La lírica del rap ha levantado desde un principio su grito desgarrado contra la guerra. En los últimos años se ha hecho más abundante este tema, en consonancia con las contiendas bélicas imperialistas desatadas por los EE.UU., al frente de las cuales está esa figura de paja llamada Bush. Los raperos cubanos no son la excepción.
La lírica del rap ha levantado desde un principio su grito desgarrado contra la guerra. En los últimos años se ha hecho más abundante este tema, en consonancia con las contiendas bélicas imperialistas desatadas por los EE.UU., al frente de las cuales está esa figura de paja llamada Bush. Los raperos cubanos no son la excepción. A mi juicio uno de los mejores ejemplos es el tema «Di que no», compuesto, cantado y luego convertido en clip por el Grupo Hoyo Colorao. Ello me motivó a seguir el rastro de sus realizadores, hasta que encontré telefónicamente a Karoll Pérez Zambrano y me permitió, siempre apegado a las bondades de la comunicación cibernética, hacerle estas preguntas.
Describe de manera sintética tu trayectoria artística, hasta el momento de aparecer este trabajo contra la guerra.
De pequeño, en contra del deseo de mis padres quienes soñaban con un hijo ingeniero, mis abuelos me vincularon a los cursos de música impartidos por el profesor Germán Gómez en la casa de la cultura de Alquízar, municipio donde vivíamos por esos tiempos. Comencé estudiando guitarra, pero tuve que abandonar este instrumento luego de la rotunda negativa paterna para matricularme en la Escuela Vocacional de Arte, porque «es demasiado niño y el arte puede desviarlo sexualmente»… Así, por rebeldía y clandestinamente, decidí continuar por los caminos del arte.
Luego de terminado el preuniversitario, me aprobaron para matricular en la Academia San Alejandro, y allí me gradué en la especialidad de pintura en el año 1996. Durante la etapa de mi carrera, recibí un gran apoyo de la Dirección Nacional de los Joven Club (dirigida en aquel entonces por José Antonio Concepción), pues me ofreció la posibilidad de realizar mis prácticas preprofesionales en sus instalaciones y puso en mis manos tecnología avanzada, que me permitió adentrarme tanto en el diseño asistido por computadoras como en la animación… También en los tiempos libres, y como entretenimiento de barrio, comencé a escribir canciones de rap que interpretaba en cualquier esquina (y para pasar los apagones), junto a mi amigo Yordi Hechevarría Brown. Aquel proyecto se llamó Doble 9, pues surgió en los juegos nocturnos de dominó del barrio y era la ficha que mejor representaba al negro como raza (es la ficha más oscura y que nadie quiere tener). Además, como jugando, y por la cercanía entre nuestro pueblo textil de Bauta y la Escuela Internacional de Cine y Televisión, se nos acercaron en más de una ocasión estudiantes de allí, para cuyos proyectos de grado grabamos varios temas, que luego formarían la banda sonora de documentales y que ahora son parte del archivo de ese centro.
Mi tesis de grado en San Alejandro fue una especie de «abre ojos» al uso de las nuevas tecnologías dentro del proceso plástico. En aquel momento era algo inconcebible un estudiante de la Academia que no usara los métodos tradicionales en su trabajo final, así que fue un reto presentar series de publicidad y animaciones realizadas en computadoras, y tratar de convencer a un jurado de que aquello podía ser arte. Hoy, por esas cosas de la vida, hay un salón de computadoras en San Alejandro, y es una asignatura más para los estudiantes que se gradúan.
Mientras realizaba la tesis, mi amigo Alen Lauzán, pintor y caricaturista, me pide que colabore con el Dedeté (él lo dirigía en esa época). Estaban instalando computadoras para el diseño gráfico y necesitaban asesoramiento en ese sentido. Comienzo, pues, a introducir esas técnicas allí y, además, a colaborar como caricaturista con esa y otras publicaciones como Palante y El Habanero.
Luego, en el año 2000, conocí a Humberto Escuela Fernández, un «loco del sonido», que había trabajado con algunas agrupaciones, y tenía cierto equipamiento para hacer algunos experimentos. Humberto, hoy asistente de la cátedra de sonido de la Escuela de Cine de San Antonio, se interesó mucho por mi trabajo y me propuso grabar algunos temas, a los que él les pondría ritmos de máquina (hasta ese momento mi rap se hacía solo a base de guitarras). Comenzamos a trabajar en los arreglos de unas canciones de Doble 9, cuando algunos músicos amigos se mostraron interesados en aportar su talento para poner en marcha un proyecto, sin que por ello abandonaran su labor en otras agrupaciones. Fue así como empezamos a escribir temas pensados para instrumentaciones algo más complejas y definimos la línea que seguiría el proyecto Hoyo Colorao.
Paralelo (y a veces perpendicular) al trabajo de Hoyo Colorao, he seguido desarrollando mi obra plástica, por la cual me otorgaron la membresía de la UNEAC en el año 2003. He participado en exposiciones en Estados Unidos, Canadá, España, Portugal, Argentina, Japón, Islas Caimán y muchas en Cuba. También continúo realizando, aunque en menor escala, colaboraciones con los Joven Club de Computación, mediante la programación de softwares educativos. Incluso, en el año 2001 me fue otorgado el Gran Premio Nacional del evento Informática para Jóvenes por un juego destinado a niños con retardo en el desarrollo psíquico, que se hizo a partir de las relaciones entre el Joven Club Bauta y la Escuela Municipal Especial Orlando Nodarse.
Ahora mismo, preparo junto a mi esposa Arletis Casasnovas Acosta (también artista graduada en San Alejandro) una serie de exposiciones para viajar a Alemania, invitados por la Galería ArtLogo.
¿Qué es Hoyo Colorao?
Hoyo Colorao fue, hace mucho tiempo, un agujero de fango que bloqueaba el camino hacia Vueltabajo. En ese sitio se atascaban las carretas cargadas de tabaco hacia la capital y los transeúntes lo tomaron como punto de referencia para dar nombre al asentamiento colindante, que tiempo después alguien bautizara con el nada jugoso nombre de Bauta. En homenaje a esa historia, y por el resentimiento por el bautizo de nuestro pueblo, decidimos usar el antiguo nombre para identificar nuestro proyecto.
El nuevo Hoyo Colorao (sin la aristocrática d) es un proyecto musical formado por Humberto Escuela Fernández y yo. Nos nutrimos de los aportes ofrecidos por varios amigos que ocasionalmente intervienen en uno u otro tema… No solamente hacemos rap, también tenemos un repertorio trovadoresco y algún que otro son, siempre mezclados con ritmos contemporáneos. No nos gustan los encasillamientos de género. Quizás mañana, si nos dejan, aparezca un video clip de Hoyo Colorao cantando bolero. Todo depende de las musas, que si son rusas, bailan polka.
¿Quiénes son los amigos que han colaborado?
Joel Dorta Rico, bajista, ha participado en todas las grabaciones y en cada presentación en vivo, aunque pertenece a otra agrupación. Joel Cuesta, percusionista de la Orquesta de Adalberto Álvarez, nos tira todos los cabos del mundo y su opinión es siempre muy valiosa puesto que la percusión es la columna vertebral del hip hop. Está Chambert, trompetista de la agrupación Chispa y sus Cómplices, que siempre nos regala su talento cuando lo necesitamos. Ángel Pérez Delgado, guitarrista y pianista, quien además hace algunas voces, incluyendo los coros de «Di que No». Ha colaborado también la trovadora Ivette Pacheco, que casi siempre es la primera en oír los temas porque respetamos sus consideraciones. Iván Pastrana, músico completo, pues toca el tres, la flauta y cuanto instrumento raro se invente. El Piri, un amigo saxofonista que vive en Suecia y que no puede irse sin grabarnos al menos una canción cuando viene de vacaciones a Cuba. El Cachy, músico amigo, director del Sexteto Cachiván, que nos da todo su grupo de formato tradicional para inventar a nuestras anchas, sobre todo en vivo.
Todas estas personas son amigos del barrio desde la niñez. Vienen y van, pero su aporte está en cada uno de los temas de Hoyo Colorao.
¿Qué tiempo llevan trabajando y cuáles han sido los principales resultados de este quehacer artístico?
Estamos juntos Humberto y yo desde el año 2000 y como te he comentado, llevamos el proyecto a la par de nuestras profesiones, por lo que no podemos hablar de grandes resultados. Sí, hemos hecho música para documentales, como uno que grabó MTV Brasil sobre el fenómeno del rap en Cuba, Brasil y Nueva York. También fuimos invitados en el 2003 por Leslie Bigelman, directora de la Galería Nacional de Islas Caimán, para una gira en ese país… Aunque hay otros resultados que son underground, como la acogida que tuvo la respuesta a la canción «Quién tiró la tiza», hecha en el 2002. A partir del boom de «Quién tiró la tiza», creado por Molano (integrante del grupo Clan 537), nuestro tema se convirtió en uno de los más escuchados en cuanta fiesta de barrio y reproductora de auto había. Hay quien dice que estaban prohibidas, no me consta. Pero sí sé que no las radiaban, a pesar de ser consumidas a toda hora en las calles y de contar (al menos, la nuestra) historias tan reales como las que cuenta «Di que No».
¿Cómo surge la idea de hacer un video con la canción «Di que No»?
Hay una diferencia de un año entre la creación y grabación del tema, y la realización del video. Realmente se me ocurre hacer esa canción a raíz del ataque norteamericano a Afganistán, luego de los sucesos del 11 de septiembre. Le comento a Humberto que casi ningún grupo cubano había hecho nada al respecto, y le metimos mano al asunto. La canción salió en una hora. Nos reunimos en el estudio: Joel Dorta (bajo), Ángel Pérez Delgado (teclados, guitarra y voces), Humberto y yo. La arreglamos y grabamos en un día.
Desde ese tiempo nos sentíamos muy contentos con «Di que No». Es una pena que varias emisoras e instituciones culturales a donde acudimos no le hicieran caso hasta que no pusieron el video en la televisión, un año después. Únicamente el programa A propósito, conducido por Roberto Zurbano en Radio Metropolitana, viene radiando ese y otros temas desde aquel momento. Pasado ese año, decido poner mis conocimientos informáticos en función de este tema. Luego de seis meses de trabajo, hago el video clip, que fue totalmente realizado en mi casa, con una computadora y el uso de técnicas 3D.
¿Habían trabajado con anterioridad temas semejantes?
Antes no habíamos hecho nada antibelicista. Sí canciones que protestan, a partir de fenómenos como la prostitución, la emigración… quizás la misma respuesta a «Quién tiró la tiza» puede considerarse entre ellas. Como sabes, el rap es un género que permite decir muchas cosas en poco tiempo, por lo cual es utilizado frecuentemente para comunicar inquietudes. Por eso, se ha tornado en un recurso bastante recurrente para la canción que ahora también llamamos de protesta. Nosotros estamos muy contentos con el resultado de la canción y queremos que algunas personas abran los ojos al hip hop cubano. Es cierto que a veces se dicen cosas que no son muy cómodas de escuchar, pero que son tan ciertas y constructivas como decirle NO a la guerra.
¿Serían capaces de trabajar estos contenidos por encargo?
Pues quizás sí, quizás no. Todo depende del encantamiento que ese encargo pueda producir en nosotros. No somos obreros de la música, y la hacemos para entretenernos, no para vivir atados a ella. Paco de Lucía ha dicho que no soporta la guitarra, pues cuando la vocación se convierte en obligación es como una tortura. Nosotros queremos seguir jugando con nuestra vocación.
¿Qué relación establecen ustedes, a través del quehacer artístico, con los jóvenes y el público en general de Bauta?
Bauta es nuestro nido, siempre estrenamos ahí y llenamos cualquier rincón en donde actuemos, sin carteles ni cobro de tickets. Cuando terminamos «Di que No», conseguimos una pantalla gigante y un proyector para ponérsela a los bautenses en plenas fiestas populares. Luego de escuchar un aplauso de tu gente, ya puedes deducir lo que pasará en otros sitios. Todos los músicos de Bauta están involucrados en Hoyo Colorao, por lo que el público siempre agradece estar al tanto. No queremos sufrir lo mismo que San Antonio de los Baños, que es «La Capital del Humor» y, sin embargo, la gran mayoría de sus humoristas viven en la capital. Puedes estar seguro de que cuando Hoyo Colorao saca algo nuevo a la luz pública, fuera de nuestro municipio, ya ha pasado por el filtro del jurado más severo: el pueblo en donde vivimos.
Se me olvidaba, ¿cómo llegó «Di que No» a la televisión?
No estaba en ningún plan preconcebido por la televisión. Tenemos un amigo, Wilfredo Flores, que es camarógrafo del Canal Educativo, en el ICRT. Le dimos una copia y él se la fue mostrando a varias personas, hasta que fue conocido por alguien que puede decidir si un material es útil o no para su exhibición. Le pareció bien y comenzó a salir en las pantallas.
Interpretado por Hoyo Colorao
Autor: Karoll William Pérez Zambrano
Hace tiempo que estoy viendo que este mundo está patas pa’rriba,
la gente paga con su sangre el precio de la vida,
los niños lloran, porque el hambriento no tiene salida,
y mueren bajo el fuego de la «tierra prometida».
Los ricos dividiendo a cañonazos el planeta
con la supremacía blanca a punta de escopeta.
Atacando bastiones, religiones y profetas
en nombre de una paz con metralleta.
Y están televisando lo que pasa,
están llevando el odio a los rincones de tu casa,
están haciendo un show con el abuso y la matanza,
están midiendo el rating criminal de la venganza.
Ahora que el mundo ha cambiado,
que los asesinos «quieren a la gente».
Ahora que están atacando a los niños con bombas más «inteligentes».
Ahora que corre la sangre en nombre de la paz,
ahora que hay «fuego amigo».
Ahora que dice la tele que todos los pobres somos enemigos.
Di que no… La guerra no puede seguir.
Di que no… Los niños no deben morir.
Di que no… Un «No a la guerra» hermano,
juntando nuestras manos, soñemos con el porvenir.
Yo pensé que era Nintendo aquello que yo estaba viendo.
En la pantalla de mi Panda la gente estaba muriendo.
Vi un indigente llorando y un presidente mintiendo,
la guerra comenzando,
vi par de bombas cayendo,
continentes protestando,
policías reprimiendo,
la bolsa tambaleando y el petróleo va subiendo.
Vi un terrorista gozando y cinco jóvenes sufriendo,
todo un pueblo luchando,
pero otro pueblo muriendo.
Vi los ojos de aquel niño que las tropas han mata’o,
por estar en momento y el lugar equivoca’o.
Ahora que el mundo ha cambiado,
(…)
juntando nuestras manos, soñemos con el porvenir.
Covenciones y tratados que han echado por el caño del lavabo,
comisiones que han buscado pero que no han encontrado.
Consejos divididos,
todo un pueblo amenazado.
Estoy frente a la tele saturado
de boletas que se compran y se venden por montones,
de la manipulación que hay con las opiniones.
Cowboy hijo de papi que compró las elecciones.
De toda esa candanga ya estoy hasta los cojones.
Di que no, y ponte en 3 y 2 con to’ esa gente
que quiere llenar el tanque sacrificando inocentes.
Di que no, porque el chamaco tuyo puede ser
el que salió en primera plana, esta mañana, muerto’e bala.
¡Di que no!
Ahora que el mundo ha cambiado,
(…)
juntando nuestras manos, soñemos con el porvenir.
¡Di que no!
¡Di que no!
¡Di que no!
¡No!