1. Como justo homenaje a los trabajadores y al pueblo boliviano que ha luchado por la recuperación de los recursos naturales y los servicios básicos, nacionalizamos la Transportadora de Electricidad», dijo el presidente de Bolivia Evo Morales en un acto del Primero de Mayo en el Palacio de Gobierno de La Paz. El mandatario hizo […]
1. Como justo homenaje a los trabajadores y al pueblo boliviano que ha luchado por la recuperación de los recursos naturales y los servicios básicos, nacionalizamos la Transportadora de Electricidad», dijo el presidente de Bolivia Evo Morales en un acto del Primero de Mayo en el Palacio de Gobierno de La Paz. El mandatario hizo el anuncio de la expropiación de la TDE pocas horas antes de inaugurar con el presidente de la petrolera Repsol, la segunda planta procesadora de gas del campo de Bolivia. El decreto aprobado ayer establece la «nacionalización» de «la totalidad de las acciones que conforman el paquete accionario que posee la sociedad Red Eléctrica Internacional-SAU», filial de REE, e instruye su registro a nombre de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), estatal. Además de las eléctricas, el mandatario ha nacionalizado una quincena de empresas de hidrocarburos, cementos y minas, entre otras, desde que llegó al poder en 2006.
2. «Esa empresa internacional española -señaló Morales- en 16 años apenas ha invertido 81 millones de dólares, una inversión en término medio de cinco millones al año», que ha considerado insuficiente. El gobernante pidió al comandante de las Fuerzas Armadas «hacer la toma correspondiente de las instancias de administración y operación de la TDE porque es obligación de las Fuerzas Armadas recuperar la electricidad para el pueblo boliviano». La eléctrica española adquirió el 99,94% de las acciones de la TDE en 2002 y es propietaria y operadora del Sistema Interconectado Nacional boliviano de electricidad, que atiende el 85% del mercado nacional y posee el 73% de las líneas de transmisión en Bolivia. Morales expropió en 2010 las acciones de cuatro empresas generadoras de electricidad, incluidas dos filiales de la francesa GDF Suez y la británica Rurelec, que inició un arbitraje a Bolivia en la Corte de La Haya por esa medida.
3. Argentina hace un mes nacionalizó, también de España, la mayoría de sus acciones de petróleo de la empresa Repsol, causando casi un derrumbe de aquella empresa. La nacionalización de las acciones provocó que una serie de países capitalistas -entre ellos España y México, ambos derechistas, neoliberales y proyanquis- condenaran la nacionalización de acciones de Repsol, amenazando a Argentina de «país peligroso» por no garantizar las inversiones extranjeras. Por el contrario para quienes vemos las cosas desde abajo, por el lado de los trabajadores, hemos aplaudido con gran entusiasmo esas medidas tomadas por la argentina Cristina Fernández y el boliviano Evo Morales porque son indiscutiblemente medidas nacionalistas que pueden beneficiar los intereses de las mayorías cuando los gobiernos son consecuentes.
4. México expropió el petróleo en 1938, así como las tierras en manos de hacendados en Yucatán, La laguna y otros lugares en ese mismo año; nacionalizó los ferrocarriles y la electricidad en 1960, y en 1982 López Portillo -en un arranque de nacionalismo- estatizó los bancos diciendo: «nos han saqueado y no lo volverán a hacer nunca más». Desafortunadamente en México el petróleo está pasando lentamente -casi en secreto- a manos de empresas yanquis, igual que la electricidad; los ferrocarriles desaparecieron por falta de atención y por venta que el presidente Ernesto Zadillo hizo a empresas yanquis. Las tierras que fueron ejidos colectivos propiedad de «ejidatarios» comenzaron a privatizarse en 1992 por decreto del presidente Salinas, y los poderosos bancos -a menos de tres años de su estatización- fueron vendidos a empresarios de EEUU y España. Es decir, las expropiaciones, nacionalizaciones o estatizaciones no son garantía alguna de justicia y continuidad. Hay que apoyarlas, pero vigilarlas.
5. Los gobiernos de izquierda o nacionalistas como fueron el de Lázaro Cárdenas en México, Juan José Torres en Bolivia, Velasco Alvarado en Perú, Salvador Allende en Chile, al oponerse al imperio yanqui, fueron gobernantes populares por el hecho de tomar medidas en beneficio de la población mayoritaria. Los gobiernos de Getulio Vargas de Brasil o de Perón en Argentina tuvieron características nacionalistas pero muchos los calificaron como nacionalismos de derecha. ¿Qué es el nacionalismo sino un planteamiento de sentimiento de pertenencia a la nación propia, algo en principio identificable con el patriotismo de gran nación? La realidad es que nace cuando las naciones están conformándose en el siglo XIX y necesitan defenderse del los imperios mundiales que buscan apropiarse de sus riquezas. Visto como defensa de los intereses de la población mayoritaria el nacionalismo -originalmente burgués- puede ser revolucionario.
6. En los años sesenta, como producto de la revolución cubana y buscando repetir su experiencia en las montañas de Cuba, surgieron en América Latina guerrillas rurales y urbanas en unos ocho países. La famosa teoría del «Foco» guevarista, integrado por 12, 20 o 50 guerrilleros muy valientes y patriotas podría ser el núcleo para reunir a cientos de revolucionarios. Todos esos núcleos fueron, en primer lugar nacionalistas y antiimperialistas. En México se creó el Movimiento de Liberación Nacional en 1961 alrededor del expresidente Cárdenas pero de carácter pacífico, legal, para apoyar a Cuba, presionar al gobierno mexicano y al imperio de EEUU. Tras Cárdenas estaban Carlos Fuentes, Alonso Aguilar, González Pedrero, Flores Olea, Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Terrazas (PCM), Lombardo Toledano (PPS), Marcué Pardiñas y la revista Política.
7. Se ha hablado mucho de de política de privatizaciones que impuso el llamado «Consenso de Washington» a partir de la década del 90. Su objetivo principal fue lograr revertir las medidas nacionalistas tomadas por la mayor parte de los países de América Latina durante la mayor parte del siglo XX. Este «consenso» es realmente la representación de los EEUU y de Obama. Apoyemos las medidas nacionalizadotas de Evo Morales y Cristina F. de Kichner y exijamos que sean consecuentes en beneficio de los sectores más pobres de cada país. En México desde 1982, cuando comenzó a instalarse plenamente el neoliberalismo los procesos de privatización no han parado. Llevamos exactamente 30 años en ese modelo económico y durante ese periodo la izquierda se ha debilitado o mucho de ella ha transmutado en socialdemocracia. La derecha tiene las manos libres y los medios de información viran todo a su antojo.
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