demuestra que las políticas públicas privilegian el restablecimiento de la capacidad de valorización inmobiliaria para restablecer la capacidad de funcionamiento de la sociedad capitalista y no tienen en cuenta las imperiosas necesidades de los sectores más afectados por las inundaciones y calamidades que no son naturales, sino provocadas por el modelo productivo hegemónico en nuestro país y a escala mundial.
MH: Me despido hasta el jueves 31 ya que vas a presentar mi libro El movimiento de autogestión obrera en Argentina en las II Jornadas del Pensamiento Crítico a realizarse en la Universidad de Río IV (Córdoba).
JG: Te anticipo que vamos a compartir un buen debate y te doy la primicia que inaugurará las Jornadas la Ministra de Desarrollo Productivo y Economía Plural de Bolivia, la Licenciada Teresa Morales, quien va a disertar sobre «El cambio político en América Latina: el caso boliviano».
Vamos a tener un debate de pensamiento crítico latinoamericano presidido por el análisis de la situación boliviana. Hay muchísimas ponencias presentadas y una treintena de destacados investigadores de casi toda la región, así que espero que tengamos un buen debate, además de buenos momentos de camaradería, que supondrá ese encuentro en el centro de nuestro país, en Río IV, con una diversidad que intenta una apertura al pensamiento crítico, alternativo y emancipador.
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