1. Los nazis de Hitler, después de incendiar el congreso (Reichstag) en Berlín, Alemania en febrero de 1933, culparon a los comunistas y luego se dedicaron a perseguirlos y asesinarlos. Fue el inicio de una matanza sin límites. Por ello hay que advertir al pueblo «boicoteador» de la funesta película «La noche de Iguala» (elaborada […]
1. Los nazis de Hitler, después de incendiar el congreso (Reichstag) en Berlín, Alemania en febrero de 1933, culparon a los comunistas y luego se dedicaron a perseguirlos y asesinarlos. Fue el inicio de una matanza sin límites. Por ello hay que advertir al pueblo «boicoteador» de la funesta película «La noche de Iguala» (elaborada por el gobierno y la procuraduría) que protesten, que hagan mítines para alertar al público contra el engaño y el robo del dinero de sus entradas, que hagan pintas y peguen volantes, pero que tengan mucho cuidado de que no los culpen de incendiar (por policías) los cines donde la están exhibiendo. El ejemplo nazi de Hitler se ha repetido en muchos países por los gobiernos asesinos. Así que mucho cuidado.
2. Tienen razón el periodista Luis Hernández y demás analistas críticos de esa mierda convertida en película, la denuncia de que el gobierno gastó millones de pesos en escritores y realizadores cuyo único objetivo es justificar al nefasto gobierno de Peña, a la PGR y sobre todo desprestigiar a los estudiantes y a los que somos sus apoyadores. Me recuerda la película que hizo Televisa con sus millones y el presupuesto público: «De Panzazo» de febrero de 1912, que se dedicó a desprestigiar al magisterio, a los padres de familia, a los estudiantes y a los luchadores sociales que los han acompañado en sus protestas. Gobierno, empresarios y medios de información «se han unido en una santa cruzada», como dijera Marx, contra el izquierdismo.
3. No se sabe cuántas salas de cine la están exhibiendo por órdenes del gobierno; seguramente que en muchas porque es propaganda gubernamental. ¿Puede olvidarse que también a través de la historia muchas cintas o películas fueron embodegadas por los mismos gobiernos para evitar que el público las vea? Los cines, la televisión, la radio, la prensa -entre poco tiempo el Internet- los medios de información, están absolutamente controlados por el gobierno. ¿Quién ha dudado de que los poderosos medios de información (junto con la familia, la iglesia y la escuela tradicional) son arma ideológica del Estado que le sirve para manipular el pensamiento del pueblo? Así como el ejército y la policía le sirve para reprimir, la ideología para mediatizar.
4. El joven Hitler en sus pininos, acudió a algunas reuniones de socialistas del Partido Obrero Alemán en los años 1919-21 y salía rabiando porque los socialista no estaban de acuerdo «con nada». Dijo Hitler: «A todo se oponen esos señores y con nada están de acuerdo; se oponen al gobierno, al Estado, a los empresarios explotadores, a las guerras, al parlamento y sólo hablan de lucha de clases, de proletariado, sindicatos y de revolución. Yo no podía estar de acuerdo con ellos». Por ello muy pronto encabezó un golpe de Estado (Putsch de Munich) que le falló y se fue a la cárcel, pero desde allí comenzó a propagar la dominación alemana, el antisemitismo y el anticomunismo. Hitler entendió la lucha de clases y se decidió por el imperio.
5. Tenemos la obligación, como pueblo, de combatir la ideología falsificadora de los medios de información (cine, televisión, radio, prensa, revistas) porque daña a los seres humanos. ¿Puede permitirse que se siga engañando al pueblo, que se le siga manipulando por personajes que se autocalifican así mismos «intelectuales», pero que venden sus conocimientos, su pluma, al sistema que oprime a millones de seres humanos? Hitler señaló que los socialistas «no estamos de acuerdo con nada»; sí, no estamos de acuerdo en que un puñado de millonarios empresarios y gobierno -que con el objetiva de acumular más dinero y riquezas- sigan operando contra los intereses de las mayoría del pueblo que no es otro que los trabajadores.
6. Todo el pueblo tiene el derecho de «boicotear» esa película hecha por la policía, el ejército, la marina y sus jefes. El gobierno de Peña -en vez de bajar la guardia por la profunda crisis que sufre y al mismo tiempo dar entrada a otras opiniones disidentes para crear confianza- está actuado como provocador. Las movilizaciones de los padres de los 43 de Ayotzinapa y los profesores de la CNTE no van a dar un paso atrás. Mientras ponen en México ejemplos de lucha y resistencia, esperan la unidad con otros sectores cuya molestia y odio crece al mismo ritmo que los miles de problemas del país. La CNTE posee varios trabajos sobre formas de resistencia pacífica que pueden ponerse en práctica con el movimiento de masas.
7. Pensaba en los «escraches» argentinos contra personajes nefastos: políticos, jueces, periodistas, cineastas, como formas de protestas, boicot y propaganda. Hicimos uno en Mérida, Yucatán, que fue muy efectivo contra la jueza que encarceló a los 50 estudiantes, de los que protestamos contra la visita de Bush y Calderón en marzo de 2007. No la apedreamos ni le gritamos, pero sí con mantas y cantos de protestas la hicimos huir por el patio de su casa. En el DF hicimos otro escrache en la casa de la líder charra Esther Gordillo -antes que la metieran a la cárcel- quien se enojó porque le pintamos su casa. Aunque también meses antes hicimos otro «escrache» en el local espurio de la sección novena en la colonia obrera de la calzada de Tlalpan. ¡Viva el boicot!
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