La Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (segunda fase), que se clausuró en Túnez el 18 de noviembre, arroja parcos resultados concretos. El avance más destacado se registró en el tema de gobierno de Internet, que vaticina una modesta pero notable apertura hacia una mayor participación multilateral y multisectorial, en un dominio controlado […]
La Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (segunda fase), que se clausuró en Túnez el 18 de noviembre, arroja parcos resultados concretos. El avance más destacado se registró en el tema de gobierno de Internet, que vaticina una modesta pero notable apertura hacia una mayor participación multilateral y multisectorial, en un dominio controlado casi exclusivamente por las corporaciones y el gobierno estadounidenses.
La Cumbre adoptó el «Compromiso de Túnez» y el «Programa de Acciones de Túnez para la Sociedad de la Información». No obstante su pretensión de ser la «cumbre de las soluciones», en muchos aspectos se limitó a reafirmar lo aprobado en Ginebra hace dos años. En el tema del financiamiento para cerrar la llamada «brecha digital» -el otro tema principal, cuya discusión prácticamente quedó cerrado en febrero pasado (ver http://alainet.org/docs/7688.html)-, abundan las buenas ideas, pero los compromisos siguen ausentes, con lo cual queda en la incertidumbre uno de los propósitos centrales de la CMSI.
Más de 19.000 participantes de unos 170 países acudieron a la Cumbre, evento que estuvo marcado por las tensiones en torno a la falta de libertad de expresión en el país sede, y por una impresionante operativo de seguridad, que dejó a muchos y muchas participantes sin saber a ciencia cierta si estaban siendo protegidos o vigilados.
Hacia la apertura del gobierno de Internet
Apenas finalizados los documentos en la noche 15 de noviembre, la víspera de la Cumbre, la noticia de que EE.UU. había triunfado recorrió el mundo, al haber logrado la ratificación de su control sobre el gobierno de la Internet, «salvándola» a ésta de ser acaparada por la burocracia de la ONU. La realidad, sin embargo, es algo más compleja; y de hecho diversos actores, entre ellos la mayor parte de sociedad civil presente en el proceso de la Cumbre, también saludaban los acuerdos, pero por otras razones.
La principal novedad fue la decisión de crear un Foro de Gobierno de Internet. Este Foro tendrá plena participación, en pie de igualdad, de los gobiernos de las distintas regiones del mundo, de la sociedad civil y del sector privado. Es una instancia de diálogo – mas no de decisión- sobre temas de política, cuyo mandato incluye, entre otros, la facilitación del diálogo entre las instancias responsables de los diferentes aspectos del gobierno de Internet, el abordaje de temas que no son de competencia de ninguna de ellas, y la identificación de temas emergentes. Su creación se encargó al Secretario General de la ONU, y se ha previsto que la primera reunión será en Grecia en el curso de 2006.
Entre la postura de EE.UU. de rechazar cualquier cambio en la situación de ICANN (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers), -empresa privada responsable de la administración de los nombres y números IP del sistema de dominios de Internet, que opera bajo ley estadounidense y bajo supervigilancia del Departamento de Comercio de este país-, y la demanda de los gobiernos del Sur de internacionalizar la participación en la definición de políticas -postura que obtuvo la adhesión de la Unión Europea-, la creación del Foro surgió como una solución de compromiso. Pero también, como resultado de este debate en la CMSI, el propio ICANN ha reconocido la necesidad de abrir más sus estructuras y está iniciando un proceso de reforma.
Como comenta Adam Peake, co-moderador del caucus de Gobernanza de la sociedad civil en la Cumbre: «EE.UU. pudo simplemente haberse marchado; igual mantendría su control. Pero de hecho ha realizado concesiones. Ahora otros gobiernos tendrán un espacio para tratar estos temas, incluyendo no solo ICANN sino también todos los procesos de elaboración de políticas relacionadas con las tecnologías de información y comunicación (TIC). Y podrán vigilar que estos procesos sean transparentes e incluyentes; y si están inconformes, podrán plantear su reconsideración. No es control, ni supervisión, pero sí es un cambio».
Por su parte, Carlos Afonso, de RITS (Brasil), quien fue miembro del Grupo de Trabajo sobre Gobierno de Internet (WGIG por sus siglas en inglés), sostiene: «La CMSI ha contribuido a ampliar la conciencia pública de la importancia de la inclusión digital para el desarrollo humano. Ha expuesto la necesidad de crear mecanismos de apoyo a los países menos desarrollados para la utilización adecuada y eficaz de las nuevas tecnologías, y ha diseminado la comprensión de que la gobernanza mundial de Internet es necesaria, importante e ineludible para que se preserven las conquistas de comunicación, libertad de expresión y conocimiento que Internet nos ha traido».
El WGIG, instancia creada por mandato de la primera Cumbre para aclarar los conceptos y formular recomendaciones, encaminó la propuesta del Foro. Pero el concepto fue formulado por la sociedad civil. Ésta ve con buenos ojos el hecho que tendrá una participación en pie de igualdad en el Foro, si bien aún no están claros los mecanismos de nombramiento. De hecho, muchos actores señalan que en esta Cumbre, la sociedad civil ha logrado mayores espacios de participación y reconocimiento que en cualquier otra conferencia de Naciones Unidas, hecho que fue muy evidente en esta segunda fase de la Cumbre. Se ha establecido, por ejemplo, que todos los mecanismos de seguimiento deben ser multisectoriales.
En el capítulo sobre gobierno de Internet, la principal crítica de la sociedad civil apunta al párrafo 40, que hace una referencia muy amplia al combate al cibercrimen, sin contrabalancearlo con una mención de los límites que se deben establecer para proteger derechos humanos fundamentales como la libertad de expresión y la privacidad (si bien una mención al respecto sí se encuentra en el párrafo 42). Se teme que este párrafo podría ser utilizado para justificar la represión al disenso legítimo.
Financiamiento para TIC y desarrollo
En el tema del financiamiento, que también fue objeto de un grupo de trabajo creado por mandato de la Cumbre de Ginebra, pero con pocos resultados, la línea central sigue siendo la de alentar la inversión privada, con énfasis en la infraestructura. Se dieron, toda vez, algunas mínimas aperturas hacia una visión distinta.
Se reconoce, por lo menos como problema, la carencia de finanzas para alcanzar las metas de desarrollo definidas en Ginebra, y se admite que las soluciones no pasan únicamente por la inversión privada. Además, se afirma la necesidad de financiar otras áreas además de la infraestructura, incluyendo capacitación, creación de contenidos (especialmente locales), entre otras. Se ha establecido un vínculo entre las TIC y las Metas de Desarrollo del Milenio, particularmente en la reducción de la pobreza; y se reconoce la importancia de elaborar políticas públicas en la materia. También se ha señalado un respaldo a la reducción de las tarifas de interconexión para los países del Sur y la conveniencia de crear sistemas de interconexión intrarregional, para reducir costos.
Para Chantal Peyer, de Pan para el Mundo (Suiza), parte del problema en el proceso ha sido que el debate sobre financiamiento giró demasiado en torno a los recursos; haría falta reorientar el discurso hacía las políticas públicas relacionadas con las TIC para el desarrollo. Pero además, el proceso del grupo de trabajo conformado por la ONU fue poco transparente, y la sociedad civil encontró dificultades para organizarse en torno al tema; hecho sin duda vinculado a las escasas posibilidades de participación de instancias del Sur en el proceso.
En el tercer tema de esta segunda fase de la Cumbre, los mecanismos de implementación y seguimiento, las decisiones son poco claras. Ante la resistencia que tenían unos gobiernos frente a la UIT (organizadora de la Cumbre), otros ante la UNESCO o el PNUD, la instancia principal designada para el seguimiento es ECOSOC (el Consejo Económico y Social de la ONU), y en particular su Comisión de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, cuyo mandato, agenda y composición serán revisados, para tener en cuenta la participación multisectorial (o sea, gobiernos, sociedad civil y sector privado).
Los gobiernos de América Latina, por su parte, avanzaron en Túnez en la definición de un mecanismo de implementación y seguimiento de su propio plan de acción regional, E-Lac 2007, aprobado en Río de Janeiro en junio pasado, y crearon un grupo facilitador provisional liderado por Ecuador. En Río, varios gobiernos se habían opuesto a que el mecanismo siga bajo liderazgo de la CEPAL, si bien queda invitada para apoyar el proceso.
Balance de la sociedad civil
Las organizaciones de la sociedad civil han iniciado su balance de la Cumbre, que se plasmará en un documento de consenso a publicarse dentro de algunas semanas. Mientras reconocen varios avances de la Cumbre, señalan que mucho más pudo haberse logrado, en la meta de desarrollar sociedades de la información más democráticas, incluyentes y participativas, particularmente en materia de mecanismos financieros y construcción de capacidades.
Entre los primeros señalamientos, hay satisfacción con la ratificación de los derechos humanos, si bien faltan compromisos en algunos aspectos como la no-discriminación y los derechos laborales. La privacidad no es tratada adecuadamente y hay poca referencia a mecanismos de implementación de los derechos.
En materia de género, se saluda la reafirmación del empoderamiento de las mujeres y de la superación de la brecha entre géneros; no obstante, se señaló que falta un compromiso explícito con líneas de acción que garanticen los derechos de las mujeres y la transversalización de género en la implementación de programas y políticas.
Respecto al acceso al conocimiento, el hecho de que el software libre haya sido destacado como una opción igualmente válida que el software propietario es visto como un avance (si bien para otros ello es insuficiente); pero se lamenta que no se haya podido abordar el régimen de propiedad intelectual, ni reafirmado la importancia del dominio público y del «open content».
Las referencias al rol específico de los medios de comunicación y la libertad de expresión en la sociedad de la información son destacadas. Existe también una mención de la diversidad y pluralidad de los medios. Sin embargo, faltan mecanismos para desarrollar la diversidad mediática, incluyendo los medios comunitarios, populares y de la sociedad civil y los telecentros.
La situación tunecina
Los esfuerzos de las autoridades tunecinas por silenciar cualquier expresión de su oposición interna estuvieron constantemente presentes durante la Cumbre, aunque quien seguía la Cumbre por la prensa nacional nunca se hubiese enterado. Un resultado significativo es que diversos gobiernos han interpelado a la ONU a examinar con mayor atención la situación interna de los países que postulen, en el futuro, a ser sede de una conferencia mundial.
Túnez ofreció una imagen poco compatible con los objetivos expresos de la Cumbre. Mencionemos solo algunos hechos que corroboran esta afirmación: la represión violenta del día 14 contra nacionales y extranjeros, cuando en la ciudad de Túnez las fuerzas del orden impidieron la realización de una reunión de organización de la Cumbre Ciudadana independiente que se estaba planificando (evento que luego tuvo de anularse por no encontrar un local dispuesto a alojarlo); la negación de la entrada al país del presidente de Reporteros sin Fronteras; los intentos (infructuosos) de impedir la realización de ciertos eventos sobre libertad de expresión dentro de la exposición que acompañaba la Cumbre; y el bloqueo al acceso a decenas de sitios Web.
Varias delegaciones oficiales -europeas y latinoamericanas- en sus discursos en la plenaria de la Cumbre, hicieron alusión a esta situación, e incluso la delegación estadounidense -país del cual Túnez es un aliado cercano- emitió un pronunciamiento expresando su decepción frente al tema.
Para la oposición tunecina, cuyos dirigentes habían llevado a cabo durante un mes una huelga de hambre, que levantaron al final de la Cumbre, ha sido una oportunidad para llamar la atención internacional y presionar sobre la situación que impera en el país. Queda por ver, una vez que las delegaciones internacionales regresen a sus países, si la situación mejorará o provocará represalias.