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Huellas

Botero, cuando la obra transciende el arte

Fuentes: Rebelión

Para Klaus y Sandra.     La próxima exposición de esculturas de Botero en Berlin, ha provocado reacciones entre los reaccionarios. Aunque ya antes se habían colocado otras esculturas en los espacios públicos donde estarán las de Boteros. La diputada, doña Grütters, no quiere saber nada del asunto. Pero no vaya nadie a creer que […]

Para Klaus y Sandra.

 

 

La próxima exposición de esculturas de Botero en Berlin, ha provocado reacciones entre los reaccionarios. Aunque ya antes se habían colocado otras esculturas en los espacios públicos donde estarán las de Boteros. La diputada, doña Grütters, no quiere saber nada del asunto. Pero no vaya nadie a creer que se trata de una actitud demócratica porque, según, ella, no se han consultados a los vecinos para dichas colocaciones. Se trata nada mas y nada menos que el trabajo de Botero, ese artista colombiano que expuso recientemente 50 obras denunciando las torturas que llevan a cabo los gringos en Irak, específicamente en las famosas cárceles de Abud Ghraib y Guantánamo. Por eso quizás, el tal Botero, les caiga gordo.

 

La polémica entre los académicos sobre las incursiones del arte en lo social, en la política es tan frecuente como la que se da a nivel de los enfrentamientos del arte abstracto y el arte clásico, …pero es que ahi dice mujer en bicicleta y no veo la tal bicicleta, ni mucho menos la mujer….

 

Botero considerado por muchos como un »naïf», es decir ese arte casi infantil que se hace cuando no se tiene ningún tipo de orientación académica, vuelve de nuevo a lanzar la polémica antes citada. Mas que »naïf», Botero es Botero.

 

Parte de la exposición sobre las torturas en Irak la dona a la Universidad de Berkeley en San Francisco, California, precisamente en el corazón del movimiento mas crítico que tiene el país. La exposición continuará con sus denuncias desde dentro mismo, continuará su labor pedagógica y posiblemente inspire a muchos otros a seguir la línea perdida de los grandes muralistas mexicanos, Diego Rivera, Clemente Orozco y David Sisqueiros, precisamente en California, tierra robada a México.

 

Y quizás las incursiones del arte en lo social sí tenga que ver también con la otra polémica de lo abstracto con lo figurativo en el sentido de quitarle esa etiqueta al arte como algo tan puro y tan independiente de todo y hasta de lo humano que al final nadie entienda nada, ni que el artista se interese por lo que acontece a su alrededor. Al parecer para muchos artistas lo que pasa a su alrededor no son las alegrías o calamidades que le ocurren a los pueblos, lo contemporáneo parece venir de lo que acontece en las grandes galerías de los países desarrollados metidos en una carrera de dispersión tal que ya no sabemos si las mierdas de los perros en los parques son excrementos o instalaciones de arte contemporáneo.

 

Y es por eso que el trabajo de Botero transciende, porque se inscribe en una modernidad incuestionable, con una fuerza plástica original y hermosa. Si, el concepto de lo bello, lo hermoso sigue presente en su obra lo que al parecer se quiere negar insistentemente en los que controlan los espacios expositivos actuales.

 

No se quiere aquí plantear la vuelta al renacimiento como lo expone ArtRenewal, no se quiere buscar una fórmula que reemplace otra, es entendiendo lo expresado por Diderot ya tan lejos como por los años 1759 cuando escribía humildemente en sus Ensayos Sobre La Pintura, Mes petites idées sur la couleur, que al parecer no debe haber una sola manera de pintar. Tandis qu’il y a tant de manières différentes d’ecrire qui chacune ont leur mérite particulier, n’y aurait-il qu’une seule manière de bien peindre ?

 

Es innegable que una cosa es la política y otra la pintura; pero ninguna actividad del hombre puede abstraerse de la vida humana, aunque lo quiera.

 

La importancia del arte abstracto en términos éticos, mas que estéticos, es el derecho a la libertad de expresión. Es la legitimidad de la tolerancia. Tenemos derechos a ser abstracto , tenemos derecho a no decir nada; pero tenemos derecho también a decir, a denunciar y a condenar con nuestra pintura.

 

De la misma manera que a un pintor se le ocurre lanzar la pintura desde una lata sobre la tela y presentar eso como su obra , podría también un escritor presentar como una obra de literatura alguna sopa de letras abierta y esparcida sobre un plato, o algun libro publicado con letras tiradas, lanzadas, elegidas al azar como a;dfadfiueroflkafwiuthqr;fkjahflqro sin pertenecer a ningún idioma ni querer decir nada, o simplemente con las páginas en blanco. De la misma manera tiene derecho, por las mismas razones, el músico que no siguiendo ninguna escuela o norma musical hace sonar los instrumentos de una orquesta al mismo tiempo, sin orden, ni regla, ni armonía conocida.

 

Pero una cosa es el derecho a la expresión infinita, sin límites y otra es el resultado de las experiencias mencionadas. No muchos serán los que lean a;dfadfiueroflkafwiuthqr;fkjahflqro durante 300 páginas, ni tantos lo que acudan al concierto mencionado, ni tampoco tantos los que sigan viendo embarres snobistas y ahora menos que ya pasaron de moda.

 

No permaneció el criterio de que arte es lo que educa, como en el caso de los mexicanos y sus murales, pero tampoco quedó establecido que arte es lo que incomunica.

 

Evidentemente que siendo flexibles, abiertos a la creación humana, tanto una como la otra deberían entonces estar presentes como manifestación del espíritu humano.

 

Pero cuando el arte comunica, y comunica lo que no queremos que comunique, entonces ocurre lo que quieren hacer con la obra de Botero en Berlín: esconderla para impedir que comunique.

 

Por supuesto que no estamos en la época de Hitler quien hizo que se exiliaran cientos de artistas por entender los nazis y su ideología de »pureza», que estos estaban creando un arte degenerado. Con ese criterio se quemaron obras de Cezanne, de Renoir, de George Grosz, Max Beckman, de Otto Dix , de Kirchner,

 

¿Pertenece Botero a los »artistas degenerados» ?, ¿Merece Botero que se le envie a Auschwitz para que muera gazeado ?, ¿ Quemaremos el Museo de Orsay o el de Luwig completamente ?, ¿O quizás el curriculum de Botero no sea lo suficientemente completo como para exponer en Berlin ?

 

¿Quemaremos a Cesteros y a Goico en la plaza pública por pintar cosas que sólo a ellos se les ocurre y no lo que nosotros queremos que ellos pinten?

 

A mi me parece que la doña está muy rabiosa porque los alemanes y demás »aliados» de Bush han tenido que salir de Irak y este último también lo tendrá que hacer tarde o temprano con el informe Petraeus o sin él.

La doña, además, pertenece a los cristianosdemócratas. Que digamos, no tan cristiana ni tan demócrata.

 

La exposición sobre Abud Ghraib no es sólo una denuncia sobre las torturas en Irak, es una defensa al ser humano y sus condiciones de dignidad, donde quiera que viva. Para los censores y torturadores ella es imperdonable.

 

La obra de arte de Botero es una obra de suma calidad, inmensa, con un altísimo contenido humano.

 

¡ Qué Berlin disfrute libremente de esta producción, expresión de los mas alto conceptos de arte y humanidad de América latina!