1. Me alegra que esté circulando en el estado el semanario SOL de YUCATÄN; después de revisar y leer cinco números (del 51 al 55) puedo asegurar que es un buen periódico.
En primer lugar porque denuncia de manera clara y directa al gobernador de Yucatán (panista Mauricio Vila) por el tráfico de niños en el DIF Yucatán. Luego demuestra que el priísta Jorge Carlos Ramírez Marín es un terrateniente dueño de extensas propiedades en Yucatán. Sin parar también publica sin limitación que el presidente de Mérida, panista Renán Barrera escondió 150 millones para su próxima campaña. Para concluir la lectura del número 51, encuentro una denuncia contra el ex panista –hoy representante de AMLO en el estado- con acusación de “gran derroche de recursos”. El Sol, como dicen: No ha dejado títere con cabeza. Sólo les falto el corrupto PRD.
2. En el número 52, con una fotografía del gobernador Vila y el exgobernador Rolando Zapata, se subraya que ambos (del PAN y PRI) son cómplices en el tráfico y subasta de niños en el DIF y que haciendo un triángulo con la exgobernadora Ivonne Ortega desviaron mensualmente 280 millones que descontaron ilegalmente a seis mil pensionados y jubilados del ISSSTEY. Luego el Sol de Yucatán publica denuncias a funcionarios menores sin dejar de dar a conocer la continuidad de la investigación a los grandes jerarcas políticos de Yucatán. En los años sesenta publicamos denuncias antigobierno de este tipo; las hacíamos en pequeños periódicos y volantes que unos cuantos leían. Hoy algunas de ellas pueden encontrarse en periódicos como La Jornada y revista Proceso; por ello me da gusto que se hagan hoy en “el Sol de Yucatán”.
3. El problema es que todo quede en “denuncias”, que no lleguen a movilizaciones de masas y castigos a ladrones y asesinos, porque así transcurren los siglos sin que nada cambie mientras el 80 por ciento de la población sigue en la pobreza y miseria. Me parece escuchar las denuncias de López Obrador y sus llantos posteriores porque nadie le hace caso. Claro, es peor que ni las denuncias existan como entretenimiento. Al pueblo yucateco –según puede verse en su historia-parece importarle un bledo su situación; parece tomar a juego, a risa, a chacoteo, su grave situación y esto los políticos lo saben. En Yucatán no hubo Independencia, Reforma ni Revolución; todo fue un simple acomodo al momento, con excepción de la llamada Guerra de Castas, cuando los indígenas tuvieron que huir a las selvas de Quintana Roo.
Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com