1. El presidente de los empresarios, Felipe Calderón, ha invitado al Papa Benedicto XVI a realizar su primera visita a México, aunque sería la sexta visita papal. La primera visita de Juan Pablo II se realizó en enero de 1979 con el objetivo de inaugurar en la Basílica de Guadalupe la III Conferencia del Episcopado […]
1. El presidente de los empresarios, Felipe Calderón, ha invitado al Papa Benedicto XVI a realizar su primera visita a México, aunque sería la sexta visita papal. La primera visita de Juan Pablo II se realizó en enero de 1979 con el objetivo de inaugurar en la Basílica de Guadalupe la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM) Era el III año de gobierno de José López Portillo y en el país se vivía aún el gran auge petrolero que dos años después se desplomaría por la caída de los precios del mercado. Inusitadamente López Portillo recibió personalmente al papa Juan Pablo II en el aeropuerto de la ciudad de México y en la residencia oficial de Los Pinos. Esa primera visita de la máxima autoridad de la Iglesia en vez de contribuir a que la población supere sus enormes problemas de miseria y desigualdad, pareciera que vino a anunciar malas noticias. Con la implantación del neoliberalismo en 1982 todo empeoró.
2. En mayo de 1990 realizó el Papa su segundo viaje a México. La población mexicana había sufrido siendo presidente Miguel de la Madrid una terrible crisis económica que había hecho a los pobres miserables y a los ricos multimillonarios. En 1985 se había sufrido el destructor terremoto de la ciudad de México, la inflación y el endeudamiento eran imparables y el descontento de la población se manifestó en las urnas contra el PRI, pero el priísta Carlos Salinas obtuvo la Presidencia con el apoyo del PAN. En los hechos el Papa pareciera que llegó (a los 18 meses de la toma de posesión de Salinas) a respaldarlo en su gobierno. Estuvieron juntos altos funcionarios, clero, gobernadores, alcaldes, empresarios, PRI y PAN en gran tarea de recibir al Papa. Se organizaron rifas, colectas, concursos, ventas, para ayudar con los gastos de la visita. Aeroméxico ofreció dos aviones, General Motors el viaje terrestre, etcétera.
3. Ese viaje fue fundamental porque preparó las condiciones para que año y medio después se establecieran las relaciones diplomáticas entre el Estado mexicano y el Estado Vaticano. Basta recordar que tuvo una duración de ocho días, que se inició en la ciudad de México, para recorrer luego Chalco, Estado de México, Jalisco, Aguascalientes, Durango, Chiapas, Chihuahua, Nuevo León, Tabasco y Zacatecas. Esa visita fue determinante en la consolidación de Salinas que en las elecciones de julio de 1991 recuperó totalmente el poder. Comparada la situación económica de la población en la primera visita (1979) con la de la segunda (1990), en 11 años la población pobre se había convertido en miserable, pero los grandes empresarios protegidos e impulsados por el gobierno de Salinas comenzaban ya a figurar en la lista de los hombres más de ricos de Forbes: Slim, Azcárraga, Cabal Peniche, etcétera.
4. Por eso al concluir la visita el semanario Proceso publicó una entrevista a Giancarlo Zizola realizada por la periodista Anne Marie Mergier: «El Papa Wojtyla ya no aguanta más que un país católico, donde los cristianos jugaron un papel determinante, se mantenga una tradición política y social laica, por no decir anticlerical; eso lo saca de quicio. En México la Iglesia sigue teniendo una actitud dominadora, tiene compromiso con la clase pudiente, con el poder financiero. Cuando estuve en México en 1979, para el primer viaje de Juan Pablo II, me impresionó el binomio Iglesia y capital financiero. La banca publicaba grandes anuncios en los que aprovechaba descaradamente el viaje del Papa para lanzar nuevos productos financieros… Si Juan Pablo es sincero en su mea culpa, si su nueva cruzada contra la devastación del Sur por el capitalismo es coherente, entonces deberá afirmar su fe en la Iglesia de los pobres».
5. En 1991 el presidente Salinas había recuperado ampliamente el poder con el apoyo del PAN y la iglesia, después que tres años antes se lo había disputado Cuauhtémoc Cárdenas. Salinas aprovechó esa fuerza para instruir a Donaldo Colosio, presidente del PRI, y a Mariano Palacios, presidente de la Fundación Cambio XXI, para que redactaran e hicieran aprobar una ley que beneficiara a la iglesia. Fue el 10 de diciembre cuando se presentó el documento al Congreso y, en ese mismo momento, el presidente Salinas estaba reunido con 100 obispos en Los Pinos entregándoles el mismo documento. Con ellos estaban, además de Salinas, Córdoba Montoya, Gutiérrez Barrios, Colosio Murrieta y Patricio Chirinos. Los legisladores priístas y panistas aprobaron y aplaudieron esa nueva relación con el Vaticano que también selló el maridaje de PRI con el PAN.
6 . El Papa realizaría su tercer viaje el 1992 para agradecer a Salinas el abierto apoyo a la iglesia católica mexicana, así como el establecimiento de relaciones diplomáticas con la santa sede, pero una enfermedad le hizo posponer el viaje que al fin realizó en agosto del siguiente año. De hecho tomó a México -«país ideal por su enorme devoción»- como su «centro de operaciones» para extender el catolicismo en América. En agosto de 1993 Salinas, en la cumbre de su gobierno, estaba a punto de anunciar la firma de Tratado de Libre Comercio, así como la candidatura de Luis Donaldo Colosio como candidato del PRI a la Presidencia de la República. La visita papal, otra vez, le funcionó a Salinas como «anillo al dedo». ¿Había arreglado Salinas las fechas de as dos visitas papales de su sexenio? Mientras Salinas anunciaba su gran triunfo diciendo que México se convertía en país de primer mundo, el pueblo sufría mayor miseria y desempleo.
7. Cuando en enero de 1999 Juan Pablo II realizó su cuarto viaje a México gobernaba Zedillo. Desde dos años antes el PRI había perdido la mayoría en el poder legislativo y el gobierno de la ciudad de México estaba en manos de Cuauhtémoc Cárdenas. La visita papal le sirvió más al PAN y al precandidato Fox, pero también al presidente Zedillo para acercarse más a los panistas. Éste andaba peleándose con los dirigentes de su partido (el PRI) que le impedía decidir sobre la candidatura. El Papa llegó a México justo a tiempo, en el momento en que el precandidato oficial (Labastida Ochoa) necesitaba más fuerza. Pero el gobierno de Zedillo estaba ya de caída porque la misma campaña de Labastida, Madrazo, Bartlett y Roque lo había hecho a un lado. Fue el momento en que Zedillo comenzó a pensar en un gobierno panista que viniera a introducir el «aire fresco» con que estuvieran contentos los inversionistas yanquis.
8. La quinta visita fue en julio de 2002, cuando el presidente Fox le besó el anillo al Papa. Esta visita, que Fox la usó para respaldar a su gobierno, se centró en la canonización del indio Juan Diego y de los «mártires de Cojonos del año de 1700». Esa canonización, declaró un dirigente indígena, es para decirnos: «Si los explotan no se rebelen. Si el patrón les paga poco, no se molesten. Si sufren aquí, gozarán allá en el cielo. La cuestión indígena ha sido manipulada de esta manera. Es falso que la Iglesia se preocupe realmente por los indios». Te dicen: «Te canonizamos a un indio para que te sientas incluido en la Iglesia». En conclusión: parece que las cinco visitas papales fueron usadas políticamente para fortalecer el poder del presidente de la República en turno. Millones de personas rodearon esas visitas, pero su situación económica y espiritual empeoró de la primera a la quinta.
9. La sexta visita que debió realizarse en 2004, fue cancelada porque el Papa ya no estaba en condiciones de salud para realizarla. Es la que hará Benedicto XVI en fecha aún no definida. ¿Qué es lo que quiere el clero después de más de seis años del gobierno del Fox y después de impulsar con todas sus fuerzas a Felipe Calderón? Lo han dicho sin rubor: La iglesia quiere que se modifique el artículo 24 constitucional, que garantiza la libertad de culto y de creencia. Que se amplíe la libertad religiosa abarcando todo el derecho humano a la expresión, asociación, gestión y servicio de una fe. Dicen: «Queremos que en todas las escuelas públicas se dé instrucción religiosa, que se respete el derecho de los padres a que sus hijos sean educados conforme a su fe, que los ministros de culto puedan postularse a cargos de elección popular». No tengo duda: de la primera visita en 1979 a la sexta que pronto se realizará México está más jodido que nunca.