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Consultas masivas

Fuentes: Rebelión

1. Cuando se pone en práctica una medida de gobierno que coincide con lo que uno piensa nadie reclama consulta; cuando no coincide es cuando se exige «consulta». Si se realiza ésta y se pierde jamás faltarán las protestas contra las trampas que suelen hacerse, aunque también pueden ser ciertas. Surgen los argumentos y sus […]

1. Cuando se pone en práctica una medida de gobierno que coincide con lo que uno piensa nadie reclama consulta; cuando no coincide es cuando se exige «consulta». Si se realiza ésta y se pierde jamás faltarán las protestas contra las trampas que suelen hacerse, aunque también pueden ser ciertas. Surgen los argumentos y sus contras, pero reclamos siempre habrán. Yo en vez de las consultas de masas, donde las clases están irremediablemente enfrentadas, prefiero las decisiones de especialistas, técnicos, limpiándolas lo más posible de las posiciones ideológicas. En última instancia, en las consultas masivas siempre triunfan quienes mejores estrategias políticas ponen en práctica.

2. Nunca me han convencido las llamadas «consultas al pueblo» porque «el pueblo» no participa, sólo lo hacen sus «representantes» y porque en el resultado de las preguntas casi siempre triunfan las propuestas de sus organizadores. Por ello todos los que imponen una medida, repiten que «sí consultaron» y para ello están los medios de información para decir «sí» o «no» según quien les pague. La última consulta fue la electoral presidencial que, como se reconoce: fue un absoluto repudio de la población a los tres partidos (PRI, PAN, PRD) que en los últimos 18 años -por lo menos- le han robado, engañado, defraudado y (sobre todo) mantenido en la pobreza, la miseria y el desempleo.

3. La realidad es que más que votar por un nuevo proyecto de país, se votó contra los gobiernos, los partidos y por la persona de López Obrador con 18 años de campaña política. La gente estaba enojada, encabronada, harta, contra los gobiernos del PRI, PAN, PRD, que por lo menos desde hace 30 años que les están viendo la cara de imbéciles, de tontos al pueblo, porque no han querido llegar a la violencia. Así que el abrumador triunfo electoral de López Obrador viene de décadas anteriores que con mucha paciencia pudo aglutinar. La pregunta: ¿Logrará López Obrador mantener esa emotiva conciencia de «encabronamiento» del pueblo para construir sus reformas y todos los cambios que ha prometido?

4. Cuando se habla de consultar al pueblo para decidir acerca del aeropuerto, de la elección del fiscal nacional, del rumbo de la educación, acerca del aborto, etcétera, lo primero que me pregunto es: ¿quién controla desde hace siglos, o por lo menos décadas, la conciencia o la mente del pueblo? Pienso de inmediato en que la conciencia del pueblo está controlada por la iglesia y por los medios de información, por las tradiciones y las costumbres que impusieron el respeto a la propiedad privada que garantiza la terrible división social entre propietarios y desposeídos. La conciencia del pueblo en México ha sido impuesta en el hogar, la escuela, la iglesia, las tradiciones y desprenderse es casi imposible.

5. Estaba revisando la diferencia que existe entre la pasión y la razón; entre el pensamiento que arranca de la mente y las manifestaciones que parten del corazón. Después de revisar, leer y pensar -aunque me parecen complementarios- pasé a concluir que los seres humanos somos esencialmente emotivos, pasionales, nos dejamos llevar por nuestras emociones y, secundariamente somos racionales, es decir, usamos nuestra mente cuando pocas veces dejamos espacios para discernir. Y esto es muy importante porque la clase dominante se aprovecha de ello para explotar nuestras pasiones, nuestros deseos e inquietudes, para ejercer sobre nosotros una mayor dominación y control.

6. «¿Para qué pensar, reflexionar, si lo único importante es actuar, hacer cosas, ser muy práctico?», nos aconsejan las clases dominantes. No estaría mal si viviéramos en una sociedad de seres bondadosos e iguales; pero en una sociedad capitalista donde la minoría de personajes que explota, oprime y domina es la que hace uso de la mente, de la razón, para pensar y, pororó lado, una gran mayoría que sólo usa o tiene corazón para servir, nada se podrá transformar, cambiar, componer, si las cosas siguen así. Tenemos que procurar que nuestro pueblo comience a pensar, a reflexionar como único camino para frenar todo tipo de manipulación. Las consultas masivas sólo serán reales cuando nuestro pueblo supere la dominación.

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

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