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Reseña de "Manuel Sacristán, Lecturas de filosofía moderna y contemporánea" edición de Albert Domingo Curto

Con mimo exquisito

Fuentes: Rebelión

  Manuel Sacristán, Lecturas de filosofía moderna y contemporánea. Editorial Trotta, Madrid, 2007, 285 páginas. Edición de Albert Domingo Curto.       Como ya hiciera con El orden y el tiempo, Albert Domingo Curto, el editor del volumen, nos ha obsequiado con estas Lecturas de filosofía moderna y contemporánea de Manuel Sacristán. Componen Lecturas […]

 

Manuel Sacristán, Lecturas de filosofía moderna y contemporánea.

Editorial Trotta, Madrid, 2007, 285 páginas.

Edición de Albert Domingo Curto.


 

 

 

Como ya hiciera con El orden y el tiempo, Albert Domingo Curto, el editor del volumen, nos ha obsequiado con estas Lecturas de filosofía moderna y contemporánea de Manuel Sacristán.

Componen Lecturas dieciséis escritos y dos textos más recogidos en un apéndice. Siete de ellos, totalmente inéditos; los restantes, de difícil localización y no incorporados por lo demás a Panfletos y Materiales, la edición de las obras de Sacristán que publicó Icaria en los años ochenta, ni tampoco al volumen Pacifismo, ecologismo y política alternativa, editado por Juan-Ramón Capella algo más tarde.

«Libertad», «Simone Weil», «Personalismo», «Pensamiento político de José Antonio Primo de Rivera» y «Kant», los cinco primeros textos del volumen, son entradas, inéditas las dos últimas, que Sacristán escribió a inicios de los años cincuenta, antes de su marcha al Instituto de Lógica de la Universidad de Münster, para la Enciclopedia Política Argos, un admirable y casi utópico intento dirigido por Esteban Pinilla de las Heras que no llegó finalmente a concretarse («[…] en la cual estábamos colaborando desde finales del año 1949, y que en 1954 estaba ya agonizando»). Precisamente, tal como indica Domingo Curto, en el imprescindible estudio de 1989 de Pinilla de las Heras sobre el grupo Laye, En menos de la libertad, se dan cuenta fragmentaria de otras voces que Sacristán escribió también para la Enciclopedia: «Persona», «Persona jurídica», «Crisis», «Confucio», «Montesquieu», «Liberalismo». No es descartable que en el futuro, a pesar de que Sacristán no guardó copia de la mayoría de estas colaboraciones en su archivo personal hoy depositado en Reserva de la Biblioteca Central de la Universidad de Barcelona, puedan encontrarse algunas de estas entradas que siguen inéditas.

«El concepto kantiano de historia», el sexto escrito recogido en Lecturas, se publicó en 1953, en el número 22 de Laye. Se reeditó en algún volumen colectivo sobre temas historiográficos en los años ochenta pero no fue recogido, finalmente, en el volumen II de Panfletos y materiales.

«Sobre la doctrina trascendental del juicio en la crítica de la Razón pura de Kant» fue probablemente un trabajo que Sacristán redactó para algún curso de doctorado a inicios de los cincuenta. Junto con los dos anteriores, es muestra del gran conocimiento que Sacristán tenía de la obra del filósofo crítico, conocimiento que también se trasparenta netamente en su tesis doctoral sobre Las ideas gnoseológicas de Heidegger. No es casual por ello que en la entrevista con Jorrdi Guiu y Antoni Munné de 1979 confesara: «[…] porque, si yo me recompongo, ¿quién me ha hecho a mí?. A mí me han hecho los poetas castellanos y alemanes. En la formación de mi mentalidad no puedo prescindir ni de Garcilaso ni de Fray Luis de León, ni de San Juan de la Cruz, ni de Góngora. Pero tampoco puedo prescindir de Goethe, por ejemplo, e incluso de cosas más rebuscadas de la cultura alemana, cosas más pequeñas. Eichendorff, por ejemplo, o poetas menores. Y no digamos ya, sobre todo, y por encima de todo, Kant. Y Hegel, pero sobre todo Kant. Bueno, el Hegel de la Fenomenología también» [la cursiva es mía].

«Tres notas en una lectura histórica de las Meditaciones cartesianas de Husserl» es, como el anterior, un trabajo que Sacristán redactó seguramente para algún curso de doctorado. No son frecuentes las alusiones de Sacristán a la obra de Husserl, pero en su biblioteca personal, como señala el editor en nota de la página 150, Sacristán poseía la edición alemana de la Husserliana, amén de alguna traducción de Gaos. Por otra parte, en su voz «Filosofía» de 1959 señalaba Sacristán refiriéndose a uno de los últimos «filósofos clásicos»: «Algunos aspectos de pensamiento de Husserl son hoy «bien común» de la filosofía contemporánea de las más diversas escuelas, y ante todo las técnicas de la descripción fenomenológica […] En cuanto a continuación propiamente filosófica aunque no faltan estudios sistemáticos (que el padre Van Breda ha comentado bibliográficamente), éstos presentan casi siempre un rasgo que, siendo característico de la filosofía del período aquí estudiado, es ajeno a las motivaciones de Husserl, o sólo puede relacionarse con conatos más o menos desarrollados en Erfahrung und Urteil: la búsqueda de concreción «existencial» (éste es el caso más frecuente, desde Heidegger y Sartre hasta Merleau-Ponty) o «práctica» (en los marxistas de procedencia o formación fenomenológica, como Lyotard y Tran Duc Thao). En este paso a la concreción pierde la herencia de Husserl su clásica aspiración a fundar la «filosofía como ciencia rigurosa» apriórico-trascendental según las tradiciones del pensamiento de ascendencia kantiana…».

«Sobre el Calculus Universalis de Liebniz en los Manuscritos números 1-3 de abril de 1679″ es también un texto inédito que fue redactado por Sacristán a principios de los sesenta para las oposiciones de la cátedra de lógica de Valencia celebradas en Madrid en 1962. Aparte de corroborar lo señalado por diversos autores -Luis Vega, Jesús Mosterín, Christian Martín, Javier Muguerza, Lorenzo Peña- sobre lo ocurrido en estas oposiciones y confirmar el conocimiento de Sacristán de la obra del lógico alemán, no era nada fácil la edición de este texto lógico de Sacristán. Domingo Curto ha superado las dificultades nada triviales con nota destacada.

«Un apunte acerca de la filosofía como especialidad» es un texto de 1966, escrito a instancias del SDEUB, para ser publicado en SIEGA, una revista del sindicato publicada en la Facultad de Ciencias Económicas de la UB, en momentos en que, expulsado a inicios de curso, Sacristán ya no era profesor de la misma. Las tesis aquí defendido son consistente con sus consideraciones metafilosóficas de 1968 desarrolladas en «Sobre el lugar de la filosofía en los estudios superiores». Ésta, por ejemplo, «La filosofía como sistema no resiste en el siglo XX una crítica honrada. Pero esta crítica honrada es precisamente la nueva forma de la filosofía, la cual satisface sin engañosas ilusiones la más esencial finalidad filosófica: la consecución de una autoconsciencia clara por parte de los hombres» (pp. 179-180).

«Karl Marx» es una voz de 1967 escrita para la Enciclopedia Planeta-Larousse. Fueron tres las aportaciones de Sacristán a esta enciclopedia: «Lógica formal», «Materialismo» .recogidas ambas en el segundo volumen de Panfletos y materiales– y este hermoso texto sobre Marx. Algunas de las tesis que Sacristán formulará con más desarrollo en uno de los mejores trabajos de marxología escrito en nuestro país -«El trabajo científico de Marx y su noción de ciencia»-, en polémica con las posiciones epistemológicas y las consideraciones de historia de las ideas de Althusser, quedan aquí claramente apuntadas: «Las vicisitudes y los puntos de inflexión de la evolución intelectual de Marx, tan rica y revuelta como la de cualquier otro pensador importante, suscitan dos problemas que son actualmente tema de la mayor parte de la literatura marxiana: el de los «cortes», «rupturas» o «censuras» que haya podido haber en esa evolución, especialmente entre los años 1842-1847, y el de la naturaleza del trabajo teórico de Marx, tan directamente ligado (a diferencia del trabajo intelectual típico moderno, por ejemplo, el de un físico) con objetivos prácticos (políticos revolucionarios). Respecto del primer problema, cabe decir al menos que un examen de la evolución intelectual de Marx, por curioso que sea, permite identificar no uno, sino varios puntos de inflexión (alguno incluso posterior a El Capital), ninguno de los cuales, sin embargo, se revela como ruptura total: en 1851, por ejemplo, seleccionaba para encabezar una publicación de sus escritos un artículo del año 1842, las «Observaciones acerca de la reciente instrucción prusiana sobre la censura»)…» (pp. 185-186).

«Cien años después. ¿A qué género literario pertenece El Capital de Marx?» es un texto de 1967, escrito con ocasión del primer centenario de la publicación de El Capital, que en su día fue recuperado por Juan-Ramón Capella. A pesar de su brevedad, es un escrito importante para la comprensión de la categoría de praxeología que Sacristán usó en más de una ocasión para referirse a las características de la obra de Marx.

«El principio de los indiscernibles en Leibniz» es otro texto inédito, o casi inédito, un esquema desarrollado más bien, de otoño de 1978. Como su escrito para las oposiciones de 1962, en coincidencia con su amigo, el gran lógico y filósofo Miguel Sánchez Mazas, es prueba del interés de Sacristán por la obra del filósofo de los principios. La historia, la singular historia de este escrito, está magnífica y documentadamente explicada por el editor en nota de la página 193. Parece obligado citar aquí un comentario de Sacristán sobre un paso de The Philosophy of Leibniz de Nicholas Rescher: «Leibniz, como Marx, tiene el encanto de la oscuridad de lo que nace, de las promesas que nunca se podrán cumplir porque cuando la inspiración tenga que hacerse método, se verá que no da para tanta realización como parecía en la confusión del nacimiento».

«Marx sobre España» es un texto de 1983 escrito con ocasión del primer centenario de la muerte de Marx. Fue publicado por vez primera en el número 17 de Papeles de la Economía española. Desde mi punto de vista, este texto no sólo prueba el profundo conocimiento de Sacristán de la obra de Marx sino que es también confirmación de su talento y sensibilidad como crítico literario y de su conocimiento y amor por la obra de Cervantes.

«Karl Marx como sociólogo de la ciencia» es un ensayo de 1983, publicado primeramente en México donde Sacristán impartió en la UNAM un curso de postgrado con ese mismo título, que fue reproducido más tarde por mientras tanto en el número especial publicado con ocasión del primer centenario de Marx. En mi opinión, no había broche mejor para cerrar la selección de escritos. Confirma la importancia que los estudios de política y sociología de la ciencia adquirieron en el Sacristán tardío, y su admirable forma de leer a los clásicos de la tradición.

Dos textos en un apéndice cierran Lecturas: una reseña de 1981 al libro de Mosterín, Racionalidad y acción humana, muy ilustrativa de la noción de racionalidad del propio Sacristán, y «Finitud e infinitud temporal del mundo», un texto de 1953, un esquema de intervención que Sacristán redactó, como señala Domingo Curto, con ocasión de una de las pruebas del examen de grado para obtener el grado de licenciatura de Filosofía.

Del decisivo trabajo del editor, de su destacable tarea, cabe señalar cuanto menos lo siguiente:

1. La magnífica presentación con la que abre el volumen que, en mi opinión está a la altura, y no es poco, de los textos presentados.

2. La ajustada elección con la que Domingo Curto ha construido el volumen.

3. Su erudito trabajo de filólogo competente que jamás abruma pero que deslumbra siempre.

4. Las informadas notas que acompañan, sin cansar nunca y enseñando siempre, los escritos de Sacristán.

5. El mimo, el delicado cuidado con que Domingo Curto ha presentado y acompañado todos los textos, especialmente en sus pasajes más difíciles.

La filosofía hispánica, o la filosofía sin más, ha ganado con ello. Los lectores de Sacristán, si cabe, doblemente. Gracias por ello.