Pareciera que pasó un siglo desde el balotaje del domingo pasado, pero la realidad va cambiando a medida que pasan los días: Argentina es un país distinto al de una semana atrás, cuando todavía existía la esperanza de que no ganara las elecciones el ultraderechista Javier Milei.
Pero cambia, todo cambia, decía la canción compuesta por el chileno Julio Numhauser durante su exilio en Suecia en 1982, y que popularizó “la Negra” Mercedes Sosa en 1984: “Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo”.
La desesperanza argentina generó las condiciones para que un personaje como Javier Milei se convierta en presidente, pero entre hacer propaganda estridente y gobernar hay una gran distancia.
El resultado del balotaje surge de la suma casi perfecta entre los votos que sacaron la ultraderecha de La Libertad Avanza y la neoliberal Juntos por el Cambio en la primera vuelta. Lo relevante es la reunión en torno a una misma oferta electoral de dos universos distintos: el antiperonismo ancestral representado por los neoliberales macristas; y una nueva fuerza social de tono plebeyo y juvenil, con una voracidad impugnadora que sorprendió.
La sicoanalista Florencia González se pregunta “¿por qué razón, personas que no son crueles en su día a día, ni cometerían actos crueles directos, pueden “en la soledad” del cuarto oscuro emitir un voto a favor de discursos de hostilidad y odio? ¿Por qué existen personas que se identifican a estos discursos donde se aseguran los ideales del sálvate solo?”
Según se anunció, el presidente electo tendrá un acotado gabinete de tan sólo ocho ministerios, Defensa, Justicia, Economía, Capital Humano, Relaciones Exteriores, Infraestructura, Seguridad e Interior. El resto de los ministerios pasarán a ser secretarías, y otros, como el caso del ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades, no funcionará.
El loteo que está haciendo por estas horas con los puestos del gabinete tienen que ver con intentar acercarse a una mayoría o primera minoría parlamentaria que le permita aprobar algunas leyes o paquete de leyes.
En medio de los tiras y aflojes y la tensión por los nombramientos en su próximo gabinete, Milei decidió cancelar su viaje a EEUU, mientras se repetían idas y vueltas con nombres sin confirmaciones, pero que confirmaron que dos alfiles del presidente electo fueron bajados del próximo tren ministerial, Emilio Ocampo, el candidato para dirigir el Banco Central y Carolina Píparo para la Seguridad Social.
Ocampo fue el creador del plan dolarizador que proponía Javier Milei, plan que parece haber extraviado en estos pocos días desde el domingo 19. Píparo será reemplazada por Osvaldo Giordano -ministro de finanzas de Córdoba, alfil del excandidato presidencial y todavía gobernador Juan Schiaretti- en la Anses y nombró a Horacio Marín como próximo preesidente de YPF, la estatal petrolera que quiere privatizar nuevamente.
Es más, cinco de los ochos ministerios cambiaron de titulares que no llegaron a asumir sus cargos. La Oficina del Presidente Electo afirmó que el cierre de la entidad monetaria «no es un asunto negociable».
¿Primeros signos de la inestabilidad del próximo gobierno? Uno de los factores decisivos en la interna es la alianza con el PRO (la neoliberal Propuesta Republicana del expresidente Mauricio Macri y la candidata perdedora Patricia Bullrich). Pero aún no se confirma Ministro de Economía ni un equipo de gobierno para las medidas de «shock» que prometió Milei en campaña.
Después de que Milei intentara cercar el poder del exmandatario en el armado de su gabinete, aclarando que su apoyo fue “incondicional”, el dirigente del PRO volvió a demostrar su poder y designó para sí las carteras más importantes del próximo gobierno.
Mauricio Macri y Bullrich encabezaron el apoyo hacia el balotaje donde ganó la fórmula de ultraderechista La Libertad Avanza, que logró darle no sólo dando una porción mayoritaria de los votos obtenidos por Bullrich, sino también garantizó la fiscalización de las elecciones.
En la campaña electoral, Macri, al frente de la alianza derechista y neoliberal Juntos por el Cambio, sostuvo que «la otra alternativa es una agrupación no madura, sin volumen, sin equipo, fácilmente infiltrable, que no puede garantizar ningún cambio». Esas palabras toman mayor relevancia cuando se produce la danza de nombres que conformaría el futuro gabinete de Milei.
Es que, de a poco, se va notando la mano y la incorporación de los nombres propios del expresidente en el armado del equipo del futuro mandatario que asumirá el próximo 10 de diciembre.
Ahora, los aliados del PRO reclaman y negocian puestos en el nuevo gabinete, y se está anunciando que la misma Bullrich encabezaría nuevamente el ministerio de Seguridad. Otros nombres en danza, aún sin confirmar, que fueron parte del gobierno de Macri son Federico Sturzenegger para el ministerio de Modernización, y Luis «Toto» Caputo para Economía.
También habría que discutir el estrepitoso fracaso de una táctica y una estrategia política que el colectivo de la revista Crisis describió con bastante claridad en un editorial al que titularon «La anomalía salvaje», donde condenan esa idea de que ‘el peor de los nuestros es mejor que el mejor de ellos’, porque es capaz de fabricar una enorme máquina de humo que en definitiva solo narcotiza nuestras propias ansias de algo mejor.
“Para decirlo con nombre y apellido: Sergio Massa no conquistó la sobrevida que prometió, y en el intento por llegar a la presidencia sin escatimar recursos favoreció el ascenso de la ultraderecha y nos condujo a un penoso conformismo con este presente de injusticia. Basta de confiar nuestro destino a los profesionales de un pragmatismo sin resultados.», añadió el editorial de Crisis.
En definitiva, dan cuenta del fracaso de pretender “combatir a la derecha” con un “extremo centro” que copie no solo su estilo, sino cada vez más su agenda (el ajuste, el punitivismo, etc.).
Se hace difícil armar el rompecabezas con todo lo que Milei declaró y anunció estos días, como la privatización de los medios públicos, de las estatales Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y Aerolíneas Argentinas. Como definición general dijo que se iba a privatizar todo lo que sea “privatizable”.
Anunció, asimismo, el recorte drástico en la obra pública y en los gastos del Estado (puso en duda hasta el pago del aguinaldo), un recorte fiscal que debería eliminar subsidios y nuevos tarifazos, probable reducción de los trabajadores del Estado, avance sobre las jubilaciones, porque del gasto público una parte considerable tiene como destino las jubilaciones, pensiones y prestaciones sociales.
Todo esto en un contexto de inflación galopante y licuación de ingresos. En definitiva, un plan similar al del expresidente Carlos Saúl Menem, pero desplegado a cielo abierto. De hecho le dijo al aún presidente Alberto Fernández en la visita protocolar que él era un menemista, distinto a Macri que era más “gorila”.
¿Es hora de reflexiones? Hay mucho para analizar sobre los cambios y los desplazamientos de la sociedad argentina en términos políticos e ideológicos, sobre los cambios culturales, las transformaciones en la sociología del trabajo y en la precarización de la vida que condujeron a que una parte importante del electorado conectara en algunos aspectos con los planteos ultraderechistas.
¿Es sólo bronca, hartazgo, saturación, un repudio a la política tradicional por una crisis crónica y un malestar general que viene de lejos o hay también acuerdos políticos e ideológicos con el “programa” de Milei?
La realidad es que Javier Milei es el presidente electo y comenzó a desplegar sus ideas y planes. Para muchos se trata básicamente de un programa de guerra de clases, de guerra social contra los trabajadores y todos los sectores populares, de entrega del país, de pérdida de soberanía. ¿Será que -como escribe Aram Aharonian- en nombre de la democracia -reducida al acto de ir a votar cada cuatro años por candidatos que uno no elige- asesinaron a la democracia reconquistada hace 40 años?
*Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Fuente: https://estrategia.la/2023/11/24/argentina-cambia-todo-cambia/