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Reseña del libro de Atilio Borón "Socialismo del Siglo XXI ¿Hay vida después del neoliberalismo?"

Buscando caminos hacia el socialismo

Fuentes: Rebelión

El libro de Atilio Borón Socialismo del Siglo XXI ¿Hay vida después del neoliberalismo?, tiene dos ejes, el primero la imposibilidad de desarrollarse para los países subdesarrollados en el marco del capitalismo, lo que incluye la crítica al neoliberalismo y la posibilidad de un camino para abandonar el Consenso de Washington y el tercero una […]

El libro de Atilio Borón Socialismo del Siglo XXI ¿Hay vida después del neoliberalismo?, tiene dos ejes, el primero la imposibilidad de desarrollarse para los países subdesarrollados en el marco del capitalismo, lo que incluye la crítica al neoliberalismo y la posibilidad de un camino para abandonar el Consenso de Washington y el tercero una reflexión sobre la problemática del el socialismo del siglo XXI.

Esta edición tiene una introducción que da cuenta de los cambios más recientes en América Latina entre 2008 y 2014, con el objetivo de integrarlo al argumento general del libro. En ella señala la persistencia del legado del neoliberalismo, señalando como el crecimiento económico de los últimos años, apoyado en los precios de los commodities no ha eliminado las crecientes desigualdades, el endeudamiento masivo, la fuga de capitales y la vulnerabilidad externa.

«Un crecimiento y esto debería ser claramente explicitado, que está lejos de ser un proceso sustentable de desarrollo económico y social o el mejoramiento del bienestar popular, sino una desenfrenada agresión a la naturaleza» (Pág. 12).

A continuación pasa revista a los casos de Chile, Argentina, Perú, Colombia, México y Centroamérica.

Le sigue el análisis de los países que marcan la desviación de las pautas del neoliberalismo: Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia.

A partir de los elementos anteriores se plantea lo que distingue a la izquierda y a la derecha en el gobierno: la relación clase dominante-Estado, «Mientras en los primeros el rasgo definitorio de la política es la abierta confrontación entre las clases dominantes y el imperialismo de una parte y el gobierno, por la otra, en los gobiernos de centroizquierda del Cono Sur la relación entre ambos es de cooperación»(Pp. 18-19), aunque en oportunidades la retórica pueda aparentar lo contrario. » En un caso se proponen construir una nueva forma de socialismo, mientras que en los del Cono Sur la meta es dar a luz un inverosímil e improbable capitalismo ‘serio y racional'» (Pág. 21.

Más adelante señala que en lo ideológico «Lo distintivo de la izquierda es la valoración que dicha tradición ideológica hace de la igualdad(económica, social, política, etc.) a la hora de gestionar gobierno y diseñar contornos de una buena sociedad», la derecha defiende una igualdad abstracta que se desentiende de las condiciones materiales de existencia, mientras que la izquierda va al origen de la desigualdad y a la toma de medidas para neutralizarla mejorando las condiciones de existencia.

Finalmente la izquierda se apoya en la movilización popular ( Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia), mientras la otra se mueve en los parámetros institucionales del sistema.

Borón dedica un epígrafe a la transición geopolítica global que se refleja en el ascenso de China como segunda economía del mundo, los desarrollos en América L atina que llevaron a cancelar el proyecto del ALCA y los fracasos del imperio en impedir algunos avances de la izquierda , como contrapartida EE.UU. ha reactivado la IV Flota, y tiene a su favor dos Golpes de Estados suaves Honduras y Paraguay.

Esta larga introducción termina con un señalamiento: un avance resuelto contra el neoliberalismo implica desmercantilizar todo lo que durante las décadas de hegemonía neoliberal fue mercantilizado, señalando que los nuevos proyectos socialistas deben enfrentar numerosos obstáculos, entre ellos la superación de los errores cometidos por los socialismos históricos y el enfrentamiento la agresividad del imperialismo.

El cuerpo original del libro- actualizado- aborda la problemática del subdesarrollo, señalando como el capitalismo no ha logrado sacar de esa condición a nuestros países, a pesar de que algunos durante un tiempo muestren altas tasas de crecimiento económico, a partir de esto aborda la diferencia entre crecimiento y desarrollo, concluyendo que dado los avances de la mundialización del sistema » ya no existe posibilidad alguna de un desarrollo de un capitalismo autónomo en nuestros países» (Pág. 58). Esa conclusión es respaldada por el análisis del comportamiento económico de la Argentina, Brasil y México.

La Argentina » ostenta el dudoso honor de ser uno de los países con mayor grado privatización y extranjerización de su economía, donde todo fue mal vendido y enajenado durante el fatídico decenio de capitalismo salvaje presidido por Carlos S. Mennen» (Pág. 79).

México conoció un periodo de extraordinario crecimiento económico entre 1940 y 1976,’ el desarrollo estabilizador’, un desempeño económico sostenido por un inusualmente prolongado periodo de tiempo. Sin embargo lo que se encontró al final del camino fue el límpido cielo del desarrollo sino la tremenda crisis de 1982 y la recomposición regresiva y reaccionaria del capitalismo mexicano bajo la égida del capital financiero, las empresas transnacionales y la presión de la Casa Blanca» (Pág.81).

«Resultado similar se obtuvo luego del mal llamado ‘milagro económico’ de los militares brasileños, que por algunos años registró elevadas tasas de crecimiento» (Pág. 81).

Cada una de estas afirmaciones es respaldada con sólidas argumentaciones.

La parte final del libro, unas cien páginas, se dedica a repensar el socialismo, primeramente presentando la coyuntura mundial actual en la que el imperialismo estadounidense no tiene un contrabalance después de la implosión del modelo de socialismo real, no obstante el impacto de la globalización en cada país está mediado por la lucha de clases, la correlación de fuerzas sociales y las políticas públicas que adopten los gobiernos.

A partir de lo anterior brinda una hoja de ruta de posibles medidas para abandonar el Consenso de Washington, entre ella, la anulación de la deuda externa, políticas de combate a la pobreza, no a los pobres, el relanzamiento de las inversiones públicas, la Reforma Agraria, la reconstrucción de los marcos regulatorios de los mercados, y una nueva política de desarrollo basada en la reconstitución del mercado interno. Cada uno de estos enunciados implica una dura lucha entre los que quieren promover un cambio beneficioso para nuestros pueblos y los que medran con la situación actual. Por tanto esas posibilidades se definirán en el terreno de la lucha de clase.

El capítulo III y último se dedica a la discusión del Socialismo del Siglo XXI, conscientes de que su construcción será muy variada y resultante de la lucha de los pueblos.

Un elemento importante que señala es lo que el Socialismo del Siglo XXI no debe ser, sobre todo el estatismo que caracterizó a los socialismos históricos. «Cuando una institución como esta alcanza tan notables dimensiones tiende a producir algunos ‘efectos colaterales’… actitudes que reflejan un profundo desinterés y un larvado individualismo que se sintetizan en expresiones tales como ‘esto no es mío, es del Estado’ (Pág. 155).

El creciente estatismo genera burocratismo que de una u otra forma atenta contra la democracia socialista, pero no se puede olvidar la agresividad del imperialismo que obliga a fortalecer el Estado, sobre todo en su dimensión militar.

Otros aspectos que son analizados en el libro son los relacionados con los valores, la relación entre centralización y descentralización, la relación entre partidos y movimientos sociales y sobre todo, por su importancia los sujetos del cambio, en el cual se apropia del concepto de pueblo de Fidel para determinar el campo popular como eje de las transformaciones.

En resumen el libro de Atilio Borón es una contribución al debate sobre los caminos de la izquierda y mantiene una renovada vigencia en la coyuntura actual de América Latina en la que tenemos un nuevo Golpe suave, el de Brasil, que de suave solo tendrá el nombre, en la realidad ya asoma el perfil represivo que lo acompañará.

José Bell Lara es doctor en Ciencias Filosóficas. Licenciado en Sociología. Máster en desarrollo social caribeño. Profesor Titular y Profesor Consultante de la Universidad de la Habana.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.