>Cuando el verano pasado Wim Wenders recibió una llamada de su productor informándole de que, por problemas financieros, se tenía que posponer el rodaje de la película que desde hacía cuatro años proyectaba realizar junto a Sam Shepard, al cineasta se le vino encima el mundo. «Me quedé devastado», confesaba ayer el director alemán, afincado […]
>Cuando el verano pasado Wim Wenders recibió una llamada de su productor informándole de que, por problemas financieros, se tenía que posponer el rodaje de la película que desde hacía cuatro años proyectaba realizar junto a Sam Shepard, al cineasta se le vino encima el mundo. «Me quedé devastado», confesaba ayer el director alemán, afincado desde años en Los Angeles. «Pero de pronto se me ocurrió que podía utilizar ese tiempo para hacer una película sobre el asunto que en ese momento más preocupaba».¿Adivinan cúal es? La paranoia que desde el 11 de Septiembre invade Estados Unidos.
Así nació Land of plenty, un filme rodado en sólo 17 días con una cámara digital y que ha costado nada más que 600.000 euros.»Lo que cuesta una tarde o una mañana de producción de una película de Hollywood», aseguraba ayer Wim Wenders sacando pecho y premiándose con una larga y profunda calada a su puro Cohiba.
La película, que concursa en esta Mostra de Venecia, narra la relación entre un veterano de la Guerra de Vietnam -obsesionado con la posibilidad de que Estados Unidos pueda volver a ser víctima de un atentado terrorista y que se dedica a investigar por su cuenta a todos los árabes que considera sospechosos- y su sobrina, una joven progresista de profundas convicciones cristianas, que regresa a Estados Unidos tras una larga estancia en Israel y en Africa.
«Creo que es claramente un filme hecho por un europeo. No me imagino a ningún americano haciendo en este momento una película como esta», aseguraba ayer Wenders en una charla mantenida con un grupo de periodistas en la terraza del legendario Hotel Des Bains, el mismo en el que Visconti rodó su memorable Muerte en Venecia. «Pero lo que he buscado es expresar a través de personajes americanos mis ideas», proclamaba el director.
¿Y cuáles son las ideas del señor Wenders? «Estoy realmente decepcionado con la forma en que los ciudadanos estadounidenses han sido engañados durante los últimos cuatro años», sentencia el autor de El cielo sobre Berlín. «Decepcionado por cómo han sido violados los principales valores americanos, decepcionado por el debilitamiento de la democracia, decepcionado por la pobreza que se extiende por el país. Si uno viaja por Estados Unidos, enseguida se da cuenta de dónde han salido las fortísimas inversiones militares que se han hecho en los últimos años: el país está inundado de pobreza, de gente que no tiene ningún tipo de acceso a los servicios sanitarios», denuncia.
La extensión de la pobreza por Estados Unidos es una de las cuestiones que más preocupan en estos momentos a Wenders, que se niega en redondo a reconocer al actual presidente americano como el abanderado de la cristiandad que éste pretende ser: «Yo me considero cristiano y, como tal, trato de vivir en base a los principios cristianos.El principal principio cristiano dice que debemos ser solidarios con los pobres. Y el Gobierno Bush no lo es: ha quitado a los pobres para dárselo a los ricos. Me da exactamente igual que la Casa Blanca impulse estudios bíblicos. Para mí, George Bush no es un buen cristiano».
Wenders no oculta que con Land of plenty le gustaría lograr que algunas personas reconsiderasen sus creencias después del 11 de Septiembre. «América, su pueblo, su paisaje, su Historia, no se merecen a alguien que en los últimos cuatro años ha representado sus ideas de la forma en la que lo ha hecho George Bush», sentencia.»La única forma de combatir el terrorismo es fortaleciendo la democracia, no reduciéndola».
Si el próximo mes de noviembre las elecciones estadounidenses dan como vencedor a John Kerry, el director de Paris-Texas confía en que todo cambie. «Espero que sea como una pesadilla, que los estadounidenses se levanten un día y hayan olvidado el mal sueño en el que hemos vivido durante los últimos cuatro años. Al fin y al cabo, todos sabemos que lo que dice la Administración Bush son mentiras».
Wenders rechaza con firmeza que se le pueda acusar de antiamericanismo: «Yo amo América, vivo allí», proclama. «No existe país en el mundo que sea más respetuoso con la libertad de expresión como lo es Estados Unidos. El hecho de expresar mis ideas me parece en sí mismo la mayor expresión de americanismo. Lo que es verdaderamente lamentable es que la Adminitración Bush haya debilitado la democracia y la libertad de expresión como lo ha hecho».
Para el director alemán, cualquier intento destinado a denunciar las mentiras de George W. Bush es loable. Y en ese sentido, no ahorra palabras de aprecio hacia Michael Moore y su último filme, Fahrehneit 9/11. «Es una película muy necesaria. No suscribo todos los métodos empleados por Michael Moore para hacerla, pero insisto: era muy necesaria hoy en día en Estados Unidos».